Julia mira para arriba, todo esto se estaba volviendo tedioso, Ángel se estaba comportando de una manera que claramente a ella no le gustaba. Julia se ubica contra la pared y cruza sus brazos, luego mira a Ángel y exhala, intentando encontrar las palabras adecuadas para que las cosas no se salieran de control.—Ángel, quiero decirte algo. Quiero que te quede muy claro algo, si tu no puedes esperar lo mejor es que tengamos que terminar —dice Julia, mirándolo fijamente. —¿Qué es lo que estás diciendo Julia? lo siento, pero no comprendo de que hablas —Ángel comienza a respirar rápido—. Espero que no estés diciendo eso, que ni siqueira lo estés pensando Julia, porque es algo que en verdad no puedo tolerar, algo que no puedo soportar. —Pues sí, ángel si no puedes esperar simplemente no vale la pena seguir con esto —dice Julia con seguridad—. Si no puedes esperar, dime ¿cómo podemos continuar? ¿cómo podemos decir que las cosas estarán bien?—No, Julia. Claro de que no… no puedes hacerme e
El cuerpo de Julia temblaba, pero iba a ser fuerte, así que abrió sus ojos para encontrarse con Leo encima de Ángel quien lo golpeaba hasta más no poder.Pero lo que más llamó la atención de Julia era ver a Leo bien, como si nunca hubiera estado en silla de ruedas.Julia camino hacia donde estaba Leo golpeando a Ángel y lo tomó de la espalda.—¡Ya Leo por favor!, No lo golpees más, ya está inconsciente, por favor no más —vociferó Julia, temblando de los nervios.Leo se pone de pie, para después mirar a Julia, quien todavía está muerta de los nervios, así que tomó la mano de ella, la cual se sentía helada y temblaban al mismo tiempo que los labios de Julia.—¿Estás bien?, ¿Te hizo algo este imbécil? —preguntó Leo, mientras ella negaba.Julia lo único que quería era ir a casa y poder darse un baño en dónde borrará todo lo que vivió con Ángel, que de no haber sido por Leo el, Ángel hubiese logrado su cometido.—¡Señor Rossi!, La policía ya está aquí —le dijo el chófer de Leo, quien en el
Después de un largo trayecto a casa, por fin el auto de Leo se estacionaba frente de la mansión de Julia, Leo se baja y abre la puerta para ayudar a bajar a Julia, así que una vez más estira su mano la cual Julia acepta sin restarle importancia a la fuerte corriente que siente recorrer por todo su cuerpo.Julia empieza a caminar hacia la puerta de su casa mientras Leo también camina detrás de ella, solo que Julia cae en cuenta que él no puede entrar, así que se gira de inmediato para detenerlo.—Gracias, pero creo que no es necesario que entres conmigo —habla Julia cortante.Pues ella no puede dejar que Leo entre de lo contrario se dará cuenta que Victoria está con ella, y de seguro si se da cuenta se la quitaría y eso es lo menos que ella quiere.—Está bien, hasta aquí te acompaño, solo dile a tu madre que te traje con bien. —Julia asintió, pero no dejo de sentirse traicionada por Sofía.Si bien era cierto que Leo le había salvado, también Sofía sabía muy bien todo el daño que él le
Leo fue al hotel recogió todas sus cosas, era hora de volver a su mansión, no se seguiría escondiendo más de Maya, ahora era tiempo de poner las cosas en su lugar, y sacar a Maya de la casa iba a ser la primera.El auto se estacionó justo en frente de la mansión de Leo, quien observó con atención algunos segundos, se sentía diferente, se veía diferente, ya no era el mismo Leo, no por que no caminara, si no porque ahora venía dispuesto a conquistar el amor de Julia.—¡Leo!, ¡Leo!, ¿Cuándo regresaste?, Y ya estas caminando —le dijo Soledad llena de emociones al ver parado a Leo, quien descargaba sus maletas en el piso.Soledad termina de bajar rápidamente las escaleras y corre abrazar a Leo, quien pone las manos justo en frente de ella.—Maya, no sé que haces todavía aquí, en mi casa, te dije que no te quería ver más aquí, y mírate aquí sigues —vocifero Leo desabrochando se la corbata.—Leo pensé que a tu regreso hablamos, además tú sabes que yo te amo, y estoy dispuesta a luchar por ti
Julia había pasado la peor noche de su vida, todo era muy difícil de procesar, pero era hora de levantarse, no se dejaría derrumbar ahora menos que nada, así que se puso de pie, y fue directo a la habitación de Alex, quien ya se había despertado.—¡Ven acá mi príncipe azul! —dijo Julia tomando a Alex en sus brazos.—Buenos días señora, ¿Cómo amaneciste el día de hoy? —preguntó Margarita entrando a la habitación de Alex.—Bien dentro de lo que cabe, ¿Y Victoria?, ¿Ya está lista para ir a la escuela? —preguntó Julia, mientras desvestía al pequeño Alex para darle su baño.—La niña Victoria está desayunando con sus compañeras, mientras la señora Sofía salió está mañana bastante temprano, creo que se iba a encontrar con el joven Ethan —le respondió Margarita.—Gracias Margarita, hoy yo termino con Alex, quiero dejarlo guapo, a y por favor y mientras llega mi madre quiero que se quede con Álex, hoy tengo que salir mucho más temprano —dijo Julia.—Claro que sí señora, usted sabe que no tiene
Leo se había levantado muy temprano, primero fue a la estación de policía en donde se encontró con Sofía y Ethan, le entregó todas las pruebas que había recolectado durante su viaje a Inglaterra, y efectivamente había sido Ángel quien había ocasionado el accidente de Ethan, que aunque fue en otro país, Ethan podía denunciar, afortunadamente tenían las pruebas necesarias.Después de dejar todo lo que ellos necesitaban salió directo hacia la empresa, en dónde antes de ingresar compro una rosa blanca, la cual dejaría en el escritorio de Julia, solo que una conversación llamó su atención.—Pues, así como lo escuchas, y si me voy a salir con la mía, por qué nadie te va creer que yo soy Soledad Salvatierra, Leo va a pensar que eres una dolida, a la que por recuperarlo le metes mentiras. —De seguro y esa era la voz de Maya pensó Leo, ¿pero por qué habla de esa manera?—Eso sería en un hipotético caso, por qué yo tengo pruebas que certifica la clase de basura que eres Soledad. —No podía aguan
El forcejeo era bastante grande, Soledad movía sus brazos intentando soltarse de todo esto.—No te vas a salvar de esto… eres una persona despreciable y lo peor que he conocido. No va a salir bien librada y de eso te lo voy a decir —dice Julia con su voz completamente agitada, mientras su pecho subía de arriba a abajo.—Se te llena la boca diciendo esas cosas, jamás me vas a derrotar, ni tú ni nadie, te quedarás con las ganas de verme caer. Porque soy yo la que les hará pagar a cada uno cada una de las cosas que me están haciendo hacer —Soledad se ríe indiscutiblemente de Julia tiene algo muy claro ella.—Pues no lo vas a poder lograr. Porque no lo voy a permitir. Julia agarró el brazo de Soledad, sin embargo, en ese momento sólida la empujó haciendo la resbalar y caer para después salir corriendo.Julia se levantó con dificultad para después llamar a seguridad para que la pudieran atrapar. Ella no podía escaparse, Juliana podría dejar que ya se saliera de allí se escapara. Soledad
Victoria mira con susto a Soledad, pero está le hace señas con su dedo índice que no vaya a gritar. —¿Qué haces acá con la idiota de Julia? —Ella me está acompañando, pensé que no te iba a ver —le dice Victoria tratando de que Julia la escuche.—Ay escuincla, no creas que me tienes muy feliz por estar acá con Julia, ella solo quiere hacerte daño. —Eso no es verdad —Victoria hace pucheros. Ella sabe que Soledad no es una mujer de confianza. —Sabes que, no me gusta mucho que hables así de esa mujer. Ahora te voy a dejar claro con que tipo de personas debes estar de ahora en adelante. —Soledad la jala del brazo—. Ahora levántate niña, ya quiero que te pongas de pie. Victoria mueve su cabeza negando, para luego llamar a Julia, sin tener éxito porque Soledad le tapó la boca. —¿Qué te pasa? soy tu mamá y no me vas a poner en ridículo. Así que en este preciso momento te levantas de esa silla y vienes a mí. No voy a permitir que Julia se quede con absolutamente todo lo mío ¿Entendiste?