MarianaHoy al fin pude levantarme de la cama y darme un buen baño, no solo para quitarme de encima ese mal olor que traía y el sudor de mi cuerpo, sino también a ese ser inmundo que ahora se la pasa vagando en mis pensamientos.Antes le tenía miedo incluso cuando lo pensaba, ahora solo puedo sentir una enorme rabia cada que su mirada se cruza por mi cabeza. Es el ser más cínico y desvergonzado que pueda existir. Es un demonio sin corazón.Luego de que salí de tomar el baño, vi a Vanda con la bandeja del desayuno en mano y me senté en silencio a comer de el. Hoy es uno de esos días donde el buen humor no es mi aliado y absolutamente todo me irrita, incluso no soporto que me miren. Estoy cansada de estar aquí encerrada. Necesito un poco de aire, ver la luz del sol y cerrar los ojos ante el viento que golpea mi rostro. Deseo ver la luna llena y poder pensar una vez más en la inmensidad del universo. No soporto un segundo más de estar entre cuatro paredes.—¿Se encuentra bien, mi señora?
No he podido sacarme de la cabeza todo lo que Wyatt me contó. Parece tan irreal, que si no lo estuviera viviendo, no creería ni una sola palabra de lo que dice. Ese cuento de los vampiros, de las almas gemelas, de la transformación e incluso de lo que está viviendo con Blake, su mujer, parece un invento sacado de la cabeza de un loco. Pero no, todo es real, así como su sufrimiento al tener a la mujer que ama lejos de sus brazos y sin saber cómo se encuentra.Sus lágrimas llenas de impotencia lograron dar en el centro de mi pecho. Con los días no entendía por qué se aferraba tanto a este lugar, pero al conocer su historia, esa que el mundo desconoce, lo entendí todo.El amor es capaz de transformarlo todo. En su mirada, lo único que hay, es un profundo amor por esa vampiresa de la que tanto habla. No ve el momento de estar con ella nuevamente, de tenerla entre sus brazos, de besar sus labios y unir sus vidas por lo que les resta de eternidad. De su boca puedo entender muchas cosas porq
—Si se atreve a hacerme algo, le juro que lo mato.Oí su risita burlona, poco antes de que sus labios se posicionaran en mis muslos, muy cerca de mi parte más íntima y todo mi interior tembló.—Intentalo...Besó mis muslos con suavidad, guiando su boca a mi parte íntima y contuve la respiración. No puedo mover ni un solo músculo de mi cuerpo, pero su boca por mi piel no se siente desagradable. Sus labios son muy suaves y, a pesar de que se perciben muy fríos, de ellos al contacto con mi piel brotan un calor inigualable.Aunque no podía mover el cuerpo, sí podía sentir todo lo que me estaba haciendo a la perfección, al igual como un inmenso calor crecía en el medio de mis piernas y me impedía pensar con claridad.¿Qué me pasa? ¿Por qué mi cuerpo está reaccionando de esta manera tan contradictoria? No puedo dejar de pensar en todo lo malo que me hará, más mi cuerpo parece ceder a sus suaves caricias y malintencionados besos.Su mirada se cruzó con la mía y ese rojo intenso de sus ojos m
Un suave y delicado roce, no solo me provocó cosquillas por mi cuello, sino también logró despertarme. Aturdida y sintiendo una punzada de dolor en la cabeza, abrí los ojos lentamente, pero no estaba ni un poco preparada para ver a ese demonio tan cerca de mi rostro, viéndome con una fijeza que incrementó los latidos de mi corazón.Quería gritarle que se alejara de mí y nunca más se acercara, pero las palabras no salían de mi boca. Sentía la garganta seca y que me ardía con tan solo intentar pasar saliva.¿Qué hace este demonio aquí? ¿Por qué no está Vanda en su lugar? No quiero ver esos ojos tan negros como la oscuridad ni hoy ni nunca y que parecen rasgar mi piel con su profundidad y fuerza.—Despertaras, mi dulce y pequeña rosa —susurró, esbozando una media sonrisa que me llevó a recordar lo que sucedió antes de perder la conciencia.Sentí mis mejillas muy calientes y que me sonrojaba incluso hasta el cuello, por lo que no tuve más opción que apartar la mirada de la suya y apretar
Ese demonio lo que hizo fue trabajarme. No sé cuántos días han pasado y no he sabido nada de él, pero no hay instante del día que no esté presente en mis pensamientos. Odio a mi cabeza por hacerme recordar ese momento tan vergonzoso en el que ni yo misma me reconocí.Todavía me pregunto cómo es posible que le haya permitido hacerme todas esas cosas. Recordar su expresión, pero más que todo la manera en la que me sentí, la furia y la vergüenza se apoderan de mí. Es asqueroso lo que hizo, pero a él pareció gustarle mucho. Los escalofríos me dominan cada que lo pienso.Hoy desperté sintiéndome mucho mejor. Vanda me dijo que ya no era necesario hacerme más transfusiones de sangre, por lo que mis brazos le agradecieron inmensamente por ya no sentir más ese dolor.Me estiré en la cama y sentí dolor en la espalda. Estoy cansada de estar todo el día encerrada en estas cuatro paredes, eso sin contar lo aburrida que me siento sin hacer nada más que mirar del espejo al armario o de los cuadros a
AmbroseAsí que, ¿luego de todo lo que ha pasado entre los dos, todavía tiene tiempo para pensar en ese insignificante humano? ¿Qué más debo hacer para que solo me vea y piense en mí? Blake la tuvo muy fácil con Wyatt. ¿Por qué esta pequeña y dulce rosa es tan difícil y complicada? ¿Acaso le cuesta comprender que ella está hecha para mí y yo para ella?—¿Me estás escuchando, Ambrose?—¿Hum? —miré a mi padre y suspiró—. ¿Decías? —Esa humana te tiene muy distraído, hijo. Sé que ella es tu pareja, pero aquí te necesitamos concentrado. No olvides que Blake te necesita y nosotros dependemos de ti y tus habilidades. —No lo olvido, padre. Permití que se la llevaran y me arrepiento de no haber intervenido cuando podía, pero eso no quiere decir que vaya a permitir que le hagan algún tipo de daño. No voy a dejar que la historia del abuelo se repita.No soportaría ver a uno de los míos sufrir una vez más. Cuando el abuelo murió, mamá se deprimió y se ausentó bastante de la realidad. No quiero
MarianaMe resigné con el paso de los días. Por más que le ruegue a Vanda, sé que no podré salir nunca más de este lugar, así que no le veo gracia alguna discutir con ella por lo mismo. Mi rutina es tan aburrida y estresante, y como no, si mis días consisten en comer y dormir. No hay siquiera un televisor, en el cual pueda distraerme tan solo un poco de todo esto que está por volverme loca.No sé cuánto tiempo ha pasado desde que estoy aquí, pero calculo que han sido largas semanas. Mis padres deben estar muy preocupados por mí, ya que solía llamarlos todos los días. No sirve de nada llorar y pedirles de buena manera que me dejen ir, si no van a compadecerse de mí por más que lo haga.No puedo creer que me rinda tan fácilmente, pero es que no tengo cómo escapar de esta cárcel ni de las garras de ese demonio.Tener a ese ser en el pensamiento se ha vuelto muy contradictorio y todo un fastidio. Una parte de mí lo odia con todas sus fuerzas, pero la otra no puede dejar de pensar en la fo
Era el momento justo para mandarlo a volar y cantarle la tabla, pero de mi boca no salió ni una sola palabra, menos cuando se estaba quitando la ropa de una manera muy lenta y provocativa y sin apartar su mirada de la mía.Cuando se deshizo de su camisa, mis ojos barrieron por completo su ancho y musculoso pecho. Su abdomen marcado y duro me hizo tragar saliva varias veces. Su piel es tan blanca y se aprecia muy tersa. Eh, Ave María, que hombre para estar tan bueno.En lugar de molestarme y sentir vergüenza, todo mi ser se calentó. Me sentía a fuego y no ayudaba para nada que estuviera desnudándose tan abiertamente frente a mí, con una mirada hambrienta y llena de contradicciones.«¿Por qué carajo no le estoy arreando la madre?».Lejos de sentirme furiosa, tenía la viva curiosidad de verlo entero y poder recorrer su bonita piel blanca con mis manos. ¿Será que su piel es igual de fría a sus manos o se sentirá tan caliente como la mía?Lo vi bajarse los pantalones y olvidé que debía rec