De un momento a otro el silencio de la habitación fue interrumpido cuando una vocecita le estaba llamando…
- Matsu… Matsu…
En eso Kyomi empezó a abrir sus ojos lentamente, notando que su canario estaba parado junto a ella y le llamaba, por lo que se incorporó sentándose en la cama para extender su brazo y así el animalito se parara en su mano.
En eso fue recordando lo sucedido el día anterior y con ello se enojó, definitivamente empezaría a pensar en un plan para vengarse del castaño, en eso escucho que alguien toco la puerta y noto que entraba una sirvienta con una bandeja de comida.
- Buenos días señorita, aquí le traigo su desayuno e igual algo de ropa nueva – hablo mientras colocaba una la charola con el desayuno en la mesa de noche – le dejare la ropa en el baño, tiene algún aroma en especial para que la coloque en la tina.
- …
- Bueno no se preocupe, ahora lo arreglo – dijo sonriéndole al notar que la chica no parecía querer responderle, para después ir a prepararle su baño y salir de la habitación.
Eso fue algo extraño, pero en eso sus amigos le recordaron que no había comido nada desde el día de ayer, por lo que se levantó para tomar la charola y empezar a comer el desayuno, después decidió ir a darse un baño mientras dejaba a Matsu y Loli jugando en la cama.
Mientras ella se bañaba, cierto castaño había regresado a su habitación para buscar a su nueva guardiana, pero al entrar noto que no estaba en la habitación, por un momento pensó que se había ido, pero en eso escucho el ruido del agua, por lo que este sonrió de forma picara mientras empezaba a caminar hacia el cuarto de baño con la clara idea de espiar un poco.
Pero cuando estaba a punto de tomar el pomo de la puerta sintió miles de agujas en su mano, en eso miro a ver y en el pomo de la puerta había un pequeño puerco espín parado el cual le miraba con enojo.
- Pero que… - empezó a decir, en eso noto que sobre el puerco espín se paraba un canario que igual le miraba enojado – fuera de aquí, shuuu – les empezó a decir, pero por lo visto eso solo enojo más a los animales ya que el canario tomo a su amigo y ambos se lanzaron contra el castaño.
En eso Kyomi salía del baño ya relajada y cómoda ya que ahora le habían dado una camisa blanca de cuello en V con botones, unos pantalones de vestir negro y unos tenis blancos, bueno al menos eso era mejor que ese ridículo vestido; aunque sus pensamientos fueron interrumpidos al salir del cuarto del baño y ver la escena más rara de su vida: Matsu y Loli estaban peleando contra el castaño, donde el canario le picaba en su cabeza y el puerco espín estaba sobre su cara arañándole mientras que le otro forcejaba para quitarse al que tenía en la cara al mismo tiempo que se pinchaba y buscaba ahuyentar al pájaro.
- Oigan… - les llamo de forma enojada la chica, pero estos estaban entretenidos en su pelea ya que la ignoraron provocando que ella se enojara más y alzara la voz – ¡deténganse! – les volvió a hablar mientras perdía la paciencia y liberaba un aura negra a su alrededor.
Al sentir el instinto asesino, la pelea paro y miraron a una pelinegra enojada.
- Kyomi – le saludo el castaño – auch… - se quejó al notar que le habían picado en su frente y ahora los animales se posaban en cada hombro de la chica.
- ¿Qué haces molestando a mis mascotas? – le reclamo.
- ¡Que…! ellos empezaron – se defendió mirando con recelo a los animales que parecía que se burlaban de el en ese instante.
- … - Kyomi solo le miro a ver mientras cruzaba los brazos.
- Am bueno… que te parece si exploramos la mansión para que te acostumbres al lugar – busco cambiar de tema al sentirse atrapado.
- Hmm… supongo – dijo de mala gana mientras salía de la habitación y empezaba a caminar sin rumbo fija.
- Espérame – dijo caminando rápidamente para llegar a su lado y acompañarla.
En su andar, recorrieron gran parte de la mansión: la sala, el comedor, la cocina, la biblioteca, algunas habitaciones, el jardín, varios cuartos de entrenamiento, la piscina, el cuarto de juegos y otros cuartos con cosas especiales para cada uno de los amigos del castaño, quienes se denominaban a sí mismos sus guardianes. Obvio que el castaño prometió personalizar una habitación con los gustos de ella para que pudiera pasar sus ratos libres en ese lugar, después de ello visitaron el despacho del castaño.
- Y aquí es mi despacho, donde paso la mayor parte del tiempo – dijo con pesadez Antonio mientras notaba como la chica se paseaba.
- Hmmm y ¿porque está lleno de documentos? – dijo mirando los alrededores, donde se podían ver pilas y pilas de papeles.
- Am… bueno es que…
- Torpe… Torpe… - se burló el canario Matsu en ese momento mientras volaba alrededor del lugar.
Esto hizo enojar un poco al castaño, pero se contuvo de iniciar una guerra infantil contra el ave, pero noto que la chica se burla de él porque vio que sonrió de lado al ver su reacción.
- Bueno sigamos el recorrido, nos faltan el área de inventos y la armería – comento el castaño y noto que eso si había captado la atención de la chica y con ello la llevo hasta ese lugar.
Al llegar saludaron a los científicos que estaban en el lugar: uno era un pelirrojo de cabello corto de ojos verdes, de tés clara y usaba lentes, en ese momento llevaba una camisa azul de manga corta con pantalones negros y tenis del mismo color, y el otro era un rubio de cabello corto y ojos verdes que llevaba unas gafas protectoras y usaba un overol color verde oscuro con botas de goma negras; los cuales en seguida empezaron a agobiar a la chica con preguntas para poder empezar su historia e igual diseñarles un plan de entrenamiento, en eso uno de ellos le pregunto sobre el tipo de armas usaba, en eso ellos le dieron un regalo a la chica entregándole unas tonfas modificadas negras que recién había creado.
A Antonio le sorprendió notar que la chica se puso feliz por ese simple gesto haciendo que se ponga ligeramente celoso, pero prefirió olvidar ese detalle mientras seguía observando como los chicos seguían haciéndole preguntas e ingresando la información a su computadora. Después fueron de regreso al comedor donde les sirvieron la comida.
- Y ¿qué te ha parecido todo hasta ahora? Kyomi.
- Interesante…
- Si, bueno ¿qué otra cosa te gustaría hacer?
- Nada, ya que tú regresaras a terminar tu trabajo, Antonio – le dijo una voz detrás suya mientras sentía una pistola que le apuntaba en su cabeza, al girarse se podía ver a un hombre de cabello negro con patillas finas y largas, el cual llevaba un smoking negro, una camisa naranja con corbata negra y zapatos negros bien lustrados, en su cabeza usaba un sombrero negro con una cinta naranja y le estaba apuntando con una pistola glock de color verde.
Entonces de un momento a otro se desato una pelea… y para horror del pobre castaño el comedor era víctima de esa batalla.
Él sabía que esa persona solo le estaba regañando, esa era la actitud normal de su padrino y su ligero humor negro; se suponía estaba de viaje, no pensó que su padrino regresaría tan pronto… pero lo que no conto es que Kyomi se lanzara a pelear contra él… ahora que lo miraba fue mala idea dejar que sus científicos le dieran un arma, por su parte su padrino estaba divertido disparándole y poniéndola a prueba, a la vez que se notaba que ella parecía feliz de pelear con alguien fuerte; lo malo es que ya la mesa estaba rota al igual que las sillas, las paredes ya tenían grietas, los cuadros que alguna vez adornaron las paredes ahora estaban en el suelo partidos en varias partes y de un momento a otro el candelabro que colgaba del lugar se calló haciéndose miles de pedacitos.
- ¡YA BASTA! – les grito muy enojado, recordándoles a los pelinegros que él seguía en el lugar.
- Oh… - se burló Kyomi al notar que ahora el castaño parecía alguien rudo y serio.
- ¿A quién le estas gritando Antonio? – se quejó su padrino.
- A ti Renato, mira como dejaste este lugar – le regaño.
- Yo solo me defendía de su ataque – respondió fingiendo inocencia.
- Tu igual Kyomi, porqu… - empezó a regañarla, pero se detuvo al ver que ella estaba enojada y por alguna razón se sintió intimidado con esa mirada – ah am… te presento a mi padrino… – dijo rápidamente cambiando de tema, obvio que ese cambio fue notado por el pelinegro demostrándolo levantando una ceja mientras lo miraba seriamente, para luego sonreír ya que había entendido todo.
- Mucho gusto señorita – le saludo quitándose el sombrero y caminando hasta ella para luego hacer una ligera reverencia– soy Renato De Santis a sus servicios – dijo en tono coqueto mientras tomaba la mano derecha de ella y le depositaba un beso, notando que su teoría era cierta al ver que eso ponía celoso a cierto castaño.
- Hmm… Matsumoto Kyomi – respondió con simpleza la chica.
- Y… ¿qué hace una hermosa mujer como usted en la Cosa Nostra? – siguió hablando Renato mientras disfrutaba ver el tic en el ojo del castaño.
- Estoy aquí porque el me oblig… - empezo a hablar, pero en eso rápidamente Antonio le tapó la boca ya que se colocó detrás de ella para impedir que hablara, obviamente esta acción solo acentuó más la sonrisa sádica de cierto pelinegro.
Aunque Antonio consiguió que la chica no hablara esta se enojó y le golpeo con toda su fuerza en el estómago usando sus nuevas armas, haciendo que este perdiera algo de aire y callera de rodillas mientras la chica salía de la habitación.
- Hmm… que patético te viste - se burló Renato quedando parado frente a el – y yo que pensé que habías aprendido bien, pero veo que necesitas más lecciones – se burló.
- Que… - dijo asustado el castaño.
- Sabes te felicito: ella si será una buena esposa para ti, no como la interesada de Katerin – siguió hablando.
- ¿Como es que...?
- Vamos Antonio te conozco, solo eso explicaría porque una ex-asesina de Limit este en la casa.
- Bueno si…
- Por lo visto es fuerte, pero a ti aun te falta entrenamiento y obviamente me tomare la tarea de ayudarte con eso – dijo mientras le volvía a puntuar al castaño con su arma y le sonreía – bueno… empecemos… - hablo notando que la cara de chico se ponía azul mientras lo tomaba del cuello de su camisa y lo arrastraba a uno de los cuartos de entrenamiento.
Se podían escuchar algunas explosiones que resonaban como eco por toda la mansión, algunos empleados aún se asustaban por eso… otros ya estaban acostumbrados, ya que normal cuando el padrino de su jefe llegaba a casa de alguna misión: su pasatiempo favorito siempre era visitar a su ahijado y torturar… tutorizarlo para que siempre sea un jefe digno.Kyomi por su parte se sentía un poco más tranquila, no tenía a ese mafioso encima suyo por lo que ahora estaba usando uno de esos cuartos de entrenamiento que le había enseñado. Estaba probando sus nuevas armas, era cierto que por su trabajo aprendió a manejar todas las armas existentes, pero prefería sus amadas tonfas por la libertad de movimiento que tenía con ellas. Mientras practicaba Matsu y Loli estaba en un rincón de la habitación, dormidos.Después de un rato decidió ir a descansar un poco, regreso a la habitación del castaño donde vio para su horror que solo tenía ese ridículo vestido para ponerse, el cual ya estaba lavado y colgad
El sol empezaba a colarse por las cortinas de la habitación, en la cual se podía apreciar dos cuerpos que estaban abrazados y seguían durmiendo de forma pacífica, el silencio era tan agradable y tan acogedor que hasta las mascotas de la pelinegra seguían durmiendo en su jaula.Pero desgraciadamente nada dura para siempre, ya que en ese momento alguien interrumpió esa calma entrando a la habitación y azotando la puerta en el proceso.- Buenos días Anton… - empezó a hablar un joven de cabello blanco con un corte estilo long fade, de ojos verdes y tés clara, el cual usaba un smoking negro con camisa blanca y corbata negra. Pero su saludo fue cortado porque en ese momento una tonfa se estrelló en el marco de la puerta rozando a centímetros de su rostro haciendo que este quedara ligeramente azul del susto. Bueno era verdad que su jefe y amigo tenía un mal despertar… a veces, pero se suponía que había tomado un descanso y no debía haber problema además jamás le había lanzado un arma… - Am…
Había tardado 3 horas en volver a acomodar su oficina y el resto de la tarde y la noche en hacer su tan odiado papeleo, el cual se incrementó gracias a su linda pelinegra y Lucia… de hecho con tanto trabajo Leonardo, por órdenes de Renato, no le dejo salir de la oficina hasta que terminara.Miro a ver el reloj con pesadez eran las 3:30am… se estiro y se colocó de pie para ir a su habitación a dormir, en eso una idea le alegro la madrugada: Kyomi le incremento su papeleo, lo que significaba que se había ganado un castigo y si tenía suerte podría repetir lo de la noche anterior, con ese plan en mente avanzo feliz hasta su habitación.Al llegar a su habitación, noto que ella estaba profundamente dormida y la luz de la mesita de noche estaba prendida, por lo que rápidamente se fue a cambiarse de ropas, ahora con algo más cómodo se encamino hacia la cama, pero en eso noto que debajo de la lámpara había una nota que decía: Tú duermes en el sofá, mafioso.Al leer la nota sintió un tic en su
El resto de la semana había pasado de la forma más “normal”, bueno lo normal a lo que Antonio estaba acostumbrado con su loca familia y las visitas en casa, ya que Lucia no perdí tiempo y se la pasaba rompiendo la casa en sus peleas con Kyomi e igual Sylvana de vez en cuando rompía las cosas que estaban a su lado, por su lado Renato lo torturaba cada que estaba aburrido, Leonardo lo tenía atrapado en su oficina por el papeleo mientras los demás seguían haciendo lo suyo, Santino cada que podía entraba a llorarle-pedirle-exigirle dulces, Kenji de vez en cuando le interrumpía su trabajo para decirle que fuera a entrenar con él, Yumiko siempre entraba a acompañarle aunque realmente entraba a observar a Leonardo y ponerse a pelear con él, mientras que los científicos casi a diario estallaban algo dentro de la casa por sus experimentos… al menos la única que no causaba problemas era Carina… al menos. Sobre su problema de intrusos en su habitación, este se logró resolver sin que el hiciera a
Eran las 2:45am… se había despertado algo agitada por un sueño extraño que había tenido por lo cual, estaba de mal humor, aunque de cierta forma se sentía preocupada, era verdad que Antonio le había dicho que fingió su muerte, pero aun así no se sentía del todo tranquila, maldiciendo sus pensamientos se encamino al baño para lavarse la cara y luego regresar a dormir.Busco abrir la llave del lavamanos y se mojó la cara mientras pensaba que al amanecer investigaría un poco por su cuenta, con eso en mente seco su cara y se estiro un poco, bueno ya se sentía mejor por lo que ahora regresaría a dormir, pero en solo unos instantes sintió como alguien la jalaba hacia atrás y luego la aprisionaba en un abrazo…- ¿A dónde crees que vas? – escucho que le susurraban al oído al mismo tiempo que sentía que besaban su cuello por lo que ahora busco zafarse mientras se regañaba mentalmente ya que había olvidado que lo dejo encerrado en el baño.Antonio no había logrado conciliar el sueño… aunque la
Ya había pasado una semana desde que logro castigar a su hermosa pelinegra, el lado bueno es que al menos podía dormir en su cama en su compañía… lo malo es que dormía esposado y amarrado a su lado de la cama; bueno ya era un avance, al menos ya no era el sofá o la tina, pero si su cuerpo servía de almohada de vez en cuando para sus rivales.Por otro lado las cosas en la mansión estaban demasiado tranquilas… bueno pero eso se debía a que algunos habían salido de misión o a atender algunos asuntos pendientes: Leonardo fue secuestrado por Yumiko (para alivio de cierto castaño, porque su amigo no dejaba de traerle más documentos para firmar) según porque lo necesitaba para resolver un asunto importante… claro que Antonio sabia el trasfondo de todo eso y deseaba que sus amigos al fin dejara de ser tan difíciles y un poco cabezas duras y aceptara abiertamente los sentimientos que sentían por el otro; por otro lado Kenji se fue de viaje a Francia por una misión y al mismo tiempo para visita
Aunque jamás lo admitiera, en verdad lo había extrañado por el simple hecho de que lo amaba… y lo amaba demasiado para su propio gusto, aunque igual no se quejaba mucho ya que conoció a Kyomi y francamente habían creado una extraña enemistad-amistosa con ella… por así decirlo, donde ambas disfrutaban molestar y pelearse con la otra o si no simplemente busca molestar al castaño ya que él era su víctima favorita para molestar.Debía de admitir que a veces extrañaba su vida en la mansión Cosa Nostra, donde ejercía su papel como una de los guardianes principales de Antonio y siempre buscaba crearle más papeleo al castaño en cada misión que se le asignaba por el simple hecho de enojarle, aunque obvio eso tenía sus limitaciones ya que si lo enojaba demasiado el castigo no era nada agradable… pero cuando se casó con Dante ese cargo se lo heredo a su gemela y ella paro a vivir en la mansion Benedetti.Actualmente contaba con 2 años de matrimonio y ahora que lo pensaba como es que termino enam
Ya había pasado una semana desde que Dante técnicamente paso a vivir a la mansión con ellos, ya que la razón era sencilla: le gustaba molestar a Antonio y la segunda para estar al lado de su amada Lucia ya que aún no quería regresar a la mansión Benedetti; lo cual significaba más papeleo para el pobre castaño, quien acababa maldiciendo su suerte y podía jurar que ellos lo hacían apropósito con tal de enojarle y fastidiarle. El único lado bueno es que había podido regresar a dormir a su propia habitación, al parecer el mal humor de Kyomi había desaparecido y regresado a su actitud normal, supuso que tal vez fue demasiado para ella el tener que ir a la mansión Della Rovere a ver a su primo y a sus amigos.Aunque igual tampoco le enojaba su situación actual, ya que la mansión principal siempre se había caracterizado por ser demasiado ruidosa con toda su familia y amigos presentes, pero a pesar de eso se sentía cálida porque ahí se encontraban todas las personas que eran importantes en su