Hola hola! ¿Qué les parece este capítulo? Me dolió por el vampiro, pero recuperó sus esperanzas. Se vienen más emociones Los leo! Bso Kika
Marina No podía creer lo que había hecho a mi más querido amigo. Por mi mente pasaban todos los recuerdos que tenía con el vampiro: cuando me ayudaba y me daba consejos, cuando me decía que era una excelente rastreadora y me necesitaba. Había sido mi mentor, mi cómplice, me había hecho creer en mí
Marina— Marina… mi amor —me susurra Bruno, pero cada vez que estoy más cerca de él siento el pedido imposible de atacarlo, y yo misma me sorprendo cuando doy una vuelta y lo pateo, buscando golpearlo. Pero él me esquiva.—Estoy seguro de que puedes hacerlo mejor, mi guerrera... tienes que acabar co
Fabrizio —¿Qué demonios está sucediendo? —veía el caos circundante, especialmente un viento terrible que se acercaba, parecía un ciclón. Xavier me había dejado mientras él y Bruno habían sentido a Carmen y a Marina, y yo rogaba que pudieran encontrarlas. Iba recuperando mis fuerzas y esperaba dent
Alaric —Si crees que me vas a impresionar con tus tontos trucos, estás muy equivocado —le gritaba a mi hermano por encima del viento. Debía confesar que era mentira, puesto que realmente me impresionaba lo que estaba haciendo. Para mí, la fuerza de un lobo estaba en sus garras y en sus músculos, e
Xavier Haberme separado de mi mate había sido lo peor que había experimentado en mi vida.No podía dejar de pensar que Aníbal se había tomado demasiadas molestias para tenerla, que se había aliado con el enemigo, no había aceptado el rechazo aun cuando Carmen me eligió a mí, no a él. De alguna form
—¿Qué quieres decir con que la acabaste? ——Exactamente lo que está pasando por tu tonta cabecita. Le pedí a mis aliados que la apresaran —contesta Lucio con tal naturalidad que me deja pasmado. La idea de tener una mate me disgustaba… ¿Pero acabar con ella? Pensé quizás rechazarla o alejarla lo má
Fabrizio—Freya ¡No…! —escuchaba al rey con horror. Las guerreras habían logrado incendiar el lugar sagrado que ahora se apagaba, el viento llevándose todo; Amelia y yo habíamos intentado protegerlas, así como al resto de los guerreros y aliados cercanos. Pero había sido inútil, era demasiado. Fre
Alaric—¿Realmente has sido tan tonto?— dice Lucio.—Por tu muerte, haría lo que sea...——No tienes ni idea, ¿verdad? ¡Solo eres un lobito asustado y desesperado! —grita él, no quita la mirada del puñal. —¿Ahora tú me vas a dar lecciones de sabiduría, buen juicio y una buena toma de decisiones? ¿Ti