Hola hola! Aníbal será que se da cuenta de en que se está metiendo? Los leo! Bso Kika
CarmenLos acontecimientos en la manada Luna Gris y todo lo que había pasado parecía ahora como una lejana pesadilla y nuestra estadía en Luces del Norte era tranquila. La manada era grande y próspera y los integrantes muy corteses, guerreros fuertes y bien entrenados y todos se mostraban muy atento
Xavier Había enloquecido estos días. El hecho de no tenerla me abrumaba, saber que ella y yo teníamos problemas, aunque fuera lo más normal del mundo. Las parejas solían tener pasar por varias cosas, pero yo no soportaba la idea de que estuviéramos separados. Me había comportado como un imbécil en
Carmen—¿Volviste a ver tu marca? —preguntaba cuando me levantaba y no lo encontraba a mi lado. De repente, él aparecía vestido, pero inmediatamente se acercaba a mí, quitándose poco a poco la ropa. Se veía sonriente, brillaba, mi mate estaba emocionado.—Culpable... fui hasta el espejo del salón pr
AníbalHacía ya un par de días que no podía dormir. Cada vez que cerraba los ojos, las imágenes volvían a mi mente, como si hubiesen sucedido hace pocos minutos. Mi cuerpo temblaba solo de recordarlo. —No puedo hacerlo... es mi padre —balbuceaba. De todas las cosas que pensé que iban a suceder cuan
Fabrizio—Esto me da muy mala espina —señalaba Alaric en cuanto nos acercábamos a la gran casa de Valerius. Yo debía confesar que estaba bastante curioso; era uno de los vampiros más antiguos y más poderosos, y no todo el mundo sabía dónde vivía. Nos dieron la información cuando confirmamos nuestra
Marina—Supongo que demasiado tranquilos la habíamos pasado; algo tenía que suceder —decía Bruno refunfuñando mientras íbamos caminando por unos matorrales cerca de un lago, más allá en los territorios de Su Majestad.—Tuvimos nuestros buenos momentos, ¿no es cierto? Pero el deber llama —decía yo ri
Fabrizio—¿Mi sangre?— Alaric se levanta de su silla rápidamente. Estamos en posición de defensa, excepto Valerius, que parece tranquilo, como si leyera el periódico matutino.—Su sangre, prometer una revisión de los territorios y…——¿Para qué quiere alimentarse de su sangre? —pregunta Amelia.—No l
Marina—¡Cuidado! ——¿Pero qué en el nombre de la diosa…? —susurra Bruno, quien se coloca frente a mí.La bestia aparece saliendo de entre los árboles, algunos los rompe como si no fuera nada mientras avanza hacia nosotros, dejándose ver claramente. Si las conclusiones de Fabrizio son ciertas, no me