Él se acerca poco a poco con mucho cuidado y se arrodilla ante mí en una actitud como si fuese un perro regañado que viene a rogar por su vida. — Sé que lo que he hecho no está bien, yo he tenido una vida acomodada y de lujos y pensé que todo se me tenía que dar fácilmente. No lo vi en el momento y
—Estoy listo —dije mientras dejaba mis armas encima de la mesa. Se había preparado el primer desafío, iba a hacerse en los bosques del Rey; se suponía que eran sagrados y se necesitaba el permiso mismo de Su Majestad para poder entrar. No parecía extraño que fuera el lugar del primer desafío en u
—No es que no quiera... ¡Diosa, no hay nada que desearía más que acabar con ese imbécil! Pero las reglas... —digo, y veo la furia en su cara. —¿Prefieres cumplir las reglas que salvar a tu propia mate? No eres el mate que yo merezco— dice ella, y es como si me apuñalaran el corazón. —Carmen…— —Di
Carmen Xavier había ganado el primer desafío, y yo no podía estar más feliz. Todos lo felicitaban y alababan, puesto que lo que había tenido que enfrentarse no había sido fácil. Y, sin embargo, él solo tenía ojos para mí. —Quiero llevarte a una cita... una cita humana —me había dicho, y yo no sab
—Gracias a ti... por aceptar estar aquí —me decía, y llenaba mi corazón de alegría. —Agradezco tanto que haya sido tú quien haya ganado —le confesaba, y él acariciaba mi cabello, colocando un mechón detrás de mi oreja. —Estaba desesperado, temía no encontrarte. Realmente pensé que estabas en probl
Carmen —Hija, es realmente una alegría tenerte aquí ¡Verte! ¡Saber que estás bien! ¡Oh ahora estaremos juntos como una familia cuando vuelvas a Luna de Sangre!—decía mi madre, absolutamente deleitada. La veía bien vestida, maquillada y peinada como si fuera a un gran evento, viéndome de arriba a
—¿Por qué no me extraña de esa manada? —preguntaba el vampiro en voz baja. —La voy a sacar a patadas... —decía Xavier, pero el vampiro le ponía una mano en el brazo. —Dejemos solo esta cena... ellos mostrarán su cara tarde o temprano. No comprometamos al rey en más problemas —decía el vampiro y yo
Aníbal —Su majestad... nosotros somos unos humildes lobos — decía la madre de Carmen. Mi objetivo era mostrar de alguna manera todo lo que mi manada ha podido ofrecerle. Ella nunca había tenido una familia, ahí yo podía dársela. Yo había hablado con ellos y les había rogado venir. Pero desde el