Carmen Había momentos en el día en que tenía que pellizcarme para saber que lo que me estaba ocurriendo era de verdad, este era mi realidad, un poco extraña y disparatada. Pero era mejor que lo que yo experimentaba en la manada. Xavier me había besado, me había provocado las más deliciosas sensac
Pero el mundo sigue. —Aquí tengo la lista definitiva de los exámenes que tiene que hacerse Carmen, hablaré con Freya para que actuemos lo más rápido que podamos, mientras sea antes mejor— explica la doctora y yo me siento ansiosa. Jamás he notado nada raro en mi corazón y en mi salud, más bien c
Fabrizio —Es preferible tenerlo aquí adentro para que podamos vigilar lo que sucede —dice el rey. —Sí, pero él la maltrató a ella. No es seguro para nadie que él esté aquí —dice Marina, y yo la apoyo. —Alfa Xavier también se ha comportado de forma descontrolada en diversas ocasiones —dice el rey
Lo dejo de malhumor, y la situación es tensa cuando Aníbal aparece muy sonriente con regalos para la señorita. —Mi pequeña mate… lamento tanto lo sucedido… por favor perdóname. En muestra de mi sinceridad… traje esto para ti— dice él llenándola de regalos caros, joyas, relojes, vestidos. Ella… ni
Aníbal — ¿Y qué voy a hacer ahora que estaré fuera? El castillo está en mi contra, el rey no es ningún tonto, sé que me tendrá vigilado y ahí estaré solo... — le digo al vampiro, quien parece tener una respuesta para todo. Yo ya tenía que volver… y sentía que iba con las manos vacías. — No te p
Al menos ellas más felices que Carmen, eso era seguro. Yo con ella había comprado joyas preciosas. Pero, mi mate parecía confundida. — Son lindas, eso solo que... son muy lujosas para usarlas. Quizás en una fiesta… — dice ella y me doy cuenta de que ya no tartamudea. ¿Será que ya no me tiene miedo?
Carmen Sabía que esto había sido una mala decisión y ahora corría por mi vida, estaba en un estúpido vestido que no me dejaba moverme bien mientras iba por el bosque desconocido. Con todo y eso, sentía que estaba en mi lugar natural, y preferiría cualquier cosa antes de estar de nuevo en sus mano
—Tomé un poco de agua, señorita... —dice Fabrizio mirándome con atención y a todo lo que sucede. Supongo que nadie previó nada de esto. Se coloca frente a mí y de Mari. —Estábamos hablando, pasando un excelente momento, ella estaba muy feliz con todos mis regalos... ¿Acaso no se ve hermosa? ¿Como u