Mientras Elena, Irina y Leandro se dirigían a casa de la familia Bemberg, eran seguidos por un coche Mercedes Benz negro sin placas; al principio el conductor lo toma como un transeúnte más que circulaba a su casa, aun cuando la dirección que tomaba era exclusiva para algunas personas, decidió tomar precauciones y aminora la velocidad para dejarlo pasar. Si los estaban siguiendo era una forma de darse cuenta, de lo contrario daría aviso al resto de los guardaespaldas.
Para no ser descubiertos el coche que los perseguí muy de cerca, decidió rebasarlos y estacionarse unas cuadras más adelante; en el momento que ellos pasan, el coche cometió el error de reinicia su marcha, atrayendo la atención del conductor, quien estaba entrenado para reaccionar en momentos como este.
Cómo todos los pasajeros iban ensimismados en sus problemas, mando una alerta al celular del Príncipe y del Sr. Kurt, dando a conocer su ubicación. Después de solicitar apoyo, trato de perderlos por algu
No podían hacer más que esperar que llegaran todos a casa. La preocupación las estaba matando, pensaron que era un plan elaborado por sus esposos por querer ayudar a los chicos; lo que no contaban era que su enemigo regresaba después de muchos años. En cuanto el Sr. Leandro se comunicó con el Príncipe, este le dio a conocer los pormenores de lo que ocurría, como era de esperarse las personas que fueron interceptadas ya se encontraban en la guarida en espera de la llegada de Kurt y del capitán de policías para ser interrogados. Continuaban rastreando la información, pero su principal hacker estaba incomunicado, lo que alargaría el proceso unos minutos, los cuales eran fundamentales para llevar la delantera. Mientras tanto la reunión estaba por llegar a su fin, lo que aprovecho Andrew para salir con Zury en el coche de uno de sus amigos por la puerta trasera de la empresa, era una forma de no levantar sospechas y liberarse de que los siguieran. El resto de los chicos e
Vaya chica, ella si quería que su padre le dijera la verdad de las cosas, pero no era capaz de revelar todas sus identidades (y vaya que tenía) ¿Quién la entendía?. Una hora y media después, el resto de la familia y los chicos se dirigían a la villa de los Bemberg, usando diversos vehículos para ver a quien de todos seguían. El Sr. Kurt había movilizado a la mayor parte de su gente para la seguridad de todos, nadie se atrevió a llevarle la contraria, mucho menos con el humor que se cargaba. Debían conocer primero al enemigo, después acabar con él a como diera lugar. Los coches y motos se dirigían a diversos lugares según lo planeado, el destino final era la Villa de los Bemberg en donde ya los estaban esperando. No es que fueran exagerados pero el número de personal que desplegaron fue impresionante, ni el mismo presidente presentaba un número tan grande de seguridad. Kiya: ¿Dónde estás? ¿Tienes alguna información adicional? ¿Quién es
Sin duda alguna, valía cada peso que pagaba por sus servicios, pero acaso no acaba de decir el que no estaba disponible y ahora les enviaba los datos; más tarde arreglarían ese asunto, lo principal era saber de quien se trataba. -¡Lo sabía! Esta mujer tiene ganas de morir en mis manos -dijo el Sr. Kurt. -¿Ya viste quien la está ayudando? -comento el Sr. Leandro. -¡Si!. Ahora entiendo el interés, de que el proyecto no se llevara a cabo -comento el Sr. Kurt. -Debemos investigar que los une -dijo el Sr. Leandro. -Son hermanos, bueno, a decir verdad son medios hermanos -respondió Kiya. –Si continúan leyendo el correo verán un archivo, donde viene toda la información de las personas que se mencionan en el primero, pero no se asusten, él solo quiere dinero. Piensa que con lo que te ha robado durante todos estos años y lo que obtenga de este negocio, podrá retirarse muy pronto, lo que no sabe es que se metió con las personas equivocadas. -¿De
La llamada se enlazo a los pocos segundos, pero no fue respondida. Ahora si estaba verde del coraje, cuando lo tuviera enfrente lo colgaría de una mata de coco personalmente; Al quinto intento, la llamada se conectó escuchándose un silencio por ambos lados. -No sé quién te crees para no responder a mis llamadas, ¿acaso no sabes quién soy? –grito el Sr. Kurt. -Lo siento, no puedo ayudarte, estoy comiendo y a mi padre no le gusta que conteste las llamadas mientras estoy con mi familia -dijo una voz de mujer del otro lado de la línea. -Me importa poco lo que tú padre diga, acaso no se te paga bien por tus servicios -dijo el Sr. Kurt. Estaba tan interesado en tenerlo cerca, que no se percató de la voz y que justamente delante de él, su hija atendía el teléfono respondiendo a cada pregunta que le realizaba (yo si le doy unos zapes por burro). -Perfecto, con gusto le pasare la queja a mi padre, pero no creo que le agrade su comentario -dijo Kiya riendo ante
La media noche les llego pronto entre tantas discusiones, lo mejor era quedarse a dormir en la villa y no es porque fuera muy lujosa, la verdad es que no querían perderse el pleito entre padre e hija; hasta apuestas hicieron sobre la mesa para ver como terminaba la situación. Al día siguiente era sábado, nadie tendría que ir a trabajar, eso garantizaba la seguridad de los integrantes de ambas familias y del Club de Toby. Estando todos bajo el mismo techo podrían trabajar en conjunto para dar con el paradero de los sospechosos. Bruce habla con los padres de sus amigos, él no podía simplemente cruzarse de brazos y esperar a que encontraran a su madre, tenía un hotel que dirigir y estar al pendiente de lo que sucedía, no llegar igual podría darles pistas al enemigo, por lo que aceptaron que fuera a trabajar acompañado de uno de los chicos y de los guardaespaldas que le fueron asignados. Podían entender el cuestionamiento de Bruce y Melody respecto a su madre, la
Todos sabemos que los niños y los borrachos siempre dicen la verdad. Eso le paso a nuestra protagonista en este capítulo. -Creo que hoy es un día maravillo -dijo Kiya a su amiga. -Sería mejor si dejaras de tomar, al paso que vas tendré que llevarte cargada o arrastrando a tú cuarto -respondió Melody. -Que agua fiesta me saliste amiga, estamos en casa, nada malo puede pasar -dijo Kiya. -No lo digo por eso, sino porque desde que llegaste a la alberca, solo tienes ojos para él -dijo Melody mientras señalaba a Daniel, que estaba a unos cuantos metros con sus amigos jugando cartas. -Creo que te hace falta visitar a un oculista más seguido, mis ojitos no han estado en él -dijo Kiya, tratando de mirar a otro lado, pero las copas que traía demás era imposible ocultar lo que estaba pasando. -Si tú lo dices, voy hacer como que te creo -dijo Melody. –Pero después no quiero escucharte llorando o con tus largos argumentos, ya me los he todos de mem
Daniel Creo que me estoy metiendo en un serio problema al salir con Kiya de esta manera de la villa, en los últimos días hemos tenido muchos problemas por la mamá de Bruce. Mis padres y mis tíos están al pendiente de lo que pasa, aunque estamos pasando un fin de semana tranquilo, la locura que estamos haciendo nos meterá en un problema serio, tan solo mi tío vea el mensaje que le acabo de enviar; Espero que dios me agarre confesado y con todos mis pecados absueltos. -¿Qué tanto es lo que rezas? -dijo Kiya. -Por mi vida -respondió Daniel -¡Exagerado! No te estoy secuestrando, viniste por tu propia voluntad -dijo Kiya. -¡Solo yo te hago caso! Aun así me maltratadas, que desconsiderada de tú parte, debes de valorarme un poquito más -dijo Daniel. -Ni que fuera para tanto, solo es una pequeña salida de amigos, tampoco te des de lujo -dijo Kiya. Teníamos diez minutos de camino, seguía sin entender a donde se dirigíam
Kiya Fiesta, fiesta, que siga la fiestaVamos a darle fiesta a esta genteHasta que amanezcaFiesta, fiesta, que siga la fiestaVamos a darle fiesta a esta genteHasta que amanezca Ya va a amanecer (que me importa)Ay que trabajar (que me importa)Yo me quiero ir… Hay mi cabeza, mi cabeza, que le pusieron a las bebidas anoche que me está matando, no vuelvo a tomar, hasta el próximo fin de semana que son las convenciones. Por más que trataba de pararme el cuerpo no me respondía, eran las doce del mediodía y no había poder humano que me hiciera pararme de la cama (pero ¿Qué tal ayer? Ni te acordabas de quejarte, ahora friégate). La verdad estaba muy cómoda, tenía mucho que no me sentía así, pero el dolor de cabeza me estaba matando, quien diría que una noche de copas con Melody, me dejaría tan mal. Hablando de ella, debe estar peor que yo, solo espero que no me haya vomitado todo el cuarto a como acostumbra.