La llamada se enlazo a los pocos segundos, pero no fue respondida. Ahora si estaba verde del coraje, cuando lo tuviera enfrente lo colgaría de una mata de coco personalmente; Al quinto intento, la llamada se conectó escuchándose un silencio por ambos lados.
-No sé quién te crees para no responder a mis llamadas, ¿acaso no sabes quién soy? –grito el Sr. Kurt.
-Lo siento, no puedo ayudarte, estoy comiendo y a mi padre no le gusta que conteste las llamadas mientras estoy con mi familia -dijo una voz de mujer del otro lado de la línea.
-Me importa poco lo que tú padre diga, acaso no se te paga bien por tus servicios -dijo el Sr. Kurt. Estaba tan interesado en tenerlo cerca, que no se percató de la voz y que justamente delante de él, su hija atendía el teléfono respondiendo a cada pregunta que le realizaba (yo si le doy unos zapes por burro).
-Perfecto, con gusto le pasare la queja a mi padre, pero no creo que le agrade su comentario -dijo Kiya riendo ante
La media noche les llego pronto entre tantas discusiones, lo mejor era quedarse a dormir en la villa y no es porque fuera muy lujosa, la verdad es que no querían perderse el pleito entre padre e hija; hasta apuestas hicieron sobre la mesa para ver como terminaba la situación. Al día siguiente era sábado, nadie tendría que ir a trabajar, eso garantizaba la seguridad de los integrantes de ambas familias y del Club de Toby. Estando todos bajo el mismo techo podrían trabajar en conjunto para dar con el paradero de los sospechosos. Bruce habla con los padres de sus amigos, él no podía simplemente cruzarse de brazos y esperar a que encontraran a su madre, tenía un hotel que dirigir y estar al pendiente de lo que sucedía, no llegar igual podría darles pistas al enemigo, por lo que aceptaron que fuera a trabajar acompañado de uno de los chicos y de los guardaespaldas que le fueron asignados. Podían entender el cuestionamiento de Bruce y Melody respecto a su madre, la
Todos sabemos que los niños y los borrachos siempre dicen la verdad. Eso le paso a nuestra protagonista en este capítulo. -Creo que hoy es un día maravillo -dijo Kiya a su amiga. -Sería mejor si dejaras de tomar, al paso que vas tendré que llevarte cargada o arrastrando a tú cuarto -respondió Melody. -Que agua fiesta me saliste amiga, estamos en casa, nada malo puede pasar -dijo Kiya. -No lo digo por eso, sino porque desde que llegaste a la alberca, solo tienes ojos para él -dijo Melody mientras señalaba a Daniel, que estaba a unos cuantos metros con sus amigos jugando cartas. -Creo que te hace falta visitar a un oculista más seguido, mis ojitos no han estado en él -dijo Kiya, tratando de mirar a otro lado, pero las copas que traía demás era imposible ocultar lo que estaba pasando. -Si tú lo dices, voy hacer como que te creo -dijo Melody. –Pero después no quiero escucharte llorando o con tus largos argumentos, ya me los he todos de mem
Daniel Creo que me estoy metiendo en un serio problema al salir con Kiya de esta manera de la villa, en los últimos días hemos tenido muchos problemas por la mamá de Bruce. Mis padres y mis tíos están al pendiente de lo que pasa, aunque estamos pasando un fin de semana tranquilo, la locura que estamos haciendo nos meterá en un problema serio, tan solo mi tío vea el mensaje que le acabo de enviar; Espero que dios me agarre confesado y con todos mis pecados absueltos. -¿Qué tanto es lo que rezas? -dijo Kiya. -Por mi vida -respondió Daniel -¡Exagerado! No te estoy secuestrando, viniste por tu propia voluntad -dijo Kiya. -¡Solo yo te hago caso! Aun así me maltratadas, que desconsiderada de tú parte, debes de valorarme un poquito más -dijo Daniel. -Ni que fuera para tanto, solo es una pequeña salida de amigos, tampoco te des de lujo -dijo Kiya. Teníamos diez minutos de camino, seguía sin entender a donde se dirigíam
Kiya Fiesta, fiesta, que siga la fiestaVamos a darle fiesta a esta genteHasta que amanezcaFiesta, fiesta, que siga la fiestaVamos a darle fiesta a esta genteHasta que amanezca Ya va a amanecer (que me importa)Ay que trabajar (que me importa)Yo me quiero ir… Hay mi cabeza, mi cabeza, que le pusieron a las bebidas anoche que me está matando, no vuelvo a tomar, hasta el próximo fin de semana que son las convenciones. Por más que trataba de pararme el cuerpo no me respondía, eran las doce del mediodía y no había poder humano que me hiciera pararme de la cama (pero ¿Qué tal ayer? Ni te acordabas de quejarte, ahora friégate). La verdad estaba muy cómoda, tenía mucho que no me sentía así, pero el dolor de cabeza me estaba matando, quien diría que una noche de copas con Melody, me dejaría tan mal. Hablando de ella, debe estar peor que yo, solo espero que no me haya vomitado todo el cuarto a como acostumbra.
Bien dicen que el miedo no anda en burro, pero ahora se enfrentaría a sus padres, y todo por la locura de una noche. -¿Puedo saber dónde andaban? -dijo Melody muy preocupada. -Yo también quiero saber -dijo Caleb sonriendo (Por no decir que tenía cara de chismoso). -Si a esas vamos, me uno al chisme -comento Said, con las manos sobre el pecho. Vaya amigos, cuando los necesitas se confabulan en tu contra pensó Daniel. No era momento de gastar sus energías con ellos, esperaba los reclamos de sus padres y de sus tíos desde que entraron por el portón. -Yo no sé qué hicieron, pero si les puedo decir, que si saben rezar empiecen. Sus padres los esperan en el despacho -dijo Bruce muy serio. Conocía muy bien a Daniel, a pesar de que cometía muchas estupideces seguidas escaparse de esa manera no era su estilo, esto tenía un toque de ella. Pero no era el momento de averiguarlo, sus padres los esperaban y no de la mejor manera. -Gracias. V
Mientras ella salía del despacho, seguida por su madre y su tía, los hombres se habían quedado para saber que estaba pasando, por mucho que quisieran no se tragaban ese cuento de los dos, menos conociendo a sus hijos. En cuanto Melody vio salir a su amiga, fue tras ella, quería saber la verdad desde la fuente y eso era precisamente lo que haría. Era raro el comportamiento de Kiya, sobre todo porque involucraba a Daniel, al que se supone que no soporta por muchas cosas. Como era de esperarse el Club de Toby tenía diversas especulaciones sobre el tema. Por más que trataron de presionar la situación, ninguno de los dos aflojo, se mantuvieron firmes en la mentira, para ello tuvieron que mover algunas influencias de “K” en el bajo mundo para que los artículos que habían mencionado ante sus padres, llegaron a su casa el día siguiente, dando así veracidad de los hechos. Los días transcurrieron sin complicaciones, poco a poco habían obtenido la información de las per
-Santa virgen de la macarena, ¡CASADA!, ¡Nooo!, esto no puede ser verdad. Yo… yo… yo no pude hacer esto -dijo Kiya, mientras gritaba como loca desquiciada en medio del cuarto (de por sí ya estaba loca la pobre, quedo peor). -No sé qué decirte -dijo Melody. –A veces eres una loca desquiciada que necesita de mí para sobrevivir, pero ahora no tengo como salvarte, esto es más que una locura. -¡Cállate! No ves que no carburo lo que dice esa hoja y tú sigues poniéndole sal a la herida. Ahora si me dejan sin herencia mis padres, creo que más de uno se volverá loco con esta noticia -dijo Kiya. -Bueno, debes de preguntarle a Daniel ¿Qué paso se fin de semana? -dijo Melody tratando de quitarle importancia al asunto, mientras veía el estado en que se encontraba su amiga. -Llámalo -ordeno Kiya. -¿Yo por qué? Si tú fuiste la que se fue de fiesta con él -respondió Melody. Le gustaba ver a su amiga en apuros, y ahora se está divirtiendo a lo grande a
-¿Ustedes de verdad se volvieron locos? -pregunto Bruce. Después de que todos tomaron asiento para buscar una solución a un problema que no tenía. -¿Cuándo pensaban decirnos? -dijo Andrew. -Yo… yo… yo apenas me di cuenta hoy -dijo Kiya. -Deja de jugar, ya sabemos de lo que eres capaz -respondió Caleb. Todavía no olvidaba como trato a su amigo meses antes, que lo hizo alejarse de ellos, y él tuvo que pagar las consecuencias en México (bien que te acuerdas de la chica que te puso en tú lugar mequetrefe de quinta). -Ella tiene razón -respondió Melody. No iba a permitir que trataran mal a su amiga, eso solo lo podía hacer ella y nadie más. -Kiya encontró el documento cuando abrió la bolsa que iba a usar hoy, como no sabía de qué trataba, se dispuso a leerlo, hasta que se dio cuenta de que tenía entre sus manos su acta de matrimonio, por lo que llamo a Daniel para aclarar el asunto. Así que ni se les ocurra culparla de algo, porque