-Daniel es tiempo de hablar con nuestras familias, deben saber lo que está pasando antes de que la prensa se entere -dijo Kiya, tronándose los dedos en aquel sofá.
-Estoy de acuerdo contigo, pero recuerda que hay muchas cosas en juego princesa, no será tan fácil que digamos -respondió Daniel. – Tu madre sigue muy molesta y la mía ni se diga.
-Lo comprendo Dani, pero no podemos seguir ocultándolo, la cosa se pondrá peor si nos tardamos mucho en hablar con ellos -dijo Kiya.
-Lo sé, lo sé princesa, pronto se lo diremos, solo ten un poco de paciencia, yo tampoco puedo esperar más tiempo. Eso sí, tómame muchas fotos -dijo Daniel.
-¿Fotos? ¿De qué hablas? -pregunto Kiya.
-Las fotos son para que me puedas reconstruir después de que todo esto se sepa -dijo Daniel riendo, ya no se sabía si reía de los nervios o po
-Bueno, en sí, tenemos una noticia que darles. Papá, tío, Kiya y yo estamos casados, les aseguro que esto no es una broma ni un juego -dijo Daniel muy serio. Ahora si la bomba había estallado, dejando con la boca abierta a los padres de ambos. Sus padres se miraran entre sí, para después mirarlos a ellos, tal parece que habían escuchado un chiste, porque ambos soltaron una risa que lleno toda la oficina (se nota que ya no le creen ni los buenos días). Kiya y Daniel estaban sorprendidos por la reacción de sus padres, minutos antes los estaban acribillando a preguntas por un bebe que era mentira, pero ahora, todo era diferente, tal parece no creyeron en lo que Daniel comento. -Excelente chiste. El mejor que pudieron decir después de la broma de Kiya -dijo el Sr. Leandro. -¿Broma? Te aseguro que esto no es un broma padre -dijo Daniel, mientras tendía una hoja doblada hacia ellos. -¿Qué es esto? -pregunto el Sr. Kurt. -
Al parecer se estaban enfrentando a unas nuevas personas, ambos sabían de lo que eran capaz de hacer, conocían el temperamento de sus padres y de cómo atacarían para que no estuvieran juntos. Pero sus padres no esperaban que ellos estuvieran preparados para continuar con la relación que por muchos años dejaron de lado, por malos entendidos. Estaban verdaderamente sorprendidos y eso que no sabían de los negocios de sus hijos. Les tomo tres horas de intercambio de ideas por parte de los cuatro para hablar sobre el tema, por fin llegaron a un acuerdo en común (si es que se le puede llamar de esa forma). La cena no podía pasar desapercibida, dado que eran los hijos mayores de ambas familias, sus padres pretendían hacerla con bombo y platillo, pero los chicos estaban firmes en anunciar su boda de manera privada, a las personas que realmente les importaba, el resto del mundo para ellos no era relevante. Como era de esperarse, el Sr. Kurt se salió con la suya e hizo que la
-Es hora de cenar chicos, vamos que muero de hambre -dijo la Sra. Elena. -Perfecto amor, yo también muero de hambre cariño -dijo el Sr. Kurt. –Además Kiya y Daniel les tienen una sorpresa que seguro alegra sus días indefinidamente. -¿Sorpresa? -dijo la Sra. Elena. -Nada, nada, mi padre que solo está jugando. ¿Verdad papá? -dijo Kiya. -¿Yo también puedo saber de qué se trata la sorpresa? -pregunto Said muerto de la risa. -No, y deja de molestar -respondió Daniel muy serio. Sus amigos no estaban ayudando en nada para dar la noticia. Con amigos como ellos, para que quería enemigos. -Estoy muy nerviosa, no sé cómo lo tomara mamá y la tía -dijo Kiya a Daniel, quien la sostenía de la mano camino al comedor. -Tranquila princesa, pase lo que pase, estaré a tú lado siempre -dijo Daniel, dándole un beso en la mejilla. Mientras ellos seguían pensando en cómo anunciar su matrimonio delante de todos, dejaron de lado algo imp
Nunca es tarde para empezar de nuevo. Cuando un camino se cierra, ten por seguro que se abren mil más delante de ti. La noche fue interminable, con todo lo que se les venía en juego era mejor estar preparados para no recibir más sorpresas de las que estaban teniendo. Los padres de Kiya y Daniel aceptaron el matrimonio por “error” de sus hijos. Sabía que sucedería tarde o temprano, pero estos jóvenes adelantaron todos los planes que ellos tenían (adiós boda pomposa). Justamente un mes después de aquella cena tan, pero tan peculiar entre las familias, se llevaría a cabo la boda por la iglesia. Desde el día que fue anunciada, todos la esperaban con ansias (el cotilleo a todo lo que da entre la crema y nata de la socialite en Grecia). Dos familias muy importantes se estaban uniendo a través de sus hijos, lo que significaba que muy pronto los negocios también estarían entrelazados, beneficiando a muchos. Las empresas pertenecientes a estas familias
El Club de Toby, se hizo cargo del manejo de información a la prensa, además de mantener custodiada las villas y casa de cada uno; como en las semanas anteriores, regresaron a vivir a casa de la familia Bemberg que a su vez funcionada como centro de encuentro para continuar con sus planes. El caos reinaba a fuera, en Grecia no se hablaba más que de los problemas que estaban aconteciendo, al cerrar la puerta de estas empresas, muchas personas quedarían sin trabajo, lo que sería un golpe muy fuerte para la economía de todos. -Tal parece que han mordido el anzuelo -dijo Daniel. -No cantemos victoria, debemos de considerar que no se han dado a conocer a todas las personas que tiene a su favor en la agencia -dijo el Sr. Kurt. -Tienes razón padre. Estos son las ultimas llamadas que realizaron, al parecer han tenido cuidado usando celulares desechables para no ser rastreados -dijo Kiya, mientras escuchan sonar el timbre de la puerta. -Buenas noches -dijo el
La rueda de prensa se estaba llevando a cabo no muy lejos de la empresa automotriz, causando un gran revuelo en la Ciudad. A decir de los entrevistados, los señores Kurt Bemberg y Leandro Holmberg manejaban fondos de procedencias desconocidas, presentando pruebas de lo que mencionaban, así como las declaraciones de algunos de sus trabajadores por el maltrato a ellos, cuando cuestionaban las actividades que realizaban con otras empresas, pero sobre todo por el manejo de material de mala calidad. Declaración tras declaración presentaban las pruebas que garantizaban la veracidad de los hechos en contra de las familias antes mencionadas. Para ese momento Eduardo y Kiya se encontraban monitoreando cada palabra que decía y manejando las noticias que estaban saliendo en las redes sociales y los medios de comunicación. Es decir, por cada prueba que presentaban ellos, hacían lo propio pero con la información verdadera a manera de comparativo (Una forma sutil de ver quién era e
-Se van arrepentir por apoyarlos, nunca los dejare es paz. Vivirán con el miedo de que pueda quitarles lo que más aman –dijo la Sra. Waas, mientras le colocaban las esposas y era fotografiada por la prensa.-¿Nunca te cansas de tus amenazas? –dijo Melody sonriendo. A pesar de que era su madre biológica, para ella solo era su enemiga, que por muchos años le hizo daño y que ahora estaba empezando a pagar por todo.-¡TÚ! –dijo la Sra. Waas, al reconocer a su hija.-La misma, la niña a la que hace muchos años dejaste tirada en un hospital y la que despojaste de todos sus bienes, por tu maldita ambición –dijo Melody con tristeza.-No eres más que una falsa, como todos ellos. Maldigo la hora en que te tuve –dijo la Sra. Waas con arrogancia. Sabia como hacer sentir mal a Melody y no desaprovecharía una oportunidad para hacerlo.-Po
Si pensaste que la guerra había terminado, es señal que crees que los hombres son fieles y las mujeres ingenuas o al menos eso decía mi abuelito, la verdad yo no la puedo garantizar. Así que prepárate para conocer las nuevas locuras de este par, ahora que sus madres están empeñadas en separarlos, sin dar explicación alguna del tema, y cuando una madre dice no, hasta él mismo diablo tiene miedo.Nadie es más celosa y toxica que una madre enojada y empeñada en que su hij@ tengo a su lado a cualquiera menos al que han elegido. No es por llevarles la contraria, solo es porque les gusta hacerlos sufrir. Dos chicos de 27 y 30 años, enfrentados a sus madres, mientras sus padres miran de lejos esta guerra sin sentido que apenas comienza. Lo peor de todo es que ellos no pueden ni opinar porque serán castigados por sus esposas; si hablan les costara el divorcio, incluida toda su fortuna.La pregunta del millón de pesos es: ¿Triunfara el verdadero amor? O ¿Acataran lo que sus madres digan?Kiy