Con la proximidad del inicio del juicio, las cosas comienzan a ponerse tensas para todos. La familia de Lourdes, sigue culpándome, y con justa razón, de la desaparición de mi amiga. Me llaman a diario para saber si me estoy ocupando de encontrarla. Me rompe el corazón tener que confesar, que no hemos podido dar con ninguna pista de su paradero. O peor aún, que ni siquiera sé si está viva.

Tener un ejército de reporteros acampando en la puerta de casa, tampoco ayuda mucho a mantener la ansiedad bajo control. Y con lo viral que se volvió el blog, todos están expectantes de las noticias.

Las comunicaciones con Ferreyra se vuelven exclusivamente virtuales, el fiscal insiste en que no es bueno que nos vean trabajando juntos, el juez, aunque ha desechado la moción de Galindo, nos advirtió que, ante cualquier irregularidad, seremos sancionados y todo puede acabar. Nadie está dispuesto a