El dueño del restaurante estaba furioso al descubrir que Josefina se había atrevido a renunciar.Cegado por la ira, entró violentamente a su modesta casa y cerró la puerta con un estruendo tras él."¡Grace!" Le gritó a su esposa, que en ese momento doblaba ropa tranquilamente en la sala. "¡Mañana abrirás tú el restaurante!"La mujer levantó la mirada, asustada por su repentino estallido de ira. "¿Qué pasó con Josefina?""¡Renunció! ¡No hagas más preguntas!" Le espetó mientras caminaba por la habitación como una fiera enjaulada.Grace palideció. "Pero... no sé cocinar"."¡Hazlo como siempre has sabido hacerlo!" Ladró el hombre."Brock", suplicó ella con lágrimas asomándose a sus ojos. "De verdad no sé cómo manejar el restaurante. ¿No puedes encontrar a alguien más?""¡No me contradigas!" Gritó él, empujándola a un lado.Grace perdió el equilibrio y tuvo que apoyarse en la pared."¡Haz lo que te diga y ya!"A la mañana siguiente, Grace atendía sola el mostrador del abarrotado restaurante
"¿Sabes qué? Tienes razón, sí pertenezco aquí", respondió Álex, mirando directamente a los ojos de Florence. "¿Necesitas algo más?"Florence torció los labios con desprecio. "Por si tu cabeza dura todavía no lo entiende, te estoy insultando, maldito muerto de hambre"."Estamos en un país libre, señora. Puede decir lo que quiera", Álex se encogió ligeramente de hombros. "Pero eso no significa que me tenga que sentir ofendido"."No eres más que un don nadie", escupió la mujer. "¿En serio piensas que haciéndote el indiferente mantienes tu dignidad?""Para mí, la pobre aquí es usted. ¿Por qué me voy a sentir ofendido por alguien que no vale la pena?""No tienes vergüenza", siseó Florence. "¡Ojalá desaparecieras!"Álex esbozó una sonrisa tan fría como el hielo. "Y yo le deseo muchos años de vida... para que tenga todo el tiempo del mundo para tragarse su propio veneno".A Florence se le encendió la cara de la rabia, se levantó bruscamente y gritó por todo el restaurante: "¡Gerente! ¿Permite
Días después, Álex y Sofía arribaron al elegante banquete de la familia Lancaster, donde un lujoso salón rebosaba de invitados y expectativas.Amelia había organizado el evento para anunciar la adquisición de BioHealth Solutions de Roland y revelar su transformación bajo el liderazgo del Grupo Lancaster. Su asociación con Kingston causaría un gran impacto en toda la comunidad empresarial de Vancouver, simbolizando la ambiciosa expansión del imperio Lancaster.Por toda la sala circulaban comentarios sobre la presencia de Jasmine Kingston."¿Por qué tenemos que estar aquí?" Suspiró Sofía, mirando a su padre.Justin se ajustó la corbata con expresión firme. "Nuestra familia organizó este banquete, Sofía. Tenemos que estar presentes"."Pero ya ni nos toman en cuenta". Protestó ella en voz baja."Igual tenemos que estar presentes", insistió Justin. "Vivimos de lo que nos da el Grupo Lancaster. Imagínate que pasaría si tu abuela decide dejarnos sin nada".Cerca de allí, Florence miró a Álex
"No lo sé", murmuró el contador. "Dame un momento para resolverlo".Peter miró a Álex, la confusión y el miedo se reflejaban en su rostro.'¿Acaso Álex es el responsable de este desastre? ¿O solo es una desafortunada coincidencia?' Antes de que pudiera seguir reflexionando, el sonido de su celular interrumpió sus pensamientos y se apresuró a contestar."¿Sí, papá?""¡Desgraciado!" Rugió su padre al otro lado del teléfono. "¿Qué demonios hiciste? Han congelado todos nuestros bienes y nos están investigando. ¿Te das cuenta de lo grave que es esto? ¡Si no lo solucionas ya mismo, estamos acabados!""¡Escúchame, papá! Por favor, explícame lo que ocurre". Le suplicó Peter tratando de entender, aunque el pánico le oprimía el pecho."¿A quién demonios ofendiste? Alfred Kingston ha congelado nuestros bienes y dice que iniciará una investigación de todos nuestros negocios y cuentas. ¿Crees que podemos soportar ese tipo de revisión? ¡Van a sacar todos nuestros trapos sucios y terminaremos todos e
Sofía permaneció inmóvil en el centro del salón de banquetes, clavando su mirada en Álex, quien se mantenía discretamente en un rincón. Un nudo se formó en su garganta mientras la confusión y el asombro la invadían por completo.'¿Cómo consiguió Álex que Peter se pusiera así? Ni la familia Lancaster con todo su poder había logrado que temblara de esa manera'. Pensó.Al observar las súplicas desesperadas de Peter, Sofía se convenció de que Álex debió haberlo engañado de alguna manera, probablemente con su habitual arrogancia y sus historias exageradas. Después de todo, era un experto en mentiras. Por fortuna, ella no había caído en sus engaños como el ingenuo de Peter."Peter, por favor, levántate. La gente nos está mirando". Murmuró Sofía, sintiendo que sus mejillas se encendían por la vergüenza.Peter continuó arrodillado, con la cabeza inclinada. "Señorita Sofía, por favor, prométeme que me ayudarás a conseguir el perdón del señor Álex, solo así me levantaré"."Está bien, está bien"
En la acogedora cafetería, Sofía se encontraba sentada frente a Álex y entrelazaba nerviosamente los dedos sobre su regazo."Álex", comenzó con voz suave. "Quiero disculparme por todo lo que te he hecho".Él la miró con amable curiosidad. "¿Por qué?"Ella respiró profundo. "Me di cuenta de que sufro porque me aferro a cómo quiero que sean las cosas, en vez de aceptarlas como son. Ojalá hubiera escuchado a mi abuelo cuando pude".Él le ofreció una sonrisa tranquilizadora. "Está bien".Reuniendo valor, confesó: "En realidad... nunca legalicé los papeles del divorcio"."¿A qué te refieres?"Ella se mordió el labio, dudando antes de continuar: "Cuando iba a casarme con Chris, él me dijo que se ocuparía de todo lo relacionado con el divorcio y los papeles para el matrimonio. Después de lo que pasó, imaginé que ya no los habría mandado, además, nunca me llegó nada, ni un mensaje de confirmación".Álex permaneció en silencio."O sea que todavía estamos casados". Susurró Sofía, con las mejilla
"¡Sofía! ¿Qué diablos estás haciendo aquí?" Olivia Lancaster irrumpió en el café. "¡Todo el mundo te está buscando!"Antes de que Sofía pudiera responder, Olivia la agarró del brazo con impaciencia y exigió con un tono irritado. "La abuela quiere verte ahora mismo".Sorprendida por la brusquedad de su prima, Sofía liberó su brazo. "Olivia, ¿qué pasa? ¿Por qué actúas así?"Olivia se burló mientras cruzaba los brazos. "No te hagas la inocente. ¿Desapareces cuando la familia más te necesita? Tan típico de ti"."¿Desaparecer?" Repitió Sofía confundida. "No sabía que me necesitaban"."Quizás si dejaras de pensar solo en ti misma, lo sabrías". Le espetó Olivia.Álex miró de una a otra. "Tal vez deberías explicarnos qué está pasando".Olivia le fulminó con una mirada. "Oye tú, perdedor, esto es un asunto familiar. No te metas".Sofía se irguió con determinación. "Álex es mi esposo, así que mis asuntos son sus asuntos"."Bien", resopló Olivia. "Pues apúrense. Estás haciendo esperar a todos".A
"¡Rápido, Sofía! Kelly Kingston solo nos dio diez minutos". Amelia tomó la mano de su nieta y la empujó hacia el pasillo.Minutos atrás, Amelia había logrado que un ejecutivo del consejo retuviera a Kelly, quien accedió a esperar un poco más. Pero al entrar al salón, Kelly ya se preparaba para irse."¡Señorita Kingston!" La llamó Sofía con urgencia. "Mi abuela me pidió que le comunique que ahora soy la CEO del Grupo Lancaster y yo misma manejaré la alianza con el Grupo Kingston. Ojalá pueda darnos otra oportunidad".Kelly se giró y respondió: "Bueno, si tú diriges el Grupo Lancaster como CEO, entonces todo bien, p ero que quede claro, si alguien más toma tu lugar, el acuerdo se termina. Esta alianza no es un juego donde puedes poner a cualquiera sin capacidad al mando". Kelly dirigió una mirada severa hacia Amelia y la familia Lancaster, advirtiéndoles claramente con sus ojos."Muchas gracias, Señorita Kingston", respondió Sofía con sinceridad. Parecía que el Grupo Kingston la apoyaba