Llegamos a una plaza comercial donde venden los trajes de oficina que lleva mi padre a la compañía. Armani Boutique era una tienda que se especializaba en trajes elegantes para caballeros, estaba en el segundo piso de la plaza comercial. Vi a León mientras caminaba a lado mío. Me daba ternura ver como miraba hacía todos lados como niño en juguetería, supongo que nunca antes había estado en tiendas como estas.Lo guíe hasta donde se encontraban las escaleras eléctricas, pero una voz a mi espalda llamó toda mi atención —¡Ximena! —mi espalda se tenso al instante, me detuve casi petrificada, ambos volteamos al mismo tiempo, apreté los dientes cuando lo vi frente a mí, era Tadeo, me dirigía una sonrisa lobuna y juguetona, para este entonces ya se habría enterado que lo demande por romper nuestro contrato prenupcial, un escalofrío recorrió todo mi cuerpo.—¿Qué quieres? —cuestione con voz fría y seca, aunque me dolía volver a verlo, era más el coraje y odio que sentía hacía él.—Pensé que l
Mientras León termina de ponerse el traje y sale del vestidor. Sonrío con satisfacción al ver lo bien que se ve. Me acercó a él. —Ya sólo faltan unos gemelos, una bonita corbata y un buen perfume para que estés perfecto —le digo a él y al empleado que nos está atendiendo. —Si gustan venir por aquí, en el mostrador tenemos todo lo demás —dice el empleado —¿quiere que empaque el traje o se lo llevará puesto? —pregunta el hombre al ver que no tenemos intención de que León se cambie de ropa. —Me lo llevo puesto —dice él. Al empleado no le queda más que aceptar puesto que el cliente siempre tiene la razón, más en estas tiendas que lo que se supone que venden más que un producto es una experiencia. Caminamos después de él. —Me siento raro —dice León moviendo su cuello a los lados, se ve que esta incómodo, pero tendrá que acostumbrarse quiera o no por que es el uniforme diario de una persona que trabaja en oficina. —Ya te acostumbraras, te ves increíble con eso. —Gracias Ximena, por to
[León Hernández]Lo que más deseaba es que este día terminará pronto. Miraba a través del cristal de la ventana en silencio. Después del beso ninguno de los dos se volvió a dirigir la palabra. El silencio reino entre nosotros y por lo visto ni ella ni yo planeábamos romperlo. Ahora que lo pensaba con mayor claridad, tal vez fue un error haberla besado de esa manera. Me sentía tan furioso, humillado y exasperado que actúe por intuición, pensé que Ximena era una buena persona, pero ya no sé. Espero que haya aprendido su lección, no dejaré que nadie pase por encima de mí, ni ella ni nadie, no se si era verdad que no trataba de humillarme frente a todos en la presentación, pero tampoco puedo creerle por completo. Me muerdo el labio. A pesar de todo ese beso me removió algo por dentro, Ximena es una mujer muy atractiva, tiene buen cuerpo, no es la típica riquilla flacucha como se ve en las telenovelas, más bien tiene carne de donde agarrarse, pecho no tan grande pero si voluptuoso, cintura
Justo cuando estaba en camino hacía el auditorio para ver la presentación de León, mi abogado me llamó, Tadeo quería verme para negociar lo de la demanda antes de irnos a la corte. Ahora estaba conduciendo hacía las oficinas generales de Banmex donde nos veríamos con nuestros respectivos abogados.Sabía perfectamente el camino hacía su oficina, había venido en contables ocasiones en el pasado. Una de mis aspiraciones era que cuando fuera la señora Peralta, trabajaría aquí con Tadeo, sería una de las economistas más famosas de todo el país por que tendría en mis manos al Grupo Financiero Banmex, pero eso ya quedo en el olvido. Miro a mi alrededor, los oficinistas me miran con sorpresa, como si hubieran visto un fantasma, tal vez creyeron que a estas alturas aún estaba desmoronada en mi cama llorando por el rechazo de su jefe, pero no, Ximena Carbajal es una mujer fuerte. Entro a la oficina de Tadeo sin si quiera anunciarme, por la cara que me puso su secretaria él ya me está esperando.
[León Hernández]Pase la tarde viendo como Ximena hacía y hacía llamadas, ella era una mujer muy activa. Salía y entraba de la oficina, con un montón de papeles en mano. Dando ordenes sobre tipos de telas, costos, proveedores, clientes y otras cosas que no entendía nada. Se supone que yo tengo que saber todo lo que ella hace por que un día tendré que ocuparme de esa parte del trabajo, ahora ella hacía lo de su trabajo como asesor financiero de la empresa y también el de Ceo. Aunque parecía que estaba muy ocupada, tenía la sensación de que trataba de evitarme, la notaba ansiosa, distraída. Algo le estaba pasando.—¿Estás bien? —le pregunto de pronto al momento de que se sienta en su silla después de desaparecer un par de horas.—Si estoy bien —se apura a responder, carraspea y vuelve la vista a su computador.¿Así estaremos todos los días? No quiero ni imaginarlo. Me pongo de pie y rodeo los escritorios hasta donde esta ella, giro su silla para que quede frente a mí, ella me mira sorpr
[Ximena Carbajal]León arruga la frente, me muerdo el labio, no estoy muy segura de lo que voy a hacer, pero es lo mejor que se me ha ocurrido.—Es la fiesta de cumpleaños de mi ex suegro —le digo algo apenada.Él me mira de forma extraña.—Tu ex suegro… —repite con tono de fastidio. No sé qué es lo que le molesta, pareciera que esta celoso.—El es el socio mayoritario de Grupo Financiero Banmex, asistir a una fiesta de tal magnitud es muy importante para la alta sociedad, habrá personas poderosas de todo el país, es el momento perfecto para presentarte con ellos. Sonrío tratando de aligerar el momento, me siento como una esposa tratando de convencer al marido, hago como que juego con su corbata de manera coqueta provocando que se ponga nervioso. Lo que no puedo evitar es sentirme como la más falsa de todas las mujeres, aún no se como evitaré que Tadeo se aproveche del momento y quiera hacerle daño a León, eso no lo voy a permitir jamás.—No me interesa conocerlas —dice apretando los
[León Hernández]Esperaba que fuera Ximena quien pasará por mí por la mañana, pero mi sorpresa fue que quien paso, fue Daniela. Daniela era una chica agradable, me caía bien, era linda, pero me hacía muchas preguntas, me hacía sentir un poco acosado. No se como le hizo, pero termine platicándole mi historia de amor y ruptura con Lucía, hasta me invito a almorzar juntos lo cuál no pude negarme al ver sus ojitos brillantes. Me estaba haciendo el favor de llevarme al trabajo así que no le veía nada de malo en ir a almorzar juntos, además en el comedor de la empresa. Cuando entré a la oficina ella aún no llegaba. Un rato después llego, mi garganta se seco al ver el atuendo que llevaba puesto, sentí como mi corazón se paralizo para comenzar a latir a mil por hora. Pensé que luego de lo de ayer ella no causaría el mismo efecto en mí, pero estaba equivocado. Casi casi se me cae la baba.—Mi disculpa por lo de ayer —dice dejando un café sobre mi escritorio, arrugo la frente, no se de que habl
[León Hernández]Me dirigí al comedor de la empresa, era raro que todos los empleados a mi alrededor movieran la cabeza como si hicieran reverencia o algo por el estilo, otros se animaban a saludarme llamándome “señor”. Lo que yo hacia es asentir como en las películas donde salían personas elegantes. Se me dificulto un poco llegar hasta ahí por que no tenía idea de las instrucciones que me dio Martha, me había confundido todo, entonces una chica muy amable me dijo que ella me llevaba. Cuando me dejo justo en la entrada, busque a Daniela con la vista, no fue muy difícil ubicarla puesto que alzaba las manos con gran entusiasmo para que la viera. Me acerqué hasta ella. El comedor era un lugar enorme estaba en el segundo piso del edificio. Todos los empleados muy ordenados hacían fila para recibir los alimentos de un mostrador tipo buffet, todos vestidos de traje, las mesas redondas de colores pastel, verdes y azules, sillas con ruedas, se veían cómodas, en general el lugar parecía sacado