[León Hernández]Me sentía impotente con la situación de Ximena, Lucía y mi madre. Por una parte, Ximena me estaba pidiendo que Lucía no viva en esta casa, entiendo su punto, pero es que prometí que la ayudaría, así como ella ayudo a mi familia cuando se quedaron en la calle. Por otra parte, mi madre odia a la mamá de Ximena, dice que sus hijas deben ser igual que su madre, que ni se me ocurra confiar en ellas. Hundo mi rostro en las manos mientras reposo los codos en mis piernas.Alguien toca a la puerta —pase —abre la puerta de mi habitación y veo a mi madre que entra —hola, mamá, ¿ya te sientes mejor? —le pregunto mientras me pongo de pie dándole la mano para que se siente en la cama —si hijito, ya me siento mejor, gracias a Lucy que me preparo un té de tila.Me siento a su lado.—Me alegra mamá.—Hijito quiero hablar contigo sobre algo que me comento Lucy, ¿es verdad que le dijiste que ya conociste a alguien? He sido testigo de todo el tiempo que estuviste enamorado de ella, desde
Tome los documentos que Ximena me dejo antes de salir de la oficina, los leí, trate de entenderlos lo único que llamo mi atención fue que el nombre de Tadeo Peralta estaba en ellos, ver ese nombre me revolvió el estómago, ese hombre le hizo mucho daño a Ximena y la empresa aún sigue teniendo relación con él. Me sacudo el cabello con enfado, respiro profundo, hay cosas de Ximena que no entiendo, quisiera hacerlo, quisiera saber que es lo que piensa, que es lo que siente por mí ya que lo que demuestra es sólo un juego, esto me mantiene inquieto. Lucía entra con los ojos humedecidos, frunzo el ceño. —¿Qué pasa? —le pregunto preocupado. Atrás de ella entra también Martha, la noto nerviosa. —Ella, Ximena Carbajal, apenas salió de la oficina y comenzó a hacerme preguntas, lo primero que me pregunto fue que es lo que estaba haciendo aquí, le dije que trabajaría con Martha como tu asistente personal en lo que aprendía como manejar tu agenda, ella me estuvo pidiendo algunas cosas como ponié
[Ximena Carbajal]—Disfrutas haciéndome sufrir mientras le coqueteas a otros? —dice de pronto con expresión gélida, me toma por sorpresa la fuerza con la que me atrae hacía su cuerpo. Debo admitir que me encanta la manera en la que el me hace sentir suya, es como un imán atrayente, cuando estoy con él, es como si no existiera nada más, me hundo en su mirada hipnotizante, es muy difícil no caer en sus encantos. Carraspeo, estoy dispuesta a hacerle ver que esa niña que tiene viviendo en su casa no le conviene.—¿Acaso quieres que espere hasta que estes disponible? —le reclamo de manera desafiante, el agudiza su mirada, me muerdo el labio veo como el me mira fijamente, hace que todo mi cuerpo se erice al recibir esa mirada felina que siempre me dirige. “Santo Dios, ¿Por qué León me hace sentir de esta manera?”Baja la mirada. Después la alza de nuevo, hay un aura de silencio, un ambiente tensante entre nosotros.—Dime que sientes por mí —suelta de pronto mientras me atraviesa con su mira
[Ximena Carbajal]—Señorita Ximena, buenas tardes, pase, enseguida le aviso al joven León que está aquí —me dice la ama de llaves de la casa del tío Eugenio. Sonrío.—No te preocupes María, en realidad he venido a visitar a Samuel —le respondo con una sonrisa pícara.Apenas pasa un instante y él aparece frente a nosotras.—¡Güerita de fuego! Perdón Ximena, pensé que no vendrías —exclama Samuel con emoción al mismo tiempo que me da un beso en la mejilla mientras María se retira hacía el interior de la casa.—¿Por qué no vendría a cenar aquí a esta casa? —le pregunto con un toque de inocencia.—Bueno ya vez como es la mamá de León, pero estoy seguro de que cuando le platique que gracias a ti me han contratado como el mecánico oficial del mismito Pascal Ferretti, la señora Hortensia, verá que tu eres una mujer maravillosa, al igual como te veo yo.No puedo evitar sonrojarme, al mismo tiempo que siento ternura por Samuel.—Gracias por ayudarme, lo que quiero es que la madre de León vea qu
He estado pensando que tal vez hay personas que nacimos para estar solas, esa es la señal que me ha dado el universo, desde niña pensé siempre que algún día conocería a un hombre que me dejará encantada con su porte y caballerosidad, que fuera lindo y me consintiera como a una princesa. Me obsesioné cuando pensé que ese hombre era Tadeo, pero mi decepción fue mayor cuando todo ese sueño se vino abajo el día de nuestra boda. Con León no tenía tantas expectativas, pero llegué a sentir como nunca lo había hecho con alguien a pesar de que sólo fueron unos cuantos besos. Besos que llevo tatuados en mi ser.Escuchó como alguien toca a la puerta y la abre.—¿Hoy tampoco irás al trabajo Ximena? —es mi madre, me pongo las sábanas hasta la cabeza y me acurruco en mi cama, niego desde dentro de mi pequeño refugio —¿de verdad estás enferma hija o es por otra cosa? Sabes que aquí esta mamá para escucharte.Muerdo mi labio.—Estoy bien así mamá, sólo necesito un descanso, unos días antes del desfil
Estaba retrasada por diez minutos, había terminado de vestirme, peinarme y maquillarme, pero Daniela aún no llegaba a casa, la llame a su móvil, pero seguía sin contestarme, todo este misterio me estaba volviendo loca. Movía mi pie de arriba debajo de la ansiedad de no saber por que Daniela dijo que esta noche sería especial. Para no colapsar en mis pensamientos decidí distraerme bajando a buscar a mamá, tal vez ella sabría algo. Baje las escaleras, pregunte a una de las empleadas de la casa si la había visto y me dijo que estaba en el comedor. Cuando entré a la habitación vi a mi madre dando instrucciones a nuestras cocineras, estaban adornando la mesa con bocadillos sobre uno de los manteles elegantes que usa mi madre cuando estamos celebrando algo.—¿Qué es lo que estamos celebrando mamá? —pregunto con intriga, al verme se le iluminan los ojos.—Estás bellísima hija, me recuerdas a cuando yo era joven —le sonrío mi madre cuando se lo propone es la más dulce —¿te dijo Daniela?—Por
[Ximena Carbajal]—¡Beso… beso… beso…! —escucho las voces a nuestro alrededor. Los brazos de León rodean mi cintura y los míos su cuello, acerca su rostro chocando su nariz con la mía, pronto nos olvidamos de que nuestra familia nos esta observando, nuestros labios se unen al mismo tiempo que cierro los ojos disfrutando de su beso cálido, movemos nuestros labios despacio, como queriendo que este momento no se termine nunca, disfrutándonos sin prisa hasta que nuevamente mi hermana grita como si estuviera en un partido de futbol. Ella a veces es muy efusiva, lo que ocasiona que nos separemos, yo lo abrazo nuevamente y volteo a ver a mis padres, quienes nos miran con una sonrisa de aprobación.—Yo no sabía que ustedes dos se querían —espeta mi madre llevándose la mano al pecho —es una sorpresa tremendamente grata, Eugenio debe estar muy feliz en el cielo de que su hijo sea feliz junto a ti hija, él te quería como si fueras una hija más.—¿Eso es verdad? —pregunta León.Asiento con los oj
A pesar de tener unas ganas inmensas de poder estar juntos, tuvimos que regresar ya que al otro lado de la habitación estaban nuestros padres y Daniela esperándonos. No podíamos hacer el amor aquí en la biblioteca, bueno si podíamos, pero no era el lugar indicado para tener tu primera vez, esa debería ser especial o mínimo ser el intento de algo especial. Yo quería que para León fuera algo inolvidable. Así que decidimos esperar sólo un poco más hasta que la cena terminará y pudiéramos ir a un lugar adecuado donde pudiéramos descargar toda la tensión sexual que llevábamos acumulada desde que nos conocimos.Una hora después…Al salir de casa ya nos esperaba un bonito y lujoso BMW.—¿De quién es? —pregunté sorprendida.—Es mío… —espeto con picardía —¿te gusta?Asentí mientras admiraba aquel lindo auto.—Oye no tardaste nada en comenzar a gastar tu fortuna —solté a manera de broma, León sonríe.—Fue una sugerencia de tu Joaquín, para poder moverme con mayor facilidad, de hecho, él fue con