El origen de los Licántropos[un suspiro salió de sus labios, el aire caliente de su cuerpo se expulso hacia afuera, formando un pequeño humo, tomó valentía y se acercó al lobo, susurrando que no quería lastimarlo, pero al ver que esto no funcionaba, opto por sacar un pañuelo que tenia en sus ropas y le mostró las hiervas que esperaba utilizar en el. Lo acercó tanto como pudo a el, y bajo la cabeza tratando de lo intimidando. Aquello hizo que que girará su cabeza a un costado, curioso de lo que ella estaba haciendo, y es que, no era normal que los humanos supieran las costumbres que los lobos tenían, y bajar la cabeza de esa manera, y estirar sus brazos hacia el, pareciera que le estaba haciendo una ofrenda e incluso mostrando sumisión. Y aquello había había suficiente como para permitirle acercarse a su ser, por lo que, miró para otro lado y se dejó desplomar nuevamente en el suelo mientras dejaba que ella se acercara.Tardo un poco en comprender que al fin el lobo había aceptado que e
El origen de los Licántropos [ El tiempo había pasado, el frío dejó de ser tan helado, y la ausencia del calor comenzó a decaer. Los árboles comenzaban a crear nuevas hojas en sus ramas prácticamente secas, las flores comenzaban a aparecer, los animales se preparaban para su reproducción, pues era su época favorita, una donde los de la tribu de la morena aprovechaban para tomarlos de desprevenidos y poder capturar a unos cuantos para comer o criar. Ya habían pasado cinco meses desde que el destino traviesos decidió ser caprichoso y los unio en un encuentro tormentoso, cinco meses desde que no se vieron. El padre de la morena había aceptado un trato con el que iba a ser su sucesor, un hombre que tal vez le doblegaba la edad, sin embargo él era un excelente cazador, su genética era magnífica, sus proporciones eran robustas y su velocidad impecable, era obvio que entre los dos, iban a tener buenos cazadores y niñas bellas que podrán tener una vida mejor que las otras. Sin embargo, ella n
El origen de los Licántropos [Sus pies corrían acelerados, descalzos sobre las tierras blandas de aquella área en particular. De sus ojos oscuros caían lagrimas a mares, y la angustia era parte de su ser en ese momento...su padre, su querido padre, había asesinado por su prometido al estae de acuerdo con la anulacion del compromiso, aquel desalmado animal era peor miedo que la jauría de lobos que habitaba en el bosque, y prefería mil veces morir en los dientes particularmente afilados de esos seres tan misteriosos y ocultos para ella. Corrió, corrió sintiendo el aire golpear su cara fuertemente, pues estaba yendo en dirección contraria a este, sus lágrimas eran llevadas a lo lejos, cayendo como pequeña llovizna que se deshacía a medida que iba llegando más cerca de el suelo. Sus manos tocaron el suelo, las dos rodillas se desplazaron contra las pequeñas y puntiagudas piedras, raspando y rompiendo sus pieles finas, un gemido doloroso salió de su boca, miró sus manos raspadas y sólo pud
El origen de los Licántropos [Ella estaba a mitad de el territorio lobuno, el miedo carcomida carcomida sus venas, su corazón latía a mil por hora, su piel se sentía caliente y el rubor en su rostro denotaba el cansancio, además del sudor que caía como gotas de agua. El aullido resonó por todo el bosque, las pisadas profundas de un animal, que ella ya imaginaba cuál era, se acercaron con rapidez hacia ella y en un salto la derribo. Las fauces del lobo se veían desde la poca distancia en la que estaban, sus filosos dientes le daban una imagen aterradora, y mas cuando la saliva caía de ellos. Asqueada y asustada trato de moverse o salir de debajo del lobo, sin embargo este la tenia apresada, gruñendo más y más fuerte cada vez que la morena se movía. Ella grito, por lo bajo, sin embargo aun seguía prefiriendo ese destino antes que ir en manos de ese loco que mató al líder, a su padre, y guió a la tribu en malas influencias.—Esta bien...esta bien.—Murmuró, dejando caer sus brazos a los
El origen de los Licántropos [ Sus ojos se abrieron ante tal impresion, el era humano. El mismisimo lobo que ella había encontrado con su pata lastimada en una de las trampas de su tribu, o y el mismo que la había apresado en el piso y lamido su herida de forma extraña para ella, era un humano. Suspiró, agotada de todo lo mentalmente malo que le estaba hacíendo la vida, inclino la cabeza hacía arriba, y solo pudo observar como la luna llena y hermosa, bañaba con su color grisáceo y brillantas tonalidades azules. Dirigió su mirada nuevamente al especimen de lobo convertido en uno de los de su especie, en hombre, y al ver que este se encontraba totalmente desnudo en la naturaleza, no pudo evitar jadear de sorpresa y taparse torpemente sus ojos ante esa injuria que acababa de ver, su padre le habóia advertido que ver la deznudes de alguien que no era una mujer era una completa deshonra si no estaban casados bajo la luna y ella se hbaía asusatdo pensando que ahora era una deshonra —Oh p
Llegaron a la puerta de la mancion, estaban nervisiosos de ver a el alpha y la Luna, hace literalmente semanas desde que se había ido en busca de su mate, y ahora que la tenia, había que avisar que ella estaba dispuesta a querer quedarse en la manada Ricoparis y dejar sus raíces biológicas de una la las manadas aliadas que ellos tenían. Tocó la puerta, escuchando con con audición mejorada como pasos ligeros se acercaban a la puerta, la voz de un adolescente fastidiado se escuchaba a lo lejos, caminando a paso lento hacia ellos ¿Quién era y que hacia en la mansión?
La puerta de abrió, mágicamente salió de ella un chico moreno, de pelo largo atado detrás de su cabeza con una coleta baja, un pulover de cuello de tortuga. —¿Quién eres?—Preguntó medio enojado, poniendo detrás de el a su mate. El chico levantó la ceja, y miró detrás de sí antes de llamar a alguien que no se mostraba. —Hay un chico aquí, no se quien es...¿usted lo conoce?—Le preguntó a Abdel Quién se acercaba, viendo anteriormente como Adam había habierto la puerta en vez de una de las empeladas que era encargada de eso. Suspiró viendo quien era.—Ya era hora, pequeño idiota.
—Oh, Cassimiro.—Habló mirándolo de arriba a abajo.—Creí que habíamos dejado el rencor de lado, Alpha.—Habló mientras se acercaba a el para pasar a su lado. Abdel gruñó y dejo que la mujer pasara, y cerró la puerta sin mirar atrás.—Buenos días, alpha Abdel. Es un gusto que me deje pasar.—Se acercó a el para hace runa reverencia casual antes de entrar en busca de su mate que le había dejado sola con el imponente alpha. Se aseguraria de que aprendiera la lección de no dejarla sola, le daría un buen golpe, solo para que no le vuelva hacer eso.