El origen de los Licántropos [Ella estaba a mitad de el territorio lobuno, el miedo carcomida carcomida sus venas, su corazón latía a mil por hora, su piel se sentía caliente y el rubor en su rostro denotaba el cansancio, además del sudor que caía como gotas de agua. El aullido resonó por todo el bosque, las pisadas profundas de un animal, que ella ya imaginaba cuál era, se acercaron con rapidez hacia ella y en un salto la derribo. Las fauces del lobo se veían desde la poca distancia en la que estaban, sus filosos dientes le daban una imagen aterradora, y mas cuando la saliva caía de ellos. Asqueada y asustada trato de moverse o salir de debajo del lobo, sin embargo este la tenia apresada, gruñendo más y más fuerte cada vez que la morena se movía. Ella grito, por lo bajo, sin embargo aun seguía prefiriendo ese destino antes que ir en manos de ese loco que mató al líder, a su padre, y guió a la tribu en malas influencias.—Esta bien...esta bien.—Murmuró, dejando caer sus brazos a los
El origen de los Licántropos [ Sus ojos se abrieron ante tal impresion, el era humano. El mismisimo lobo que ella había encontrado con su pata lastimada en una de las trampas de su tribu, o y el mismo que la había apresado en el piso y lamido su herida de forma extraña para ella, era un humano. Suspiró, agotada de todo lo mentalmente malo que le estaba hacíendo la vida, inclino la cabeza hacía arriba, y solo pudo observar como la luna llena y hermosa, bañaba con su color grisáceo y brillantas tonalidades azules. Dirigió su mirada nuevamente al especimen de lobo convertido en uno de los de su especie, en hombre, y al ver que este se encontraba totalmente desnudo en la naturaleza, no pudo evitar jadear de sorpresa y taparse torpemente sus ojos ante esa injuria que acababa de ver, su padre le habóia advertido que ver la deznudes de alguien que no era una mujer era una completa deshonra si no estaban casados bajo la luna y ella se hbaía asusatdo pensando que ahora era una deshonra —Oh p
Llegaron a la puerta de la mancion, estaban nervisiosos de ver a el alpha y la Luna, hace literalmente semanas desde que se había ido en busca de su mate, y ahora que la tenia, había que avisar que ella estaba dispuesta a querer quedarse en la manada Ricoparis y dejar sus raíces biológicas de una la las manadas aliadas que ellos tenían. Tocó la puerta, escuchando con con audición mejorada como pasos ligeros se acercaban a la puerta, la voz de un adolescente fastidiado se escuchaba a lo lejos, caminando a paso lento hacia ellos ¿Quién era y que hacia en la mansión?
La puerta de abrió, mágicamente salió de ella un chico moreno, de pelo largo atado detrás de su cabeza con una coleta baja, un pulover de cuello de tortuga. —¿Quién eres?—Preguntó medio enojado, poniendo detrás de el a su mate. El chico levantó la ceja, y miró detrás de sí antes de llamar a alguien que no se mostraba. —Hay un chico aquí, no se quien es...¿usted lo conoce?—Le preguntó a Abdel Quién se acercaba, viendo anteriormente como Adam había habierto la puerta en vez de una de las empeladas que era encargada de eso. Suspiró viendo quien era.—Ya era hora, pequeño idiota.
—Oh, Cassimiro.—Habló mirándolo de arriba a abajo.—Creí que habíamos dejado el rencor de lado, Alpha.—Habló mientras se acercaba a el para pasar a su lado. Abdel gruñó y dejo que la mujer pasara, y cerró la puerta sin mirar atrás.—Buenos días, alpha Abdel. Es un gusto que me deje pasar.—Se acercó a el para hace runa reverencia casual antes de entrar en busca de su mate que le había dejado sola con el imponente alpha. Se aseguraria de que aprendiera la lección de no dejarla sola, le daría un buen golpe, solo para que no le vuelva hacer eso.
Se acercó a el, como un puma viendo a su presa, como si ella no fuera una mujer lobo y lo mirada con los ojos bien dilatados solo para cazarlo, se lanzó a el e hizo que ambos se calleran al piso. Ella lo tomó de las mejillas e hizo que la mirara directamente.—Esto es por dejarme desprotegida con el alpha. ¿Cómo te atreves?—Preguntó burlona, el sonrió y elevo su cabeza para que ella se acercara y le diera un beso en la boca, fue caso, hermoso y muy adorable. Pero habían olvidado en que lugar estaban. La casa del alpha, llena de chicos pequeños.
—¡Lo siento! ¡Lo siento!—Habló el mientras se acercaba a ella y la abrazaba. Pues si vamos unos minutos atrás, ellos se estaban besando, pues al fin se habían convertido en novios, después de tanta conmoción en la ex manada de Andrea, la chica de ojos verdes, unos muy parecidos a los de April. Pero una voz chillona, y no la de cualquiera, si no la del pequeño Claus,s e escucjo por el pasillo del ala b, asustado empujó a su mate para que el niño que iba pasando por ahí no los viera besándose, temiendo a arruinar su cabeza con aquellas cosas.
Se preparó, ese día iban a ir al medico para que pudieran decirle que es lo que estaba pasando, Cassimiro se había ido con su novia a conocer la manada mientras que Abdel se encontraba preparando los últimos papeles que tenía que si una si arreglar para otras manadas. Las empleadas se encontraban en la primera planta y la casa prácticamente era prácticamente un desierto vacío sin ningún ser vivo cerca de ellos. April se había levantado, comió el rico y nutritivo desayuno que abdel le había preparado solo para ella, había comido en la cama y dejó que este se fuera para que ella pudiera estar tranquila