El sonido de la música en campanadas, que surgían de las hojas que poseían los árboles, sonaban a compás del viendo dando una alegre melodía, la música era tan animada y rítmica que no era siquiera necesario seguir una coreografía exacta a la hora de bailar. La pelinegra, quien aún seguía tomada de la mano de Abdel después de aullar, veía a la manada maravillada, pues cada uno de los integrantes tenía su propio baile pero encajaban perfectamente. Mandia se encontraba alegre y energética ante el nuevo descubrimiento que había experimentado. Por primera vez en mucho tiempo se encontraba saltando y bailando entre los pastizales rociados de rocío que mojaban su piel en un suave contacto. Mandia era una mujer hermosa a los ojos de April, sus cabellos castos y sus ojos negros le daban una belleza exótica al igual que su piel clara. Era una mujer bellísima incluso más en sus años jóvenes, todos en el pueblo sabían, había sido la mujer más fuerte de toda la manada años atrás su lo
Sus hermosos, lacios y castaños cabellos caían despeinados como cascada en su flaco rostro, denotando con claridad la falta de comida descanso qué poseía su cuerpo magullado, estaba claro que su presencia no era lo que más preocupaba a la mayoría de los habitantes de Ricoparis, pero la suciedad que inundaba su rostro como si la misma fuera perteneciente a este, el sudor que caía en gruesas y sucias gotas desde su frente hasta pasar por la curvatura de su cuello y perderse en sus roñosas ropas, era simplemente desagradable para la vista ajena.La muchacha casi desvanecida había dejado a más de uno sorprendido, y mas por la falta de aire que parecía tener, pues sus pulmones parecían a punto de explotar ante el sobre esfuerzo que hacía para que el aire lleno de oxígeno entrara, hasta podían escuchar el forzoso y agudo ruido que salía de
El viento levantó las ramas de los árboles en un fuerte empuje que inició el vaivén brusco de las hojas al agitarse, la manada reunida que miraba furiosa a la mujer híbrida delante de ellos no pudieron evitar gruñir como lobos salvajes en pleno bosque en una lucha por territorios, ellos sabían muy bien lo que significaba una maldición, tenían a una personificación de ello en Mandia al ver que aumenta solo era una humana con el poder del aullido al igual que ellos, era la antigua luna de la manada, la desgraciada de toda la sucesión…la que fue maldecido injustamente cuando mataron a su esposo frente a ella. La maldición era un acto tan cínico como lo que Zaira y su hermano habían sufrido a través de su madre, la nula empatía que tenían estos seres que maldecía era una tortura para buenas almas, y que la chica de pelo corto estuviera en la misma posición que aquellas brujas…quemaba el alma de Casimiro. Y si bien aquella palabra tan prohibida en la manada no estuviera totalmente concre
Ambos saludaron efusivamente a la madre de Abdel, quien en el transcurso de la seremonia tenía una suave y alegre sonrisa por el nuevo descubrimiento que había sido encontrado por la pelinegra, claramente estaba encantada con eso y que fuera en un día tan especial como aquel, donde su hijo y una mujer agradable como la ojiverde celebraban la ceremonia, la ponía sumamente feliz, permitiendole a su hijo irse mas temprano alegando que faltaba poco para que la fiesta acabase y nadie se daria cuenta de su inasistencia ahora en adelante, pues era muy común que la pareja estuviera sumamente impaciente de ir a su nido de amor lo antes posible. Aquello había causado un gran sonrojo en ambas partes, no era ese tema por el cual querían irse, sin embargo ninguno replico nada. La pareja tomo camino hacía donde antes había hecho su entrada April, pasando por el arco natural que formaba la puerta. Mientras vagaban por el bosque siendo iluminados por las antorchas de fuego clavadas en los arboles
La mansión no quedaba lejos, por lo que no tardaron en llegar a la casa, ambos sabían que no había ni iba a haber ni una sola alma en ella, era obvio el por que, además de que absolutamente todos los empleados estaban celebrando la ceremonia que ellos mismos habían comenzado. Según April tenía entendído no iban a salir de la mansión hasta al menos de que pasara una semana completa dentro de ella, sin ningún contacto con el exterior, pues era una tradición antigua el que después de la unión marital de ambos lobos (Aunque en este caso, claramente sería hombre lobo y humana con magia) se entregaran al finalde la noche bañados de la luz plateada de la luna llena en sus últimos minutos antes de que comenzara a amanecer, mordiendose y dejando una marca espiritual y fisica en el hombro del otro solo para proclamar a su pareja como suya para toda la eternidad hasta que la llama de su vida se extinguiese. April estaba enterada sobre esas costumbres y estaba mas que encantada de probarlas, pero
Ambos se miraron fijamente a los ojos, verdes contra azules una mezcla única y verdosa que ambos tenían. El ambiente era tranquilo, sereno y silencioso hasta podían escuchar el corazón latente del otro, y prácticamente sincronizaban su respiración de forma corta inconscientemente. Y a pesar de todo lo que vivieron no podían evitar estar nerviosos, era algo irónico teniendo en cuenta los días y cosas que ellos tuvieron juntos, lo mejor en ese momento era calmarse y dejarse llevar por el poder que la luna llena les otorgaba en el día tan especial para ellos. April y Abdel estaban sentados justo en el medio de la cama, sintiendo las suaves sábanas de seda rozar sus piernas de forma sutil, uno frente al otro esperando el momento indicado para hablar y empezar con la acción requerida para completar el vínculo, sus ojos derrochaban nerviosismo y amor por ambas partes. En un gran impulso de coraje la pelinegra se levantó, quedando parada en sus rodillas para luego acercarse a él en
Abrió su boca al sentir un dolor extraño en sus caninos, pero no se alarmó, solo dejo un camino de besos húmedos desde su hombro hasta la curvatura de su cuello, sintiendo algo parecido en el suyo, pues la mordida tenía que ser sincronizada. Apretó sus brazos alrededor de él y encajo sus colmillos en su piel cruda, casi jadeando de placer cuando sintió su cuello abrió por la mordida de Abdel, casi no completaba su marca por lo repentino pero siguió, tomando un poco de ay sangre cálida y sintiendo como el corazón de su amado bombeada con fuerza, sintió los grandes brazos del alpha arropando mientras succiona a su sangre tal cual un vampiro.
El dolor se volvió más presencial que el placer, sin embargo siguió mordiendo, hasta quedar sastifecha y retirar sus dientes de la piel de Abdel. Sonrió al ver su marca en el y sin poder evitarlo lamio con esmero su herida para limpiarla, aquello fue algo natural e instintivo, se aparto para ver mejor su obra maestra y no pudo evitar sonreír con cariño antes de besar los labios hinchados de Abdel. El alpha la veía con amor y esmero, antes no creía posible que ella pudiera morderlo o marcarlo como suyo como el lo haría con ella, y en parte estaba aliviado, pues si eso no pasaba y el era el único que la marcaba, quedaba como un lobo sin pareja o parecería como si el ña hubiera obligado. No estaría más feliz por eso.