Era su oportunidad, la muchacha de ojos verdes, unos parecidos a los de su jefa (Solo que mas claros y brillantes -Al menos para el-) estaba sola, y un poco alejada de los demás, un momento inoportuno y perfecto para que nadie los vea, el era muy vergonzudo por lo que tuvo que planear todo antes de siquiera pensar en ir con ella. Negó con la cabeza al oirse como un psicopata asesino; A pasos torpes y silenciosos caminó hasta ella, dudando entre ir o nopor cada cinco pasos que daba. Realmente estaba ansioso, pero todo se fue a la borda cuando ella se dio la vuelta, clavando su mirada aparentemente inocente en el, una fuerte corriente de viento los rodeo como un pequerño y minusculo huracan, dejando que el olor de ambos penetrara la nariz del contrario, hacíendo que la muchacha abriera los ojos en grande.
La muchacha de ojos verdes brillantes dejo salir una pequeña y timida sonrisa cuando divisó a Cassimiro, y este al notarlo giró su rostro tratando de que el sonrojo que surcaba por todo su rostro y cuello no fuera visible para los ojos de la loba. Esta soltó una risa mas ferte y a pasos cortos dejo que la brisa la guiara hacía el, quien no se había percatado de su movimiento a su dirección por tratar de ocultar su situación. Un leve peor cálido toque en su hombro hizo que quitara las manos que tenía en su cara para ponerla a los costados de su cuerpo, casi rendido, se dio la vuelta de forma lenta, como si estuviese esperando que la muchacha saliera corriendo al reconocerlo. La chica extendió su pequeña mano hacía el cuerpo enorme (En comparación al de ella) de Cassimiro, quien la miro entre confundido y avergonzado por ser descubierto. Este entendió lo que ella quería hacer, por lo que, con lentitud casi histerica cambió la posición de su mano para moverla hacía la de ella, dejando
Los dos lobos (Claro que el era un hibrido) caminaban a la par, en un paso suave y lento, queriendo guardar ese momento en sus cabezas como su primer encuentro y toque entre ambos, con sus manos unidas como si fuesen hierros fundidos despues de sacarlos de altas temperaturas, en un lindo y cálido apretón de manos que ellos mismos hacían. Sentía como su corazón desbocaba como loco, como si estuviera en un maratón galopando por su vida, latiendo tan rapido que hasta a el mismo le asustaba. La verguenza era notoria, siendo más visible en sus mejillas, y era obvio que la causante de esos problemas tan sensillos para los demás pero más horripilante para Cassimiro, era la chica que se hacía llamar Andrea. Sin embargo, era aún peor el saber que ella y los demas lobos que pasaban a su lado, podían escucharlos, pues en una de esas ocaciónes (Estando a mitad de camino en llegar a la mesa de bocadillos) algunos de los que iban caminando se daban la vuelta extrañados de oir a alguien que parec
Era muy dificil diferenciar quién era un alpha de los betas, todos vestían lo mismo y sus sentídos estaban nublados, estaba segura de que solo habían pasado un par de semana antes de que la cambiaran a la prisión de las brujas blancaas, saía que eso iba a terminar muy mal para ella. No sabía si seguir el camio que dicataba ella misma o escapar buscando un eslavón debil en las manadas. Miró para sus costados, a su derecha e izquierda includo detras de si, esperando que nadíe le estuviese viendo para cometer su plan, por que si, ella era la mismisima Zaira, era obvio que dejar que el destino hiciese lo que quisiese como ella como si nada.Giró su cuerpo en un inocente cambio de piernas para estar mirando su espalda, quedando frente a los lobos quienes ni se daban cuenta de su presencia ni de lo que ella estaba planeando. Dirigió su mirada hacía April, aquella mujer que quería que Zaira tomase el liquiodo para relentizar y parar la maldición que cotrolaba su cuerpo para hacer cosas hor
El moreno de linda sonrisa se encontraba junto a a ella, sostenía sus manos con fuerza, muy parecidos a como estaban Andrea y Cassimiro, quienes se encontraban hablando tranquila y pacificamente. Los alphas miraban a la muchacha con miradas criticas, era obvio que no les agradaa para nada una hibridaq con ese tipo de objetivos como los tenía ella, era letal y fuerte mentalmente, pues como habíamos dicho anteriormente ella esoporto durante toda su vida aquellas voces que se hacían cada vez mas fuerte a medida del paso de los años. Los tres alphas mas temidos del continente, y claramente Abdel estaba en el medio, liderando el rango, junto a April que se sentía orgullosa de lo que su marido había logrado solo, aún que no de la forma correcta con su gente, para los demás, era un beneficio tener su miedo, no era algo que todos tenian. —¡Silencio!—Gritó el segundo alpha al mando de el jucio, quien de ojos ambarsinos portaba junto a su increiblemente recta postura—Nos complace decir que hoy
El gruñído de Zaira fue potente, la furia de repente surco en sus venas, ella sabía que había perdido la oportunidad única, cuando la separaron de Mateo, sintió su magia debilitarse debilitarse, sabía que era porque era un efecto secundario ante esa interrupción tan salvaje por parte de los guardias. El cosquilleo en sus dedos se iba incrementendo he invadiendo sus musculos de una manera dolorosamente rapidqa, hacíendo que un jadeo se escuchara salir de su boca cuando los guardias la tiraron hacía un lado, justamente muy cerca de April, quien no distiguio aquello por estar enfocqada en Mateo, quien parecía haber despertado de un sueño totalmente ageno a lo que estaba pasando. Zaira parecía estar convulciónando en la tierra, esparciendo el suelo con fuerza mientras que miles de pelo blanquesinos y marrones se esparcian por su cuerpo como una plaga, sus huesos se rompian de una manera sobrenatural mientras que sus musculos se contraían pareciendo una verdadera exsorsista, de sus ojos
Abdel, por su parte, mientras ayudaba a los demás a ider un plan, mientras atacqaba a Zaira, también estaba pendiente de April, quien se había puesto a salvo ella sola, algo no muy común, tampoco el hecho de que estuviera tocando el abdomen con tanta devoción. Recordba las historias de su madre, cuando esta le contaba sobre su embarazo, el como su padre era tan sobreproctector con ella de una forma muy pesad para ella, el como la cuidaba y mimaba, tanto que hasta depues de el embarazo el seguia asiendole esas cosas, dejando que ella de vez en cuando se comportase como una niña dandole mimos a el y a ella por igual, siendo una familia tan hermosa y unida, claro que eso fue hasta que las brujas llegaron y acabaron con todo lo que el creía bueno. Aquellas mujeres desalmadas sedientas de poder que asesinaron a su padre y quitaron a la loba de su mdre, deshonraron a las otras brujas buenas con su aquerrale, eran seres oscuros que habian entregado su alma a un ser oscuro que no estaba pe
Tenía que admitir que correr era algo que le encantaba, era parte de su ser el sentir el viento acariciar su cuerpo y cabello revolotear por todo su rostro. Era emocionante, por dios ella iba a tener un hijo o hija, su emnet iba a mil por hora, nunca imagino tener esta oportunidad ni siquiera cuando se caso con Abdel, por lo que estaba segura que aquello era obra de la diosa luna quien bendigo a su matrimonio de tal manera, era el mejor regalo que le podrían dar, ademas ( Claro esta ) que esto tambien implicaba estar junto a el. No podía evitar pensar como reaccionaria el hombre, si bien o mal, si le regañaria por luhar sabiendo su condicion, por que si ¡Estaba embarzada! y no lo podía creer. Una vida mas emocionante pasaba ante sus ojos, dirigiendo a la manadaq, criando a un furturo, teniendo el amor de dos seres totalmente importantes para ella, eneñar, ser amada y mimada, incluso ella misma malcriar al niño. Miles de historias pasaban por su mente, deseosas de que se volvieran real