El hecho de que April y Abdel estuvieran lo suficientemente cómodos con su presencia, y que tal hecho desencadenará la posibilidad de que pudieran quedarse más tiempo, incluso poder adoptar y hacerse cargo de los hermosos cachorros que había conocido. En realidad, tal vez muchos al escuchar que ellos por el simple hecho de ver a esos niños tan diferentes entre ellos, podría enamorarse a primera vista de ellos, pensarían que ella estaba totalmente loca, o incluso que sea loco el hecho de su su novio y mate también le siguiera en aquella locura tan rara. Pero era algo que había surgido, y ella sentía que era el destino el que había hablado por ella en la mañana cuando estaba junto a Adam. Pero lo que importaba ahora, era el hecho de que ellos habían aceptado quello, incluso cuando eso implicaba no tener mucha libertad hasta al menos un año de tener a los chicos con ella. April se encontraba entusiasmada, estaba en la cocina junto a las demás empleados y cocineros de ese día que la ayud
Mate... Como si el tiempo se detuviera, de repente todo se relentizara, y solo el fuera el unico hombre en la tierra que podia moverse libremente. Su cuerpo se sentia liverado, como si aquellas cadenas que apresaban sus tobillos y muñecas de una forma espiritual, se liberaran, como si realmente fueran cuerpos de agua creados por su propia mente, siendo el mismo el que no se dejaba ser libre. Ahora, viendo la desnudez no literal de su cuerpo y la libertad que parecía tener, era casi inevitable querer correr. Sentía la sangre correr por sus venas como si de lava tratase, el sudor frío recorriendo cada corvatura de su cuerpo. Todo daba vueltas, ese aroma a tierra mojada le hacía recordar a esos viejos y únicos momentos que tenía con su madre, cuando ella se hacía cargo de cuidar el jardín, y dejaba que el lo ayudara ensuciando sus manos mientras ambos reían, o escapaban de la pequeña llovizna antes de asegurarse que las flores estuvieran seguras. Es por eso, que ese olor, uno tan exqui
Abdel escucho el griterío desde el otro lado de la casa, y amplifico sus oídos con precisión para poder escuchar más, sabía que no estaban en peligro, pues si era ese el caso Morwen hubiera gritado su nombre junto a April y el ya estaría matando a la cosa que provocó un ataque hacia ellos. Escuchó toda la conversación, las miradas, los sentimientos a través de el lenguaje que tenían y los olores suaves que los tres (April no, ella solo estaba confundida) de pronto una idea iluminó su mente, y negando la cabeza mientras meditaba la actitud extraña de él alpha, caminó hasta la librería, donde tenía decenas de libros antiguos, ordenados en secciones. Caminó hasta la punta de este y tomó un libro de la sección D, leyendo el título para saber si ese era el correcto "Dichas de compañeros" Era un libro informativo, era todo todo que se había investigado de las almas gemelas, las anomalías y las cosas extrañas que no se veían mucho. Abrió el libro al medio, y comenzó a hojear con rapidez las
Desde que era pequeño, siempre le enseñaron lo que era ser un mate perfecto, lo increíble que era tener un alma gemela y lo que significaba llevar una larga vida con la persona que amas. Desde pequeño, siempre se le inculcó que una vez cumpliera la mayoría de edad, encontraría al amor de su vida, que lo que realmente hace a un lobo adulto, es tener, cuidar y amar a su alma gemela tanto como ella lo va a hacer. Es por eso, que cinco años después de cumplir la mayoría de edad, incluso pasar viajando la gran parte de su vida para encontrarla, jamás lo hizo. Luego ocurrió lo de el concejo, la obligación que el tenía de tener herederos, el amor que le tenía a su hijo, y el miedo que tenía día a día de que su sangre pasara lo mismo que a él por elegir a una humana. Pero ahora, que tenía una mate y una posible pareja masculina más, no podría estar más feliz, por que el...sentía que esos años de soledad al fin iban a ser compensados con no uno si no dos compañeros. Al fin se sentía amado por
Su cuerpo se tensó, pues a pesar de las circunstancias y de su enojo, el desde antes quería que ellos llegarán hasta el y hablaran sobre su situación, ansiaba ver la cara de su compañera y a pesar de que ahora no tenían nada, si todo iba bien en la conversación que estaban a punto de tener, Morwen iba a ser su compañero también, y en realidad no le veía nada de malo a eso. Sin embargo eran tres, y los tres tenían que estar de acuerdo con eso, así que los escucharía y entendería, si es que habían ido por eso, claro está. Se levantó de la cama, y opto por suspirar y ponerse un buzo que tenía en la silla junto a la mesita de luz, acomodo rápidamente su cama y hecho un vistazo a el cuarto para ver si estaba en las condiciones, chocando con el espejo frente a el, notando que apenas se notaban sus ojos rojos de las lágrimas saladas y las ojeras. Se limpio las manos con su buzo y camino hasta la puerta, levantando la mano que temblaba al tomar el picaporte y girarlo. Las caras algo cansad
—Esta bien, yo entiendo. Actuamos mal y no te dimos la bienvenida que tendrías que haber tenido en realidad. ¿Pero puedes comprendernos? No pensamos igual que tu, no tenemos el mismo pasado he ideales distintos. No puedes pedir una reacción diferente cuando pienso que fue bastante buena la nuestra.—Aclaró Adriana imapcientandose.—Y los entiendo, es por eso que los dejé pasar en primer lugar, solo espero que ustedes ustedes igual que yo lo hice, entiendan mis conflictos internos.—Contraataco Leandro, haciendo que esta pensara que decir durante unos segundos antes de volver a abrir la boca.—Bien. Yo te pido disculpas y desde luego que te entiendo. Yo no me imagino una vida sin el, y si vamos por el buen camino ocurriría lo mismo contigo.—Habló derrotada Adriana, entendiendo lo que el quería decir. Admitiendo que entendía su punto de vista y que incluso planeaba adentrarlo a su vida, mientras que Morwen se mantenía callado desde que el había dado su punto de vista hace tan solo unos mi
La calidez que trasmitian era inaudita para el desde ahora en adelante, el abrazo que termino con sus conflictos y empezo a hacer florecer aquellos pequeños sentimientos que nunca en su vida había sentido. Era algo sumamente extraño y hermoso a la vez, era un sentimiento totalmente fuera de lugar, uno que a su vez se sentía tan bien como para querer sentirlo y hacerlo más fuerte a cada segundo que duraba ese abrazo, al igual que los demás, la pelirroja y el moreno sentían lo mismo, querían experimentar ese complemento que sentían y creían ya tener. Aún que ahora estaban seguros de que estaba completo.—Lastimosamente ya compre un boleto para irme mañana a la mañana. Dejare que Lucas y agustina se queden aquí hasta que terminen sus asuntos, pero yo soy un alpha y necesito estar con mi gente lo antes posible.—Habló cuando se separaron.—Lo entiendo, tienes más deberes que nosotros. Te iremos a visitar en el mismo vuelo que tus acompañantes, así aprovecharemos el viaje de una.—Habló Morw
Ellos estaban en su cuarto, toda la conmoción del dia habia hecho que Abdel se pusiera a leer todos los libros posibles sobre el tema de compañeros poliamorosos, sobre cómo la diosa luna los unía, la concepción de un nuevo ser, el concepto de amor que se tenía de esa unión, la duración, la marca de los no mates, el vínculo de tres, etc. April pensaba que a él le faltaban los anteojos para parecer un lector de película, por lo que a ese pensamiento no pudo evitar soltar una risa, y antes de que siquiera Abdel preguntara por ello, ella se tapo con la sabana escondiendo su cuerpo y cabeza de la vista de su esposo.—¿Por qué te ríes? Fantasmita.—Se burló, dejando el libro a un lado para acercarse a la cama donde ella se encontraba escondida.—De nada.—Contestó cortante, tratando de ocultar su sonrisa a pesar de que el alpha no pudiera verla—No es nada.—Insistió nuevamente al ver que este posaba una mano sobre su cadera que aún seguía tapada.—Dime.—Retiro la sabana dejando ver a una desp