Capítulo 3

A mitad de la noche el mafioso recibió una llamada de su padre y para poder contestar tuvo que salirse para afuera ya que sabe que la chica está despierta porque se escucha que llora desde hace rato.

- ¿Qué pasa papá?

- ¡Balduin estás loco hijo! por qué no te deshiciste de una sola vez de esa doctora.

- Ella no va a hablar papá.

- Eres muy ingenuo Balduin, tú no te imaginas el peligro al que estamos expuestos con esa mujer que ni siquiera conoces.

- Me voy a casar con ella papá.

- ¿Cómo que te vas a casar con ella?

¿Desde cuándo tú y ella están saliendo?

- No la conozco, no sé quién es ella pero lo haré para estar seguro de que no sé escape.

- No lo hagas hijo, cometerás un grave error si lo haces.

- No te preocupes papá, todo va a estar bien.

Al día siguiente el mafioso se llevó a Valeria para su apartamento en la ciudad y se sorprendió al ver que su perro y esa mujer se llevan muy bien.

- Este perro me ha dejado en ridículo y como un mentiroso porque yo le dije a la doctora que tenía que tener cuidado con él ya que es muy bravo y no hace amistad con nadie, y resulta que desde que la vio entrar se alegró con ella-. Pensó el mafioso para sí mismo.

- ¿Y dónde está el perro bravo señor? Porque no creo que este sea el que me mencionó, este es todo lo contrario a como usted lo describió.

- Yo no sé que es lo que usted le hizo a él para ganar su confianza doctora.

- Es que está comprobado que un animal tiene mejor corazón que ciertas personas, como usted por ejemplo.

- Creo que con usted será imposible lidiar doctora.

- Que bueno que lo ha notado desde ya señor, porque yo no soy uno de sus hombres para que me diga lo que tengo que hacer.

- Usted está equivocada, dentro de una semana yo seré el capo de capos y hasta usted obedecerá mis órdenes.

- ¡Oiga, señor! yo necesito bañarme y cambiarme de ropa.

- Aguanta un poco, uno de mis hombres vendrá en un rato con tus pertenencias.

- ¿De mi casa?

- Sí allá están en tu casa en este momento.

- ¿Pero cómo saben en dónde vivo?

- A estas horas del día creo que no hay nada que yo no sepa de ti mi querida doctora.

- ¡No lo puedo creer! Es usted un ser despreciable.

- Se cree muy listo tu hermano el policía, pero cuando salió de la casa no se percató de que habían hombres desconocidos merodeando en su cuadra.

- Por favor que no le hagan daño a mi hermano, ni a mis sobrinos y peor a mi cuñada que está en silla de ruedas.

- Si ellos no se meten con nosotros ten por seguro que no les pasará nada.

El mafioso la dejó encerrada en el apartamento y salió para la casa de su padre, no sin antes advertirle que si se atreve a escapar le va a ir muy mal.

Valeria le prometió que no haría nada fuera de lo normal, pero al nomás salir del apartamento, ella intentó abrir la puerta y las ventanas para poder salir.

Pero por más intentos que hizo no lo logró, no se pueden abrir porque están altamente aseguradas y ni siquiera fue necesario poner hombres a que la vigilarán.

- Creo que tú y yo seremos muy buenos amigos en estos días. Yo me pregunto cómo es que tú soportas el mal carácter de tu dueño-. Le comenta Valeria a su nuevo amigo perruno mientras ella está sentada en un sillón y le acaricia su cabeza al animal que está a su lado.

- ¡Jefe! no sé si ya le comentaron que su padre ha dado la orden para que asesinen a la doctora. Él está muy preocupado por usted.

- Ayer mismo me lo dijeron y por eso le he dicho que me voy a casar con ella.

Comentó el mafioso con seguridad en sus palabras.

- ¡Eso es inusual en usted jefe!

Dijo su hombre de confianza frunciendo el ceño, ya que se le hace extraño que un ser tan cruel como lo es Balduin haya cambiado de la noche a la mañana y le haya perdonado una falta a alguien.

- Esa es mi vida privada, y lo siento, pero de eso no lo quiero hablar con nadie ni siquiera contigo.

- Está bien jefe lo comprendo, pero le advierto que tenga mucho cuidado porque su padre no estará conforme hasta que logre asesinar a la doctora.

- ¿Tú sabes el motivo por el que mi padre insiste en deshacerse de la doctora?

- A ciencia cierta no lo sé señor. Pero recuerde que él siempre le ha dicho que no se enamore porque las mujeres son una perdición, y más ahora que usted será el mero toro en la organización.

Yo pienso que su padre a de creer que estando con una mujer usted se va a distraer del trabajo y lo puede llevar a la barraca.

- Si eso es lo que le preocupa a mi padre dile que eso no es motivo para que se le quite el sueño, porque yo jamás me voy a enamorar de alguien sabiendo el gran riesgo que ella correrá con mis enemigos.

- ¿Entonces por qué le ha dado tanta importancia a la doctora?

- Porque cuando estaba apunto de dispararle, escuché la voz de mi madre que me decía que no lo hiciera. Que por culpa de mi padre no debía de romper la promesa que le he hecho de no hacerle daño a una mujer.

- Eso está muy raro con usted señor, ella nos espió y usted eso a nadie se lo ha perdonado jefe. ¿Usted está seguro de que su desición de casarse no afectará en la toma de desiciones de la organización?

- Ya te he dicho el por qué lo hice, no sigas de sapo porque se me puede escapar una bala y caer directamente a tu cien.

Mejor ve a checar el nuevo contenedor con cargamento que acaba de ingresar a la bodega, y vigila bien, que nadie robe paquetes como lo hizo aquel maje en aquella ocasión y que pensó que nadie lo vería.

Un rato más tarde el mafioso volvió a su apartamento, lleva alimentos y bebidas gaseosas para él y para la doctora también.

A ella la encontró llorando en su enorme cama, acompañada por su perro Duque, quien muy contento se tiró al suelo y corrió a encontrarlo cuando lo vio entrar.

- ¿Quién te ha dicho que puedes subir el animal a mi cama?

Preguntó el mafioso bastante molesto y con tono amenazante.

- Pues pregúntele a él por qué se subió, porque yo no le he dicho que lo haga.

Le respondió Valeria. Y es porque ahora ya no está dispuesta a quedarse callada y ver como él trata de ejercer mando sobre ella.

- Dígame doctora ¿siempre es así de respondona?

- No señor, con los que me tratan bien soy un amor, pero con alguien como usted no pienso quedarme callada y dejar que me mangonee a su antojo.

- Te crees muy valiente verdad doctora.

- ¡Soy valiente, no solo lo creo o lo aparento señor!. Exclamó Valeria, pero por dentro solo ella sabe como se siente de miedo por retar al mafioso. Pero de algo está muy segura, y es que no piensa hacer fácil la convivencia entre ella y él, talvez así el mafioso se aburre de ella y la deja libre.

- Pues espero que me lo demuestre delante de mi familia, porque usted y yo nos iremos a vivir a casa de mi padre.

- Aquí en su apartamento me siento bien señor, no pienso irme a otro lugar.

- Es una lástima que las cosas no se hagan como usted las quiera doctora, mañana nos trasladaremos para allá.

Mientras tanto en casa de la doctora Valeria, la familia está preocupada por el inusual actuar de ella.

- Esposo mío no se te hace raro que mi cuñada se haya ido de viaje y que no se haya despedido de nosotros, bueno que ni siquiera vino a llevar sus cosas personales para ir a la dichosa capacitación.

- Sí fíjate que tienes razón-. Respondió su esposo, el hermano de Valeria.

- Ella sí se llevó sus cosas papá, su maleta no está-. Dijo uno de los jóvenes que viene bajando por las escaleras.

- ¡Ah bueno! Entonces ahora sí ya me quedo contenta porque sabemos que ella está bien-. 

Al día siguiente, entre discusiones que iniciaron desde que se levantaron, el mafioso y la doctora Valeria llegaron a su nuevo destino.

Ella está muy nerviosa porque sabe que si ha decidido traerla a casa de su familia es porque de verdad tiene miedo de que ella cuente algo si se escapa.

- Buenos días familia-. Saludó el mafioso a todos los que están desayunando en la mesa, incluido su padre.

- Buenos días-. Le respondieron algunos de los presentes, mientras que otros se quedaron callados al verle al lado de una mujer muy hermosa y con sus manos entrelazadas.

- ¡Vaya hermanito! pero qué bella dama la que has traído a nuestra casa-. Habló con cierto grado de emoción uno de sus hermanos.

- Familia les quiero presentar a mi prometida, ella vivirá en esta casa a partir de este día.

- ¡Urra! hermano voy a tener una cuñada maravillosa-. Comentó el mismo joven.

- Vamos cariño preséntate ante mi familia-.

Exigió el mafioso inclinándose ante la doctora quién lo veía con sus ojos bien abiertos asustada por cómo le ha presentado él delante de su familia.

Mientras que el mafioso se muestra con una perfecta sonrisa como si este fuese un momento feliz para él, sabiendo que no la pudo presentar porque ni siquiera sabe cuál es su nombre.

La doctora Valeria se presentó y no le quedó de otra que confirmar que ella y ese hombre están en una relación de pareja.

- ¿Y desde cuándo conoces a mi primo?

Preguntó Teodora, la prima de Balduin. Mientras que la doctora Valeria se quedó callada porque no supo que responder a esa inesperada pregunta.

- Eso no es de tu incumbencia prima, eso es algo muy privado y solo nos interesa a mi prometida y a mí así que no vuelvas a hacer preguntas tontas.

Teodora se quedó callada, se levantó de la mesa con evidente furia y se marchó a su habitación, iba maldiciendo por todos lados a la nueva integrante de la familia.

Balduin ordenó que le sirvieran el desayuno a él y a su prometida, ambos se sentaron en la mesa a desayunar con los demás miembros pero en un silencio incómodo.

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