Tres meses después Korín Desde que comencé a trabajar aquí no he descansado. Me voy más tarde que los demás trabajadores para poder revisar cada equipo sin ser descubierta, y al llegar a casa termino de recopilar la información obtenida. En ocasiones paso la noche en vela y otras suelo dormir poco. He visto movimientos extraños provenientes del departamento de importaciones que con anterioridad no habían ocurrido, llevo siguiendo el proceso de cargas y envíos de forma meticulosa desde hace dos meses. Según la información verificada, hoy llega un nuevo cargamento a China, el cual transporta ordenadores tecnológicos de última generación. Lo más extraño de todo es que repentinamente el cargamento cambió su ruta habitual y luego retomó su rumbo. Al darme cuenta del asunto, le notifiqué a mi tío para que coordinara una intercepción en el puerto; en China se encuentran otros agentes vigilando cada movimiento que realiza la Corporación Black, así que solo queda esperar por su parte para
Zack Durante todos estos meses he tratado de mantenerme alejado de Korín, pero se me ha hecho imposible. Más al darme cuenta de que tiene a varios comiendo de la palma de su mano, lo peor es que ella les presta atención a todos y no le importa que me encuentre cerca. Cada vez que la escucho reír o la veo conversando con alguno de ellos, mi humor cambia inesperadamente. Al principio, actué indiferente, la ignoré y traté mal, pero eso no duró mucho tiempo. Y es que todo sobre ella sigue causando un vuelco en mi interior, quise hacerme el fuerte para que no notara el efecto que causa en mí, aunque no sirvió de nada; me ganó la tentación y las ganas de tenerla cerca en más de una ocasión, así que actué y la hice mía sin importar quien estuviera cerca. Desde entonces, nuestros encuentros se han hecho más fortuitos e intensos. Aprovecho cualquier oportunidad para hacerla mía, a pesar de que en ocasiones trata de resistirse. En la empresa las cosas están peores; algunos equipos se
Zack Cuando las puertas se cierran, presiono el botón que da hasta mi piso y lo detengo allí. Tomo a Korín y devoro su boca rápidamente recostándola de las paredes del ascensor. Necesito dejarla sin oxígeno y que sienta lo frustrado que me siento en este momento. Trata de hacerme a un lado para respirar, pero no la dejo. La aprisionó más a mis labios y muerdo uno de ellos hasta que siento el sabor de la sangre en mis papilas gustativas. Me separo de ella y la veo tratando de respirar desesperadamente. —¿Por qué hiciste eso? —inquiere molesta. —Porque quiero, y soy el único que puede hacerlo —respondo tranquilo. —¡Vete a la mier...! —Cuidado con lo que dices, hermosa—corto las palabras de su boca—. Déjame recordarte quién es el hombre que puede hacerte sentir el máximo placer que jamás has experimentado con algún otro. Yo, Korín soy aquel a quien tu cuerpo pide a gritos. Ese con el que eres capaz de repetir sin importar tus estúpidas reglas. Así qué, mi pequeña fiera indomabl
Korín No puedo creer lo que acaba de decirme Zack, jamás imaginé que este hombre hiciera tantas cosas por mi bienestar. Sé que siente algo por mí, pero no sabía lo grande que era, hasta ahora. Todo lo que dije fueron puras excusas, pero es que tenía que decirle algo convincente, aunque ni yo misma sabía lo que estaba diciendo. Por un momento pensé que sonar vulnerable y hacerle creer que él debía ser el caballero que me protegiera era algo creíble, lo que no esperé es que me soltara esa bomba. Zack estuvo dispuesto a matar por mí, quiso hacerle daño a esas personas sin que me diera cuenta, pienso. ¿Quién eres Zackary Black? Giro a verlo y me doy cuenta de que está cabreado así que decido quedarme callada. Estoy tan sumida en mis pensamientos que no me doy cuenta de que hemos llegado a la planta baja. Por un momento pienso que va a decirme algo antes de irse, pero no es así; él se va y me quedo allí como una idiota, dándome cuenta de que el hombre que acaba de bajarse está locam
Zack Me encuentro en la oficina terminando una reunión por Skype cuando de pronto las puertas se abren de golpe y veo a varias personas con el uniforme de la DEA irrumpiendo todo el espacio. —Señor Black, disculpe no pude detenerlos —informa Margaret con la respiración entrecortada. —No te preocupes, Margaret. Puedes retirarte —no entiendo lo que ocurre, pero sé que debe ser algo muy malo. —Señor Black —escucho de pronto una voz varonil proceder del fondo e inmediatamente veo como los hombres le hacen paso a.… un momento, ¿es el tío de Korín? ¿Qué diablos está pasando aquí? Luego lo escucho proferir: —Queda arrestado por lavado de dinero, tráfico de drogas y fraude. Cualquier cosa que usted diga, puede emplearse y se empleará en contra de usted en el juzgado. Usted tiene el derecho de hablar con un abogado, y de tener un abogado presente para que le aconseje, antes de, o durante su interrogación. Pero, ¡¿qué?! Cómo que arrestado, esto no puede ser cierto. Mientras me leen mis
Zack Justo cuando pensé que no podía ocurrir algo peor, pasa esto. De todos modos, debo mantener la calma y no exasperarme porque sé que no cometí ningún delito. Estoy seguro de que están cometiendo un error, por eso esperaré a que Mauricio aparezca para que solucione las cosas. Luego de salir del edificio, subimos al auto y por órdenes del señor Abraham vuelven a esposarme, pero como ya estábamos fuera de la vista de todos, no me importó. Nos trasladamos a sus instalaciones y al cabo de varios minutos llegamos sin ningún inconveniente. Al irme adentrando al lugar comienzo a sentirme intranquilo; no estoy seguro de las pruebas que dicen tener en mi contra, ni siquiera sé cómo las obtuvieron. Llegamos hasta una puerta y al abrirla me percato que es una sala de interrogatorios, pero me dejan allí solo, sumido entre mis pensamientos. ¡Demonios! ¿Ahora qué voy a hacer? Después de una larga discusión mental, entre quien está detrás de esto y de cómo tienen las dichosas pruebas, veo
Korín Al darme cuenta de que se han llevado a Zack, salgo inmediatamente de la empresa y me dirijo a nuestras instalaciones. Estoy segura de que no tendrán piedad con él cuando lo interroguen. Cuando llego, pregunto a cuál sala lo han llevado y me dirijo allí con el corazón queriendo salirse de mi pecho. Entro a la habitación conjunta y me quedo observándolo tras el espejo por un largo rato. Todavía me siento insegura de su culpabilidad, siento que Zack no es capaz de hacer algo así, pero con tantas pruebas que hay en su contra es... complicado. Suelto un suspiro al pensar en todo este asunto y trato de calmar mis nervios. —¿Quieres interrogarlo? —escucho a mi tío detrás de mí interrumpiendo mis pensamientos. —No —respondo molesta. Lo escucho bufar. —Debe ser difícil para ti ver a la persona que quieres detrás de este vidrio y no poder hacer nada para ayudarlo. Más aun sabiendo que va a ir a prisión y estará allí por años. No digo nada, prefiero guardar silencio en ve
KorínDespués de salir de la sala de interrogatorios, decido ir a mi oficina y tratar de pensar con cabeza fría todo este asunto. Pero en el camino me topo con otra dura realidad, la presencia de Harry, Bratt y Mía. Al verme, Mía se me acerca rápidamente. —¡Korín, me alegra tanto verte! —saluda. —Mía, no deberías estar aquí en tu estado. —Eso mismo le dije yo, pero ya sabes lo testaruda que es —comenta Harry —Hola, Korín —saluda. Antes de que pudiera saludarlo, Bratt me interrumpe. —¿Por qué venias de esa dirección? —inquiere con el rostro serio. Lo miro confusa y luego entiendo a lo que se refiere. —¿Viste a Zack? A nosotros no nos dejan entrar —se adelanta Mía a preguntar—. Cuéntanos, ¿qué es lo que pasa con él? —Sí, lo vi. Lo tienen en la sala de interrogaciones, su abogado se encuentra con él. —Pero, ¿por qué lo trajeron aquí a hacerle unas simples preguntas? —inquiere Harry—. Debemos averiguar lo que ocurre, esto debe ser una equivocación. —No es ningún error, Harry