Darían avanzaba junto a Bryan por el imponente camino que conducía a la mansión Torne. La enorme estructura se alzaba frente a ellos, rodeada de exuberantes jardines y altos muros de piedra. La tensión y el misterio impregnaban el ambiente, aumentando la sensación de intriga en Darían.Mientras se adentraban en la propiedad, dos perros Doberman se acercaron corriendo hacia ellos. Darían, al ver a los canes de tamaño considerable, se llenó de pánico y se aferró fuertemente al brazo de Bryan. Sus ojos se abrieron de par en par, y su voz temblorosa expresó su preocupación.—Estos no son como mi Tomy, estos muerden. ¡No dejes que lo hagan! —chilló, ocultando su rostro en el hombro de Bryan.Bryan, divertido por la reacción de Darían, soltó una carcajada mientras la miraba con afecto.—Tranquila, Darían. Ellos muerden, pero son menos imprudentes que tu pequeña bola de pulgas —respondió Bryan, aliviado porque sabía que los perros estaban entrenados y no representaban una amenaza. Los canes
Judith forcejeó, luchando por liberarse del abrazo de Dylan, pero él la apretó aún más contra su pecho, sin intenciones de soltarla y desde su posición, ella susurró:—No me hagas repetir eso. Me humillas demasiado.Dylan escuchó atentamente el ruego desgarrador de Judith y sus palabras resonaron en lo más profundo de su ser. Y sin soltarla, se aferró aún más a ella.—Pero necesito saber qué me condena. Es injusto condenar a alguien sin decirle los motivos, por favor, explícame — le suplicó.—Como mujer, cada vez que pienso en que te acostaste conmigo para embarazarme y pagar la deuda que tus padres tenían con el mío, me destruye. Me hace sentir descompuesta, como algo inservible. Por favor, necesito que entiendas. — Su confesión era dolorosa, y se podía percibir la vulnerabilidad en cada una de sus palabras y Dylan se quedó frío al escucharla. Sus ojos se abrieron de par en par, y el agarre que tenía sobre ella se aflojó inmediatamente. Una mezcla de confusión y desorientación inun
—Yo estoy tan decepcionado que aún no puedo creer que esto sea verdad— les reprochó Dylan a sus padres. » Quiero enojarme y gritarles a ambos, pero me limito para no traspasar una línea de no retorno. » Madre a pesar de tus razones me duele que me hayas utilizado de este modo. Aunque no niego que me salvaste del peor error de mi vida eso no quita que mentiste. Te perdoné lo de la enfermedad porque antes de que me lo confesaras ya tenía el presentimiento de que me manipulabas, y una parte de mi estaba conforme. —¡Nadie te ha utilizado Dylan!, ¡deja de mencionarte como víctima que te ves patético! Le gritó Carl con rabia de macho misógino. » ¡¡Me decepciona más ver en lo que te conviertes por culpa de esta niña mimada!! » Mientras te hace vernos como los villanos, ella y su padre se pudren en billetes, no le hagas caso a sus caprichos. Siempre se ve que en familias adineradas como la nuestra. Los padres casan a sus hijos por intereses económicos, y eso fue lo que se hizo—, terminó
Dylan encontró consuelo en las palabras de Judith, y se abrazaron con fuerza, aferrándose el uno al otro como un refugio en medio de la tormenta. Cómo la luna y el sol; tan distintos e iguales a su vez, pero necesarios el uno para el otro; así son ellos, se miraron fijamente a los ojos y de repente todo se quedó en un segundo plano, empezaron a desearse y la excitación se instaló entre ellos.Dylan no pudo controlar sus impulsos, y apretando el cuerpo de Judith dejó que sintiera como lo ponía su cercanía; su erección se apretaba bajo la entrepierna de su ex esposa, y a través de la fina tela del vestido y su propia ropa el calor que expedían ambos sexos era notable. Judith le pasó la mano por la nuca siendo esa una caricia que lo sobreexcitó.La besó apasionadamente con desespero y ella le respondió vigorosa. Sus bocas desesperadas, y deseosas del encuentro dieron paso a sus lenguas que buscaron cada rincón escondido del placer.La habitación estaba envuelta en una penumbra suave, co
—Carl, no perteneces a nuestro círculo. Estás acabado. Un pajarito me ha dicho que tu empresa y constructoras pronto van a cerrar—, le había dicho el padre de Bryan a un Carl muy furioso.—¡Ni en tus sueños eso pasará! —respondió Carl con voz ronca mirando al hombre con ira burbujeante —. Mi familia cuenta con una base poderosa. ¿No te parece que tener a los Kanet de mi lado no es suficiente? Ellos tienen millones que tú ni en diez vidas podrás tener.El padre de Bryan soltó una carcajada. —Te jactas de lo ajeno. Para nadie es un secreto que tu hijo y esa mujer rompieron, porque él tenía una amante. Eso se vio en las revistas de farándula.La ira de Carl creció aún más. —¿Tu pajarito no te ha contado que ella espera a mi nieto? Eso nos hace más que familia política. Y aunque como pareja joven tuvieron problemas, siguen juntos. Mi hijo es un macho y la tiene comiendo de su mano.El padre de Bryan frunció el ceño. —Debería darte vergüenza que debes buscar quien te saque de abajo. Te
Darían miró a Bryan con incomodidad, ya que él no respondió cuando le preguntó si era un secuestro. —Bryan, no voy a hacer eso. No siempre puedes venir y decirme qué hacer. ¡Detén el auto ahora mismo! —. Ella golpeó la puerta, pero en lugar de escucharla, él subió el volumen de la música y siguió conduciendo a gran velocidad.∆∆∆En cambio, el ambiente en el restaurante había comenzado con un bullicio prometedor, y los comensales llenaban las mesas, disfrutando de un ambiente cálido y de la promesa de una comida deliciosa y Judith sintiendo la sensación de alegría que siempre le provoca ver su propio éxito, vigilaba atentamente la cocina, asegurándose al mismo tiempo de que cada plato estuviera a la altura de las expectativas. —¡Bien, empiecen a hacer entrega de las órdenes! —, anunció con una sonrisa brillante, de lo satisfecha que estaba con el sabor de la sopa que acababa de probar y observaba con deleite cómo los camareros regresaban a la cocina con los platos totalmente limpio
Darían alzó la cabeza e inhaló profundamente mientras caminaba junto a Bryan por la orilla del mar, ya que después de haber disfrutado de una deliciosa cena, se sentía relajada y satisfecha. —No puedo creer que me haya pasado todo un día sin mi preciado celular, eres cruel, me hiciste trabajar como si fuera un obrero —, se quejó, haciendo un puchero y mirando de reojo a Bryan, quien sonrió complacido.—Solo tomé represalias por todo lo que me has hecho pasar —simplificó Bryan, encogiéndose de hombros.Darían se rió suavemente y asintió, aunque el cuerpo le dolía un poco por las "travesuras" de Bryan, aún tenía ganas de hacer algo más.—Aunque me duela el cuerpo, me encantaría entrar al agua. Me hiciste trabajar con bikini mientras veía el mar. Nunca fui tan dura con mis castigos —, se volvió a quejar divertida.Bryan soltó una carcajada y luego le preguntó:—¿Quieres nadar ahora?Darían miró hacia el agua y lo pensó por un momento.—Es de noche y no se ve nada y me gusta mirar por dó
Tres largos días pasaron desde que Judith había sido ingresada en el área de intensivo, víctima de una dosis de veneno que, aunque no era grande, dañó severamente su estómago. Ella fue sometida a varios lavados estomacales y constantes exámenes para asegurarse de que el frágil feto en su vientre no se viera afectado.La habitación del hospital estaba fría e impersonal, con un olor constante a antiséptico y una iluminación tenue que parecía perpetua, Dylan estaba sentado junto a su cama, con la cabeza recostada en el borde de la misma, agarrándole la mano como si temiera a que se le escapara.Lentamente, Judith empezó a despertar y sus ojos se abrieron con dificultad, y su visión era borrosa al principio, pero poco a poco fue enfocándose en la figura de Dylan. Una mezcla de emociones la embargó: alivio, amor, miedo, y una inexplicable sensación de tranquilidad.Con delicadeza, le pasó los dedos por la cara, trazando sus facciones.—Pareces cansado, mira cómo duermes, — susurró, sin in