Jack Connor.
Pudimos salir a tiempo, con quemaduras de primer grado, sin nada de qué preocuparnos. Lo primero que hago cuando llego a mi oficina, es romper una pantalla con una de las tantas pelotas de golf que Eric tiene en su escritorio.
—¡Hey! Tranquilo. La vamos a encontrar. —Eric intenta calmarme. No dejo de dar vueltas por toda la oficina.
—¡¿Cómo es posible que simplemente haya desaparecido en nuestras narices y no tengamos ni una m*****a pista de dónde podría estar?! —estallo.
—Incautaron la morgue. Dicen que no hay nada que nos indique dónde están. Nadie lo ha visto desde ayer.
—¿Están allá todavía? —pregunto.
Melanie Cross. Me siento tan frágil y perdida. Abro mis ojos lentamente, tratando de entender dónde estoy y qué ha pasado. El catéter en la vena de mi mano izquierda, me confirma que estoy en el hospital.Estoy muy confundida.Solo recuerdo que me desmayé en aquel sótano de muerte y no supe nada más. Cuando mi visión se aclara, veo la figura de Jack sentado a mi lado con una de sus manos sobre la mía.Tiene moretones en los nudillos y no me quiero imaginar porqué. — ¿Cómo te sientes? —pregunta. Sé que está afectado por todo esto. Ya deduzco, más o menos, lo que pasó. —Algo mejor. ¿Qué ha pasado? —intento sentarme. <
Llegó el día de conocer mejor a la madre de Jack, (Karol). Estoy muy nerviosa. Me está esperando en el jardín mientras se toma un delicioso té. La saludo y me siento con ella. Me sirve de lo mismo y empezamos a tomarlo. —Entonces, ¿tú eres la chica que trae loco a mi niño? — tiene una hermosa sonrisa, llena de alegría. —Creo que sí. —me río del mismo modo. —Me da mucho gusto por ustedes. Le di algunos consejos, pero estoy segura de que no los siguió ninguno. Siempre hace lo que quiere. —Su hijo es el mejor hombre que he conocido. Hizo un buen trabajo con él. Sé que a veces suele ser difícil de convencer y de tratar de entablar una conversación tranquila con él, pero... es que algo malo debía tener. No podía ser tan perfecto. — nos
Damos un sorbo y me besa. Esta sensación sigue siendo como la primera vez.Jamás me cansaría de este hombre.Enredo mis manos en su lacio pelo y me dejo llevar. Me quita el vestido y yo su camisa.Contemplo sus tatuajes.Tiene algunos nuevos. —Me hice uno por ti. —se da la vuelta. Cuando veo su espalda, tiene mi nombre tatuado letra por letra desde arriba hacia abajo, justamente en la forma de la columna.Se ve muy hermosa y elegante.Me vuelvo loca y lo beso apasionadamente para agradecerle. Lo lanzo en la cama y me coloco sobre de él. Tengo miedo de que después de todo lo que he pasado, en el acto recuerde esas cosas y no pueda seguir, pero lo intento. Le quito el pantalón y entro su erección en mi boca.Lo hago retorcer de placer. Me quito las bragas y me siento sobre él.
Día siguiente. Pude convencer a Junior de visitar a nuestra madre a la cárcel y aquí estamos, frente a ella, sin decir absolutamente nada. —Perdónenme. Creía hacer lo correcto. La cagué, lo admito y tampoco voy a tratar de culpar al pasado porque sé que siempre estuve consciente de mis acciones. —rompe el silencio mientras sus lágrimas caen desesperadamente. Nosotros también estamos igual pero no las dejamos salir más de lo necesario. —Que aceptes tu culpa, es un buen paso. — le dice mi hermano. —Te perdono. Ya no quiero tener rencores con nadie, mucho menos si de mi propia madre se trata. Estoy en una etapa donde solo quiero paz. No quiero que nadie arruine eso. Ni siquiera tú. ¿Prometes cambiar tu actit
Después de tantos encuentros, es increíble cómo el mundo conecta a las personas correctas e incorrectas a lo largo de la vida. Nunca subestimes tu destino, porque te puede sorprender. De las ruinas cualquiera puede levantarse, pero seguir sin que cuando mire atrás sienta que la tierra se hunda a su paso, estancándose una y otra vez; no muchos. No es bueno presionar tu cerebro a que reaccione, sienta y bloquee sentimientos que estás consciente de que ni siquiera tú mismo puedes controlar. Deja que todo fluya. Que eso que te hace raro ante los demás, sea tu diferencia y nadie pueda igualarte. La sexualidad es un tema muy personal de cada quien pero ciertas veces los peores problemas, las mayores inseguridades vienen de ahí y por temor a ser juzgados ante la sociedad, por tratar de cumplir unos estereotipos de m****a, sufres en silencio
Jack Connor. "Hola, hermanito". ¿Me extrañaste? De parte de:Jacob Connor. En el momento que leo la tarjeta, mi corazón se congela por segundos. ¡Esto era lo que me faltaba! Durante años he huido de mi ciudad natal (Filadelfia) para escapar de la maldición de mi familia: muerte; tal y como lo dice la abuela, que hoy día, está loca por eso. La tengo en ese lugar atendida por profesionales para al menos mantenerla con vida, pero me he preparado mentalmente para recibir la noticia de que ha muerto en cualquier momento.
Segunda y última noche en el burdel. Es como si estuviera esperando o buscando a alguien entre la multitud. Me dan ganas de preguntar, pero no lo hago. Cuando veo que le está sonriendo a alguien, sigo su mirada hasta un chico con abrigo negro, alto, ojos claros y muy musculoso. No exageradamente. No me ve, pero yo sí a él. Cuando se va acercando, con intensos y lentos pasos, sus penetrantes y hermosos ojos conectan con los míos. No tiene ninguna expresión. Solo está analizándome como un objeto desconocido. Esto ha sido muy intenso y…extraño. Regresa su mirada a Judith, quien le da la bienvenida con una gran sonrisa. Se sienta en el lugar que Judith, al parecer, le estaba guardando. Está muy cerca de mí. — ¿Quieres tomar lo mismo de siempre? —Sí. Tuve un día muy pesado hoy. —contesta el chico misterioso. Judith me ordena traer una cerveza y lo hago. Le quito la tapa y se la doy. Al tocar la botella al mismo tiempo, su mano roza un poc
—Solicito más patrullas en el banco central. Repito: solicito patrullas en el banco central —escucho por la radio mientras estoy de camino a mi apartamento, ya en Washington. Reconozco la voz de inmediato. Sé que es la inspectora Adams. Así que cambio rápidamente de dirección y voy a la ubicación que ha dicho. Acelero lo más que puedo y por suerte, no hay mucho tránsito. Minutos después de llegar, dejo mi vehículo estacionado no muy lejos. La zona está rodeada de patrullas y lazos que dicen "no pasar". Hay un helicóptero sobre nosotros verificando que todo a nuestro alrededor esté en orden. Un grupo de personas y periodistas tratan de acercarse al lugar para saber qué está pasando pero los policías les bloquean el paso por seguridad. Así de chismosos son. Inspecciono toda la zona antes de dar cualquier paso. Ni siquiera sé qué hago aquí. No estoy en mis horas de servicio y nadie sabe que acabo de regresar d