Capítulo 29.

Despierto con un tremendo dolor de cabeza sin poder recordar muchos detalles de la noche anterior. Solo tengo celajes importantes. Como que James me trajo a su casa, imaginé que era Jack y me acosté con él. ¡Dios! ¿Qué he hecho? No volveré a beber jamás. Antes de salir, me doy una intensa ducha en el baño de la habitación y llamo a Lisa para que venga a buscarme. Aparentemente James no está en casa, así que mejor saldré de aquí antes de verle la cara otra vez.

Minutos después, Lisa llega y nos vamos a casa.

— ¿Dónde demonios te metiste anoche? —le reclamo. La cabeza me va a estallar.

—Eric hizo que olvidara que tenía tus llaves, lo siento mucho. No volverá a pasar, pero por lo visto tuviste buena compañía, ¿eh? ¡Hueles a sexo! —se ve muy relajada.

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