Hola!!!! Siento la prolongada ausencia. Debido a la maternidad he estado muy ocupada. Pero ya estoy de vuelta con nuevos capitulos. Dedico este capitulo a mi seguidora Magaly Romero. Gracias por creer siempre en mi y tener pasiencia. Aviso tambien que todos mis libros tendran una playlist para que puedan leer con musica. Por ahora solo esta disponible en Spotify el de este libro. Solo deben ingresar el nombre del libro y saldra. Pronto traere las listas de mis otros libros. Tratare tambien de ponerlo en Youtube para que sea free para todos. Sin mas me despido pero esta vez no sera por mucho tiempo. Los quiero mucho y bendiciones.
— ¿Por qué me haces esto Roxi? No sé qué más decir. No me esperaba esto. No me esperaba que mis amigas me dieran la espalda. Menos ahora. Ahora que estamos tan cerca. Ahora que tengo información de vital importancia para seguir adelante con la investigación. Ahora que estamos a dos simples pasos de desenmascarar a ese monto de criminales y que paguen por sus crímenes. — Respóndeme Roxanne ¿Esto es de verdad lo que quieres?— No responden. — ¿Qué hay de ti Elisa? ¿Estás de acuerdo? Ella tampoco responde. Intervalo mi mirada entre las dos. Así que es verdad. Esto es lo que ellas quieren. — ¡Respóndanme! ¡No se queden calladas! — ¡Si Dinora! Es lo mejor para las tres. Finalmente Elisa habla. Yo estoy llorando desconsoladamente. Mis lágrimas empapan mi rostro y debo limpiar mi nariz con mi ropa. Esto no puede ser real. Ellas eran mi soporte en toda esta porquería. Las únicas con las que podía ser yo misma. Me alejo un poco de ellas. Busco un cigarrillo. Lo necesito. Prendo el cigarr
Ya han pasado dos meses desde ese día en mi habitaciones donde mis amigas me dieron la espalda y decidí seguir con esto.Esa noche me quede con Zain. Lo lleve a mi habitación y nos quedamos dormidos él en la cama de Misa y yo en la mía. Le ayude a cambiarse de ropa y tomar una ducha. Descubrí una cosa muy interesante.Zain tiene unas pequeñas alas tatuadas en la parte derecha de su espalda. Son de color negro. Son hermosas. Me pregunto si todos los miembros las portan. ¿Será su símbolo? ¿Su insignia?Tal vez a eso se refería Ray la última vez que hablamos. Debía alejarme de la hermandad.De Zain.Pero...ya es demasiado tarde para eso.Hubo otra cosa que me llamo la atención. Zain estaba muy golpeado. Tenía moretones en todo su cuerpo. Sé que peleó con Andreu. Pero la pelea que tuvieron no había sido tal como para que tuviera esas lesiones. De todas formas. No pregunté. Solo me limité a estar en silencio y curar sus heridas del rostro. Al otro día me desperté temprano y le busque algo
Tensión.Es la palabra que me viene ahora mismo a la mente para describir el ambiente entre nosotros. ¿Tensión sexual?Bueno... eso es lo que describe la relación que existe entre él y yo desde que nos conocimos.Quiero decir...¡Por favor! Nuestro primer encuentro fue en un baño estando él completamente desnudo.No puedo evitar morderme instintivamente mi labio inferior recordando su cuerpo completamente desnudo todo mojado por el agua y...—¿Annie?Vuelvo a la tierra. Alzo mi vista y me encuentro con sus ojos y una ceja alzada en señal de confusión. Me aclaro la garganta y sonrío un poco para disimular la repentina excitación creciendo en mi entrepierna.—¿Empezamos?Sonríe con superioridad.— Pensé que nunca lo dirías.Dejo a un lado mis pensamientos pecaminosos y me concentro en el tablero. Comienzo yo haciendo un movimiento de peón.Estoy tan concentrada que no me he dado cuenta que hemos estado jugando por casi una hora. Ya la clase ha terminado. Miro un instante a mi alrededor
Cuando me vine a dar cuanta ya estaba en su habitación. Me quedé dormida en el trayecto de camino hacia la hermandad. Zain me despertó con un beso en mi cabello. Luego subimos en silencio hasta su habitación. Cuando pasamos por el área donde se hacen las fiestas disimuladamente miro hacia la puerta. Está vigilada 24/7. No hay armas visibles, pero por la silueta debajo de sus jerseys descifro que si están armados. La puerta se abre con una llave.Debo encontrarla. Debo encontrar la llave. Nada más llegamos a su habitación me siento en la cama de Zain. Me besa rápidamente sosteniendo mi rostro con delicadeza.— Necesito hacer una cosa importante. Estaré contigo en un momento.Sonrío tímidamente. A veces... a veces olvido quien es en verdad, y siento que soy una rastrera por jugar con él. Pero esto es por un bien mayor. Todo sacrificio es poco. Tomo su rostro con mis manos y lo beso en los labios rápidamente.— De acuerdo, estaré aquí.Sonríe y luego se levanta de la cama. Se quita el
Misa sonríe en su máximo esplendor. Su sonrisa es una mezcla entre psicópata tóxica y burguesa sexi lista para una fiesta. Andreu es ...como un muñeco de trapo sin vida. Cómo una marioneta. La marioneta de Misa y Zain. No se cual es el secreto que él oculta.Pero sea cual sea lo tienen agarrado por las pelotas a tal punto que por mucho que quiera salirse de este mundo le es imposible. Misa y Zain no se lo permiten.Creo que por eso nos atraemos. Porque ambos queremos escapar...pero no podemos.—¿Me extrañaron?— Dice Misa con su voz chillona y molesta. Zain se levanta y camina hacia ella. La abraza con todas sus fuerzas. Ella le devuelve el abrazo con los ojos cerrados.Al menos se que tienen sentimientos.Zain toma sus manos y mira sus ojos.— Sabes que si Misa. Este lugar no es igual sin ti.—Yo me sentía más tranquila.Todos voltean a mirarme. Misa no deja de sonreír. Yo bebo de mi copa sin mirarla. Tengo la mirada fija en la pared con falta de pintura frente a mi. Escucho sus t
—¿No piensas decir nada? Has estado callada desde que saliste de ahí.Miro por la ventana con mi cabeza pegada al cristal. Afuera todo esta muy oscuro, solo se puede divisar uno que otro árbol. Ya estamos por llegar a la pequeña ciudad.No he hablado nada con Roxanne. No se que decirle. Es que tengo miedo de abrir la boca y decir algo que la pueda molestar y alejar de mi.Como a todas las personas que tengo a mi alrededor. Suspiro y volteo a mirarla.—Lo siento.—Es lo único que se me ocurre.—¿Por qué?—Responde sin apartar sus ojos de la carretera oscura.—No lo sé... Solo sentía que debía decirlo, es todo.—El silencio se hizo una vez más. Al parecer...no tenía nada más que decir.—Elisa está con uno de los Icaro. —Lo se. Con Maik. Recuerdo aquella vez en el hospital. Él me preguntó por ella. Al parecer, sus intenciones con ella eran desde hace un tiempo. —Pero no creas todo lo que ves.—Voltea un poco a verme mientras aparca en el motel.—Ella está con él para sacarle información.—N
—¿Ray? —¿Qué? —Cuando piensas en mí ¿Qué palabra pasa por tu mente? Ríe divertido y me acerca a su cuerpo. —¿De donde sacas esas preguntas? Sonrío mientras él acaricia mi rostro. —Es sólo un juego . Si quieres empiezo yo. Cuando pienso en tí. La palabra que viene a mi mente es Amor. Ray me mira detenidamente sonriendo de medio lado. Acerca sus labios a los míos y me besa lentamente. Luego separa un poco sus labios sin dejar acariciar mi rostro. —Miedo.—Lo miro sin entender.—Miedo a perderte. Sonrío una vez más, él igual. Luego lo acerco a mis labios y lo beso. —Annie. Despierta. Ya estamos aquí. Abro mis ojos y encuentro el rostro de Elisa. Me incorporo en el asiento trasero del auto y miro hacia el frente. Roxi acaba de aparcar frente a La Guarida. Está más abarrotada de gente que otras noches. Hay gente por doquier. Parejas besándose en cada esquina, otras entraban al bosque a tener más intimidad. Muchas personas tenían disfraces y otras no. Roxane, Elisa y yo vestimos c
Nuestros labios se devoraban mientras me adentraba a su departamento. Toma mis mejillas con ambas manos y las aprisiona, las mías están en su cabello negro. No se ni en que lado de la habitación estamos. Tengo mis ojos cerrados solo entregándome al momento. Chocamos con algo. Caigo hacia atrás y él encima de mí. Es un sofá. Se relame sus labios viendo mis senos por encima de mi blusa. Vuelve a posar sus ojos encima de los míos. Nos miramos fijamente en silencio. Los dos con la respiración entrecortada. Se acerca un poco más a mi rostro. Su respiración sobre mis labios hace que pierda el aliento. —¿Qué pasó Annie? Son sus primeras palabras que escucho desde que llegue a su puerta. Pero esta vez su pregunta no suena acusativa o interrogativa. Solo siento que está preocupado. No soy estúpida. Sé que por mi maquillaje corrido y mi locura de caminar descalza sabe que algo ha pasado. Humedezco mis labios y miro sus ojos. — Tenías razón Andreu. Tus amigos no son unos asesinos.—Me incor