Me siento eufórico, el fuego que recorre mis venas es deliciosamente abrasador, ella me produce esa sensación de volver a la vida, remueve cada fibra, cada parte de mi ser. Su pequeño cuerpo entre mis brazos y el sabor de sus labios me transporta a lugares desconocidos donde ya no hay oscuridad, ni dolor, mi entrepierna se encuentra tan dura que duele a causa del encierro. Voy al ático y encuentro que Tony cambió las sabanas de la cama y eso solo me hace pensar en que se encuentra en los días de su período ¡mierda!
—¡Es un imbécil! – le dije a Caroll con lágrimas en los ojos y una sensación extraña y desconocida en mi cuerpo, cuando le conté lo que había sucedido la noche anterior en la cafetería. Se llama Mazmorra, Calabozo o Celda, a un lugar seguro y fuerte que enlas cárceles y establecimientos penales sirve para encierro, mayor sujeción ycastigo para los presos. Es una prisión subterránea normalmente construida bajoun castillo o fortaleza. Al ingresar a lacámara de torturas mi humor mejoró un poco, Cali se encontraba esperándome como ordené: solo con un hermoso hilo deencajes, palmas pegadas a las rodillas y sentada sobre sus talones con lamirada en el piso ¡oh siii! Mi buen humor va en aumento, ingreso y paso la mano por su cabeza colorada¡si, bueno! Tengo debilidad por las pelirrojas y si son así de obedientes pues…—¡Cali, ven aquí! –y lo hace, viene hacia mi a Capítulo X
Capítulo XI
VampirismoEs una filia sexual y elcomponente sangrientode esta práctica, la sitúa como algo prohibido y, por lo tanto,muy atractivo.La leyenda fundamentada en los vampiros comosímbolos sexuales y atractivostambién juega su papel en la popularización del vam
Corrí hacia lapuerta de la habitación y allí se encontraba como una fiera luchando con Darrylpara poder pasar a defender a su amiga, esa es la razón por la que deseodominarla: su ímpetu y esa fuerza de espíritu que tiene, se parece a mi enalgún momento de mi vida pero, en este momento ese otro yo se encuentraenterrado en el olvido.Me dirijo a ellacon el mayor de los respetos. Ingresé a lahabitación ciento treinta y al percatarse Tristán de mi llegada solo, pudedarme cuenta de su cara de susto. Sonrío, cree que le hice algo, buenotécnicamente si se lo hice pero no la lastimé ¿verdad?—¿Qué? – entrecerrólos ojos y yo rodé los míos —¡Por favor Tristán, no la maté! Tampoco la lastimé– le dije con toda la intención de queno me creyera. Me retiro aunque micuerpo se resienta y en ese preciso momento se abren las puertas del ascensor.Su cuerpo tiembla incontrolablemente, se le da bien fingir porque en serio nole creo nada.—¡Ahora mujer deldemonio, se irá conmigo! - la tomo de la muñeca y me atraviesa un corrientazoque hace arquear mi espalda, espero que no lo haya notado aunque fue bastanteevidente. Despertésobresaltado y con Cali profundamente dormida sobre mi, soñando con la Mulatade mis tormentos. El teléfono llevaba algo de tiempo sonando ya que habían diezllamadas perdidas de Kalím.—¿Hola? – respondíadormilado.—¿Jefe? Todo listoy ya le envié la dirección de su casa – me exCapítulo XIV
Capítulo XV
Capítulo XVI