Cherie había reflexionado durante todo el día y, al final, decidió buscar a Boyle para hablar sobre el embarazo.

Ella estaba embarazada, y Boyle tenía responsabilidad sobre eso.

No serviría de nada si seguía actuando de forma cobarde.

Boyle era el padre del bebé. Él tenía derecho a saberlo.

Después de llegar al Condominio Greentown, Cherie tocó el timbre, pero nadie respondió. Cherie supuso que Boyle aún no había vuelto a casa.

Se sentó junto a la escalera de la salida de emergencia y esperó en silencio a Boyle.

Mientras ella lo esperaba, pensó en los diversos escenarios sobre cómo reaccionaría Boyle. Boyle probablemente le daría un montón de dinero para el aborto o tal vez, ¿él podría asumir la responsabilidad del bebé?

Sin embargo, no importaba las suposiciones que ella tuviera en mente, no parecía querer prepararse para aceptarlas.

Ella frotó su mano contra su vientre plano. Ella miró al suelo y murmuró, "Bebé, por favor no te enfades conmigo si decido no tenerte. Por favor,