Boyle estaba comenzando a desperdiciar su vida.

Pilas de botellas de licor vacías estaban esparcidas por el piso en el Condominio Greentown.

Él no contestaba las llamadas de Layla y no respondía a la puerta cuando la gente llamaba.

Boyle estaba sentado en el suelo mientras se apoyaba en el sofá como un completo borracho.

Huesudo se abalanzó sobre él. Estaba arañando y sacudiendo su brazo con ambas patas delanteras.

Despertó brevemente a Boyle mientras levantaba la cabeza para mirar a Huesudo antes de esbozar una sonrisa amorosa mientras le acariciaba la cabeza diciendo, "Deja de jugar, Huesudo".

"Miau".

Huesudo arrastró desesperadamente su teléfono hacia él. El teléfono había estado sonando constantemente. Boyle echó un rápido vistazo al teléfono y se dio cuenta de que Layla era la que lo llamaba.

Él respondió la llamada.

Layla dijo, "¡Abre la maldita puerta, Boyle! Estoy fuera de tu casa".

Debido a la cantidad de licor que había tomado, se acercó a la puerta en un delirio de