Brad y Millie intercambiaron una mirada cargada de complicidad y la señora Cooper aprovechó ese momento para irse sin hacer ruido. Ya no tenía nada que hacer allí. Ahora eran ellos los que debían conversar y tomar una decisión. Pero aunque los dos tenían mucho que decirse, no encontraban las palabras adecuadas para expresar todo lo que sentían. Se habían hecho tanto daño... —¿En qué estás pensando? —le preguntó él con suavidad. —En cómo habrían sido nuestras vidas si tu madre y mi padre hubieran decidido echar abajo los convencionalismos y hubieran continuado con su relación. Seguramente tú te habrías mudado a la mansión, habríamos ido a la misma universidad, habríamos mantenido el contacto y a día de hoy seguiríamos odiándonos, pero otras causas. Bradox le levantó la barbilla con un dedo y la miró con dulzura. —El final de nuestra historia aún no se ha escrito, aún podemos ser felices —le dejó caer. —Es demasiado tarde para eso. Han pasado muchas cosas desagradables entre noso
Millie: El sábado por la mañana nos despertamos como dos adolescentes sonrientes entre besos y abrazos, no había mejor despertar que ese y es que con Brad estaba tan cómoda, tan a gusto, daba igual el lugar en el que estuviéramos, pero era junto a él, donde me sentía bien. Esas muestras de cariño, acompañadas de miradas, nos llevaron a entregarnos de nuevo el uno al otro bajo las sábanas, esas que habían sido testigo de nuestra pasión la noche anterior. Tras una ducha, nos vestimos para después de desayunar, tomar su jet de regreso a Escocia. Yo estaba apenada. Había regresado de allí hacia muy poco y él ya estaba llevándome de vuelta. Después de aterrizar, dejamos las pertenencias en su casa para poder irnos a pasear por la ciudad. Edimburgo era muy bonito y había que disfrutarlo, aunque estuviera con ese dolor que le hacía entristecer su rostro por lo sucedido con su amigo, estaba segura de que poquito a poco iría consolándose. No me dejó ayudarle a preparar el desayuno, y me
Nos despedimos en la puerta con un abrazo y un beso lento, quedando en vernos al día siguiente en las oficinas y es que me lo dijo en un tono que me entró un cosquilleo increíble, ya me veía como la novia del jefe. Me fui a dormir con la sensación más bonita del mundo y es que había algo muy fuerte en mí, que me hacía sentir que él era todo lo que siempre había buscado. Me desperté feliz antes de que sonara la alarma del móvil, tenía un gran motivo para estarlo. ¡Iba a ver a Bradox en el trabajo! ¿Había algo mejor? Llegué a las oficinas y me crucé con Diana, la saludé como si no supiera nada y me metí en mi despacho. Ni cinco minutos después, ella entró alli. —¿Qué quieres? —¿Sabes que Katya está esperando un hijo de Bradox? Pero él no quiere nada con ella, lo van a llevar en secreto. De esta no se libraba, puse cara de incredulidad y pena mientras me levantaba y, cuando llegué cerca de ella , la cogí del cabello y comencé a arrastrarla hasta la oficina de bradt, vamos, que se
Comenzamos un precioso camino en el que los dos estábamos de lo más emocionados, hicimos una parada para tomar un café en la cocina de la caravana que estaba provista de todo, se había encargado de pedir todo lo que quería de comida, bebida y hasta una cafetera de capsulas.Continuamos la ruta hasta la que consideró la parada perfecta para comer y no muy lejos, a cuatro horas y media de Londres, en Liverpool.Dejamos la autocaravana a las afueras y cogimos un taxi para el centro de la ciudad donde comimos unas hamburguesas con patatas y luego entramos a una tienda de ropa para comprarnos un par de pantalones y camisetas.Me encantaba la manera de improvisar que tenía con todo.Continuamos la ruta hasta Glasgow, allí llegamos como a las nueve de la noche pues habíamos parado a tomar algún que otro café y fumarnos un cigarrillo, la ocasión lo merecía.Nos quedamos a las afuera de la ciudad, no se nos había perdido allí nada y queríamos respirar aire puro, así que nos dimos una ducha, no
—Hoy estás terrible, ya se que no debo permitir que te excedas con la bebida. —No estoy peor que tú, antes de mí— balbucié. —¿Así que yo antes de ti era un Bradox y ahora soy otro?—Por supuesto, ahora no se te nota lo de cruel dominante.—No era tanto como dices, quizás ni una cuarta parte, no he salido mucho y en rara ocasión quedo con nadie, alguna vez, de vez en cuando, pero muy poco. Todo es cuestión de "cria fama y acuéstate a dormir".—Sí claro, y yo me chupo el dedo.—Cuéntame qué es lo más impactante que te pasó con algún hombre.—¿Más impactante que el que me ofrezcan ir a una cena, me paguen por ello y me vea envuelta por un viaje al corazón de Marruecos y terminar a los pies de una duna en el desierto, o ser usada de mesa viviente mientras mi novio se follar a una zorra, o salir en un auto caravana a pasear por Edimburgo, para luego verme con ese mismo hombre en un paseo por las Highlands buscando al monstruo del Lago Ness? —nos echamos a reír.—Lo más impactante ante
Me levanté con resaca y fui hacia la cocina, ahí estaba él y sonriendo me dio una pastilla y un zumo de naranja.—Me quiero morir…—No, siéntate en el sofá que te pongo el desayuno, perobaquí no muere nadie —me miró a modo de burla, con una media sonrisa.—Bueno, tú ya me entiendes…—Lo hago, pero ya te lo dije —señaló al sofá—, a sentarte y a desayunar.—¿Cuál es el plan de hoy? —Cogí un pan que había en la mesa.—Nos vamos a la Isla de Skye.—Wow, eso no me lo esperaba.—Pues allá vamos, con esos paisajes estaremos de lo más felices aparcados en cualquiera de sus carreteras. Me encantaba pensar en visitar la Isla de Skye, había estado una vez de viaje por la universidad, y se me quedó grabada en el corazón. Volver allí, y además, hacerlo de la mano de Bradox, me causaba una especial ilusión.Además, esa isla era la más conocida de las Highlands, sobre todo por sus ciudades y los increíbles paisajes que ofrecía, aquello era una maravilla sobre la faz de la tierra, además estaba li
—Brad, por Dios, espero que sea una broma —mi tono sonó a regaño.—No pasará nada que no quieras que pase, pero sí que ocurriera algo, me gustaría que te dejaras llevar, eso sí, eres libre de hacer lo que quieras.—Escucha, no lo haré, te lo advierto. —Pasará lo que tú quieras que pase.Yo me iba a cagar en mi vida, reconozco que no es que me horrorizara la idea, si fuera con otra chica me negaría por completo, aunque fuera egoísta y es verdad que Logan no tenía desperdicio, pero me imponía mucho hacer algo con otro hombre frente a Brad y que no fuera solo con él, yo lo amaba y no me veía en aquellas locuras. Menos mal que aún estaba un poco mareada por el vino, así que cogí aire y de su mano fuimos hasta las bodegas que estaba al otro lado del castillo, cuando llegamos me quedéa lucinando. Aquello era una preciosidad todo en madera,con juego de dardos, mesa de billar, barra de bar, cientos de botellas en la pared de piedra y sujetas cada una con una especie de semicírculo de mad
—No te muevas, es solo un anestésico para disminuir tu incomodidad,ya verás —la cánula ya estaba dentro de mi trasero y noté el primer disparo, comencé a moverme como loca por la sensación y Logan aguantó mis piernas mientras Brad, me sujetaba por los hombros.Era una sensación extraña, el calor era intenso y notaba que me excitaba, una locura fue cuando dio el segundo disparo.—Millie, ahora tengo que darte frío, ¿te pones boca abajo con los pies en el suelo, que te resultará más cómodo?Asentí con la cabeza y me incorporé con la ayuda de ambos y luego me puse entre sus piernas, de espaldas, echándome hacia adelante, tenía algo claro, me iba a dejar llevar y disfrutar del momento.—Bien —dijo Brad, apretando mi nalga, nalgeandome con fuerza y separando mis piernas un poco más con las suyas—. Saca las caderas un poco más hacia fuera.Escuché cómo se ponía unos guantes de látex y movía sus dedos dentro del vaso de hielo, me daba un poco de miedo a lo que sabía que iba a hacer, pero c