Capítulo Tres

Ser el hermano mayor tiene sus ventajas, aunque no del todo.

Mi nombre es Ashton Freeman, tengo veintiséis años, soy contador privado, trabajo para una anciana millonaria dueña de un club nocturno, aunque mi padre y mi hermana sólo saben que soy contador y ya. 

Como hermano mayor es difícil llevar una vida normal, aunque Galilea sea una chica ejemplar que no me da quejas es difícil, puesto que debo poner un buen ejemplo. 

A veces me es dificil por que  como todo ser humano cometo errores. Trato de ser un gran apoyo para ella y papá, pero sobre todo para ella por que soy lo único constante en su vida, pues con papá todo es complicado. 

-¿Ashton te gustaría tomarte una copa conmigo? -cuestiona Natasha, una chica que trabaja aquí. 

-No, gracias. -trato de responderle amablemente. 

-No seas tan quisquilloso, anímate. 

-Gracias pero no, además mi jefa no me ha dado descanso, debo trabajar. 

-Algún día tendrás que aceptar, Ashton. 

Natasha menea su cuerpo de manera exagerada, es bonita y tiene un gran cuerpo, pero nada más, no es una persona que me guste, en realidad ni me simpatiza. 

Me concentro en revisar una vez más los números, esta señora tiene mucho dinero, me alegro de ser yo quien lleve sus cuentas, y no es por nada pero de ser alguien más seguramente ya la hubiese dejado en la calle, cuando era pequeño mi madre me dijo un día que no hiciera cosas malas, porque sería el ejemplo a seguir de Galilea, es por eso que robar no me llama la atención, y no sólo por eso, simple y sencillamente no robaré algo que le pertenece a alguien que lo ha construido con esfuerzo. 

-Ashton. -me llama la señora.

-¿Sí señora? 

-Deja ese trabajo ya, ven a disfrutar un rato.

-No señora, no me apetece, muchas gracias. 

-Anda vamos, ha llegado una nueva chica y por ser tú mi trabajador más valioso tendrás el derecho y el halago de verla.

-Señora no es necesa...

-Es una orden Ashton. -señala pero sonríe haciéndome ceder. 

Asiento levemente, en realidad esto de ver chicas bailando para otros hombres no me gusta mucho, tampoco crítico su trabajo, ni las juzgo, de hecho, admiro su valentía por hacer lo que hacen. 

Camino detrás de la señora Lucrecia, me guía hasta uno de los cuartos, entro y me siento en el pequeño, pero cómodo sofá rojo.

-Detrás de ese pequeño cuarto de vidrio saldrá Afrodita, será su primer baile, es algo tímida, pero es lógico, es la primera vez que lo hace, así que, espero la disfrutes. 

Asiento hacía la señora y le agradezco, me siento con la libertad de tomar una cerveza mientras espero, minutos después las luces del pequeño cuarto se apagan, unas pequeñas y cálidas luces se encienden del otro lado, no es una luz muy clara, pero logro ver a la perfección a la chica detrás del cristal, su pelo negro cae en rizos, lleva un antifaz color morado, un pequeño coordinado en color negro el cual contrasta con su piel pálida, puedo ver tres o cuatro manchas negras en su costado, seguramente un tatuaje, veo con respira hondo antes de que la música comience a sonar, al principio duda en bailar, pero creo que se anima al ver que desde ahí adentro ella no puede verme, pero yo a ella sí, pone su mano en el frío tubo metálico, comienza a bailar lento e inseguro, para ser su primer baile sabe, de hecho, hacerlo mejor que otras chicas.

Ella mueve su cuerpo sin exagerar, lo hace de una manera tan sensual que no sé en qué momento he quedado totalmente a sus pies, la manera en la que ella hace de su cuerpo una maravilla me ha dejado cautivado, la música en realidad ayuda mucho, es una melodía que ha despertado mi lado erótico, creo que ahora ella también se siente mejor con esto, se ve más relajada aunque sigue tensa, ella acaricia su cuerpo con sus manos de manera sensual, la loca idea de mis manos en lugar de las suyas surge de mi mente, la cortina que me impide ver hacia donde esta ella comienza a bajar, eso me dice que acabó el tiempo, pero yo quiero más, más de esa chica, me levanto rápidamente e inserto un billete, la cortina vuelve a subir y la vista es impresionante, ella está de espaldas a punto de irse. 

-No te vayas, continúa por favor. 

No sé si me escucha, pero debía intentarlo, ella se gira hacia mí y asiente al vidrio, esta vez no me siento, la observo desde más cerca, sus ojos son de un color azul verdoso, muy oscuros, tal vez sea el ambiente, ella continúa con el baile, yo estoy endiosado con ese magnífico cuerpo, pero sobre todo, con su inocente sensualidad, ella baja de manera sugerente recargada en el tubo metalizado y muerde su labio inferior, un gesto que me desarma por completo. 

La cortina comienza a bajar pero antes de que baje la observo por última vez. 

-Gracias. -digo sin saber si me escuchará.

Las luces vuelven a su estado normal, realmente estoy sudando. 

-Ella debe ser buena. -señala la señora haciendo que me sobresale. 

-¿Por qué lo dice señora? ¿La vio? 

-No, sólo hay que mirarte a ti para saberlo, es su primer baile y te ha dejado muy contento. 

La señora señala con su mirada mi entrepierna, muero de pena al notarlo. 

-Lo siento señora, yo...

-Alto, no te disculpes, ella debe ser buena en el baile, a ti ni Natasha te provoca ganas de una copa y eso es mucho decir ya que es la mejor de todas. 

-Era señora, si me lo permite, Afrodita es aún mejor. 

-De eso no me quedó duda. 

-¿Puedo hacerle una pregunta? 

-Claro, adelante.

-¿Afrodita hará todo lo que hacen las chicas aquí? 

-¿Te refieres a que si tendrá que intimar con los clientes aparte de bailar? 

Asiento. 

-No Ashton, ella sólo bailará. 

Asiento felíz, suena egoísta y extraño, pero no me gustaría que esa chica hiciera incluso lo que Natasha, una cosa es bailar para desconocidos y otra muy distinta es intimar con ellos.

Regreso a mi trabajo, no dejo de pensar en esa chica, es tan hermosa, tan sensual, sólo de recordar siento que algo despertará de nuevo en mí, tomo mi móvil y llamo a mi peque, seguramente ya esta dormida. 

-Hola. -contesta adormilada.

-Peque soy yo, ¿papá ya llegó? 

-Sí,  justo después de que te fueras. 

-responde algo extraña.

-¿Qué sucede bebé? 

-Papá llegó ebrio Ash, de nuevo. 

-No te preocupes peque, cuando llegue hablaré con él.

-¿A qué hora vuelves? 

-En dos horas o menos. 

-Esta bien, buenas noches Ash. 

-Buenas noches peque. 

Presiono mis sienes con los dedos, papá se está convirtiendo en un dolor de trasero, hasta hace un par de semanas seguía en la base de policía, cumpliendo con su trabajo, pero todo se fue al caño cuando la fecha de cumpleaños de mamá llegó, tomó demasiado, a tal grado de haber matado a una persona inocente con la misma arma con la que debía defenderlos, por supuesto que maquillaron en asunto, dijeron que fue en defensa propia sólo para evitar que papá fuera a prisión.

Debería estar feliz de eso, pero no, hubiese preferido que pagara por sus malditos errores, ese día dieron de baja a papá del cargo, no podrá usar un arma jamás, por lo tanto, no volverá a ser policía, entonces todos los días llega ebrio, Galilea teme que le pegue de nuevo, ya lo hizo el primer día que llegó en ese estado, desde entonces ella se encierra en su habitación hasta que él se duerme. 

Amo a papá, es lógico, pero amo más a mi hermana, y si debo escoger a quién salvar elegiré a mi peque, porque ella es mi vida, es mi bebé, y no permitiré que nadie la lastime, ni siquiera mi padre. 

Besos con amor Alex♡

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo