Luego de dejar atrás la Catedral, Ángel y Luna seguían recorriendo las calles de Milán. Poco a poco iban dejando de lado todo el tema relacionado con Fernando para concentrarse un poco más en los escasos momentos de tranquilidad que tenían. El fotógrafo no se pudo resistir a su modelo favorita, se la pasaba haciendo fotos con la cámara del móvil con Luna en el centro de todo y para él ninguna belleza era comparable.
De igual manera las cosas buenas suelen durar poco. Luego de caminar por un raro casi que como turistas descubriendo las bellezas de Milán, un auto negro se detuvo justo junto a ellos.
-¡Señor D´Angelo!- dijo el chófer al bajarse del auto. Era un muchacho joven, parecía nervioso.
-¿Quién eres? - respondió Ángel.
-Me envía el señor Maurizio, Óscar decidió permanecer en prisión pero pidió que usted fuera a verlo.
-¡¿Qué?!- gritó
Cuando llegaron a la prisión que se encontraba a unos cuarenta y cinco minutos fuera de la ciudad de Milán, Ángel pidió a Luna que se quedara en el auto y entró solo a ver a Óscar. El lugar era deprimente, tanto como se puede esperar de un lugar así, mientras caminaba Ángel imaginaba cuantas veces estuvo a punto de terminar en un lugar así, dentro de una celda de dos por dos metros, con barrotes y esperando a que la vida se le escurriera entre las manos. Tomó un tiempo, pero luego de un par de conversaciones con los guardias que involucraron soltar un par de euros de más, le permitieron ver a Óscar en privado. Los llevaron a uno de los cuartos que la prisión dedicaba a visitas conyugales. -Sabía que eras imbécil pero ya esto es pasarse de la raya- dijo Ángel una vez que estuvo a solas con Óscar. -Hola a ti también cariño, ¿piensas darme un beso o te lo tengo que robar?- respondió Oscar riendo y le tiró un beso desde donde estaba a Ángel. -No est
-No puede ser, me niego a creer que pueda haber hecho algo así- Ángel se levantó de la cama y volvió a caminar inquieto, golpeó el suelo y gritó para liberar la rabia que tenía por dentro- era su único amigo por dios, al menos eso para él era sagrado. -Precisamenteporesoque no quería decirte nada hasta que no estuvieratotalmente seguro- dijo Óscar y era evidente que lo que más deseabaera poder retirar lo que había dicho. Ángel pegó un puñetazo contra una pared que iba de seguro a dejar estragos en su puño, pero para él fue la manera de liberarse de la carga por un momento. Luego se tiró al suelo y metió la cabeza entresus piernas. -Quizás no es verdad, pero al menos hay que comprobar la posibilidad y aclarar las cosas. -Estoy cansado Óscar- dijo- cansado de todo esto, y ahora me dices que pudiera ser que mi padre mató también al único hombre que se tomó el tiempo de estar ahí para mí- dijo Ángel todavía
Óscar quedó tirado en el patio de la prisióntirado inconsciente. Los guardias lo llevaron de regreso a su celda. Enmedio de aquel sueño forzado a golpes dónde no solo dolían las repetidas patadas que le dieron una vez en el suelo, también estaba el dolor de las heridas que sufrió en la paliza dePalermo que todavía no habían sanado bien. Alucinó de manera continua en medio del dolor con una mezcla de recuerdos que parecían olvidados y fantasías que su mente vio conveniente mostrarle en el momento. Vio a las personas por las que estaba allí en aquel lugar, sus padres. Fue capaz de sentir como le tomaban la mano y caminabanpor las calles de la Habana. Habían prometidomil veces hacerlo juntos perola vida noquiso que se hiciera realidad y su capricho fue otro. Escuchó a su madre tocar el piano e incluso dormido un par de lágrimas salieron de sus ojos. Los abrazó como cuando los tenía a los dos y recibióun beso en la frente de
El corazón de Óscar había comenzado a latir mucho más rápido de lo normal. Él no era capaz de entenderla situación. Durante años para él la muerte de su padre había tenido un significado completamente diferente a lo que en realidad pasó,ahora tenía mil preguntasydelante suyo estaba nadamás y nada menos que la persona que había jalado el gatillo. Aunque la rabia y los deseos casi incontrolables de asesinar a aquel hombre allí mismo había algo que importaba más, el porqué. -¿Tú lo mataste?- dijo tratando de contenerse y era apreciable en su voz que había cambiado completamente su tono. -Sí, fue un encargo personal del Capo de los Sportiello en ese momento. -Pensé que esa noche el objetivo era Bruno D'Angelo y que el chófer fue solo daño colateral. ¿Por qué sería un simple chófer el objetivo de un Numerale? -No eres nuevo en esto, no hacemos pregu
Con tan solo entrar en el auto Ángel notó los nervios a flor de piel de Óscar. -¿Qué sucedió allí dentro?Parece que viste un fantasma- le preguntó. -Sumado a todo de lo que me enteré allí, hay una cosa más, La Casa Nera, volvieron. -¿¡Qué?!- dijo Ángel y frenó en seco el auto- no puede ser. Óscar casi termina con la cabeza incrustada en el panel del auto por el frenazo brusco pero volvió rápido a su sitio. -Pues lo es, me dieron un buen recibimiento y mataron al hombre que habló conmigo. -¿Y ahora qué?- dijo Ángel. -¿En serio me preguntas a mí? El jefe aquí eres tú. Sin embargo si me preguntas, ya son demasiadas cosas volviendo del pasado a tocarnos las pelotas como para seguir guardando un secreto que ya no tiene sentido. Ellos tienen que saberlo en algún momento y mejor oportunidad que esta no
En aquella sala nadie se atrevió a decir nada. Marina salió corriendo del lugar al momento que Óscar Ángel terminaron de hablar. En minutos la historia que Enzo, Diana y el resto de los D´Angelo habían creído por años se había roto por completo. La imagen de traidores asesinos sin escrúpulos que dejaron atrás a su familia por poder ahora era solo una foto de dos personas a las que era demasiado fácil odiar. -¿Por qué ahora?- Enzo fue el único que se atrevió a decir algo- ¿Por qué hacernos creer durante todo este tiempo que llevabas fuera una historia que ahora parece ridículay por qué decir ahora la verdad? -Él día que nos fuimosDon Bruno nos dejó claro que si el resto de la familia sabía la verdad, corríamos el riesgo de que La Comisión y el Capo di tutti Capi fueran tras todos- respondió Óscar- proteger los intereses de la familia era más importante que nuestras vidas en ese momento. -La Casa Nera est
“Ser reyes en un tablero lleno de peones”, las palabras de Maurizio se quedaron revoloteando en la cabeza de Ángel. -Bueno señor- le dijo Maurizio- solo nos queda trabajo con nuestra modelo principal. -Maurizio, es casi de noche, deberíamos dejarlo para otro día. -Por favor señor, ya la había enviado a pasar por maquillaje, no desperdicie a semejante mujer de esa manera. Ángel no pudo evitar reír por un momento. -¿Tú no sabes sobre ella cierto?- dijo a Maurizio. -¿Qué tendría que saber sobre la señorita Marina?- preguntó Maurizio extrañado. -Nada, olvídalo- respondió Ángel entre risas- haz que la traigan, mientras antes comencemos antes terminaremos con esto. Maurizio seguía sin saber muy bien que estaba sucediendo, pero le restó importancia y mandó a buscar a Marina. Marina atra
Luego de la explosión y el shock no sabían que hacer. Marina estaba aterrorizada, temblaba sin control mientras que Ángelestaba todavía aturdido por la explosión. Ninguno de los dos había resultado herido por suerte, pero una vez más Fantoccio volvía a ponerlos en jaque y esta vez la cosa iba más allá. -Llama a alguien, necesito ir a casa por favor- dijo Marinacasi llorando. Ángel le hizo caso y llamó al apartamento, Luna contestó el teléfono, estaba sola en la casa, en cuanto Ángel le contólo que había pasado le pidió al guardia que la acompañaba que la llevara hasta la casa de moda a buscarlos. Cuando llegaronLuna se le echó encima a Ángel preocupada.Ángel le pidió al guardiaque le dejara el auto y le dio dinero para que regresara a su casa, necesitaban conducir durante un buen rato y en ese momento Ángel no confiaba en nadie, tomó el coche y se marchó con Luna y Marina. Condujeron durantecasi dos horas fuera