Stephen mira confundido a sus padres sentados en el sofá mirándolo con una sonrisa 

— ¿por qué no me dicen nada? —pregunta el pelinegro estando nervioso, al igual que su lobo

Antes de que sus padres respondieran el timbre suena avisando que alguien esperaba fuera de la casa. con una sonrisa de oreja a oreja la señor Reich se levanta para ir a abrir

Ni bien su madre abre la puerta el aroma a fresas llenan las fosas nasales del alfa, quién rápidamente se levanta del sofá viendo como su omega entraba con una pequeña fuente de frutas

— Aurel, pequeño ya te dije que no era necesario que nos traigas algo —habla la señora Reich con una tierna sonrisa al ver a la pareja de su hijo, se veía tan bonito y tení