El sábado en la tarde nos concentramos en terminar el trabajo de historia y en la noche retiramos los muebles y pusimos unas colchas gruesas para acostarnos en el suelo y ver películas. Mi madre no tardó en llegar y se unió a nosotros. Pedimos pizza y los tres nos quedamos dormidos en la sala.—Mierda— Susurra Jeremy con voz ronca.Abro los ojos y estoy de lado y Jeremy está a mis espaldas con su mano en mi cintura. Mi madre está de espaldas mías y yo trato de moverme, pero un fuerte dolor en mi espalda hace que pegue un grito y mi madre se levanta asustada y maldiciendo a la vez.—¿Qué sucede?— Mi madre toma mi rostro asustada.—Nada. Solo me dio un espasmo muscular— Susurro y mi madre me pega un manotazo en la cabeza.—Boba, pensé que te había pasado algo, grabé — Mi madre se levanta y empieza a estirar su cuerpo y desde acá puedo oír sus huesos crujir.—Suegra, eso se escucha desagradable— Jeremy se pone boca arriba estirando sus manos.—Desagradable es verte con una erección al la
Decir que el desayuno fue incómodo sería mentir. Cada vez que miraba el rostro de Jeremy me hacía recordar dónde estuvo su boca la noche anterior. Lo peor es que él sabía lo nerviosa que me ponía y aprovechaba cualquier descuido de mi madre para pasar sus dedos por sus labios y saborearlos. Era realmente incómodo y cada vez que podía lo pateaba debajo de la mesa.Mi madre nos había levantado temprano para desayunar juntos y como esa semana tenía trasnocho, decidió irse a dormir después de desayunar. Jeremy se fue hacia su casa para poderse cambiar de ropa y en la escuela nos veríamos. La verdad es que estaba en una incertidumbre. Primero por su hermano, no deseaba que lo lastimara de nuevo. La segunda de cómo sería su comportamiento conmigo en la escuela ¿Me ignorará? ¿Sería igual de lindo que es conmigo cuando no estamos en ella?Decidí dejar de pensar y esperar lo que llegará. Me alisté y me fui a la escuela y, como siempre, Diana junto con las gemelas me esperaban en la entrada. De
Decir que el desayuno fue incómodo sería mentir. Cada vez que miraba el rostro de Jeremy me hacía recordar dónde estuvo su boca la noche anterior. Lo peor es que él sabía lo nerviosa que me ponía y aprovechaba cualquier descuido de mi madre para pasar sus dedos por sus labios y saborearlos. Era realmente incómodo y cada vez que podía lo pateaba debajo de la mesa.Mi madre nos había levantado temprano para desayunar juntos y como esa semana tenía trasnocho, decidió irse a dormir después de desayunar. Jeremy se fue hacia su casa para poderse cambiar de ropa y en la escuela nos veríamos. La verdad es que estaba en una incertidumbre. Primero por su hermano, no deseaba que lo lastimara de nuevo. La segunda de cómo sería su comportamiento conmigo en la escuela ¿Me ignorará? ¿Sería igual de lindo que es conmigo cuando no estamos en ella?Decidí dejar de pensar y esperar lo que llegará. Me alisté y me fui a la escuela y, como siempre, Diana junto con las gemelas me esperaban en la entrada. De
Vamos en el auto y solo se escucha la melodía. Desde que salimos del lago ni Jeremy ni yo hemos hablado y la verdad es que me preocupa. No quiero que las cosas cambien entre nosotros al saber mi secreto.—Vamos a comer aquí— Dice y se estaciona en una pequeña cafetería. Ambos viajamos y antes de entrar Jeremy entrelaza su mano con la mía. Lo miro y me sonríe haciéndome sentir más tranquila.— ¿En qué piensas?— Pregunta al alejarse la mesera después de pedir nuestra orden.—En nada— digo mirándolo — ¿Tú qué piensas?— Jeremy muerde su labio inferior en forma sexy y pasando su lengua.—En que esta es nuestra tercera cita— Sonríe con picardía y yo abro mis ojos.—No me acostaré contigo— Susurro molesta y cruzo mis brazos sobre mi pecho.—Repítelo hasta que lo creas— Dice divertido — Sabes que tarde o temprano vamos hacerlo— Encoge sus hombros.—Eso jamás pasará— Ambos nos quedamos en silencio cuando la mesera deja nuestra orden sobre la mesa y se va sin antes darle una mirada seductora a
JeremyMe sentía nervioso, no sabía cómo iba a reaccionar Laura cuando le pidiera permiso para irme de fin de semana con Lesly.Madre e hija han cambiado mi vida. Antes no tenía sentido, ahora mi chica era mi motor.Desde que mis padres murieron, todo había acabado para mí. No tenía ningún sentido en mi vida, era como si todos los días fueran grises, nada me llenaba, me sentía vacío. Me sentía solo.Mi relación con mi hermano siempre fue nula. Mis padres siempre me decían que tuviera paciencia, que mi hermano antes no era así, que por algo que le sucedió en su pasado cambió y no volvió a ser el mismo. Se convirtió en un hombre frío y aislado de su propia familia.Recuerdo que muy pocas veces estaba en casa, después de ingresar a la universidad no lo veíamos, ni siquiera en las ocasiones especiales. Cuando estaba permanecía en su habitación o en la calle. Recuerdo las veces que traté de acercarme a él para que jugáramos. Lo que más anhelaba era poder compartir con mi hermano y siempre
JeremyAhora estoy en la puerta de su casa. Mi chica se fue con sus amigas al cine, no fui porque quise darle su espacio. No quiero empezar a ser esos tipos que no le dan espacios a su pareja y terminan ahogando la relación. Además, tengo otros tipos de planes.Toco la puerta despacio, con mi corazón agitado. La puerta se abrió dejándome ver una bella dama parecida a mi chica.—Hola— Susurro rascando mi cuello nervioso.—Pasa cariño— Laura se hace un lado dándome espacio para entrar a casa —Pensé que estabas con mi hija— Dice sentándose en el mueble y palmea su lado para que me siente. Nervioso lo hago y me hago a su lado. Miro hacia el televisor y sonrió al ver que ella está viendo una de las series de Netflix, después de enseñarle cómo utilizar esta mujer se la pasa pegada viendo series y películas cuando está de descanso.—Decidí darle espacio y que ella se divirtiera sola con sus amigas— Sonrió y ella guiña su ojo.—Bueno chico— Sonríe y toma el control para quitar la pausa de la
LeslyVoy subiendo a mi departamento, sumergida en mis pensamientos. No he podido dejar de pensar en Jeremy, hoy por primera vez desde que hemos empezado no estaba a mi lado. Lo extraño y, por más que trate de pasarla bien con mis amigas, quería tenerlo a mi lado.Me sentí mal cuando me dijo que debía irse, quise preguntar, pero no quería parecer desesperada. Le di su espacio y, ahora que llegaba a mi casa, estaba tentada a llamarlo.Entro a mi departamento y me doy cuenta de que mi madre ya ha salido hacer su turno. Todo está oscuro. Suspiro y camino hacia la cocina y me sorprendo al no encontrar comida. Puede que mi madre piense que ya comí. Encojo mis hombros, toco pedir algo.Salgo de la cocina y al llegar a la sala miro que mi habitación está cerrada, pero por debajo de la puerta se ve una línea de luz. Mi madre habrá dejado las luces encendidas. Ruedo los ojos y cuando abro la puerta y me quedo mirando mi cama.— ¿Se puede saber qué estás haciendo?— Cruzo mis brazos y trato de l
Eso me hizo ver un motivo más en saber que él es el hombre indicado para mí. Con su respeto y dulzura, su preocupación. No había nada que me hiciera creer lo contrario.Estaba tan sumergida en mis pensamientos que no me di cuenta en que momento llegamos hasta que sentí el suave toque en mis manos por Jeremy. Ambos nos observamos por un momento antes de bajar del coche.Entrelazamos nuestras manos y empezamos a caminar por un camino de piedras. No podía dejar de admirar el magnífico paisaje, una hermosa cabaña de madera con grandes ventanales y detrás de ella un inmenso lago donde se reflejaba el atardecer.—Vamos—Jeremy me jala hacia su cuerpo al ver que he quedado quieta con la boca abierta.Subimos unos escalones y una amplia sala nos recibe con una hermosa vista del lago. Al lado izquierdo, la cocina, no tiene paredes que la oculten. A mano derecha se encuentra el comedor y un enorme mueble dando de frente a una chimenea. La casa por fuera es maravillosa, pero por dentro te hace qu