Durante la última semana Emily y Felipe parecieran haber firmado la pipa de la paz o al menos el cese al fuego, cada uno vive su vida de manera independiente, Carlos suele llevarla y traerla del trabajo y mientras su relación se afianza, la de ellos va por caminos separados, se ven más en la empresa cuando se reúnen los hermanos que en casa pero al final de cuentas funciona más que intentar ser amigos.

Es viernes, Emily está de cumpleaños pero no ha dicho nada a nadie en parte porque siempre le ha gustado permanecer bajo perfil y también tiene sentimientos encontrados, está lejos de su familia, su padre enfermo y sufre de algo que suele pasarles a los inmigrantes que son golpeados por sentimientos de culpa cada vez que se dan gustos o disfrutan porque piensan en los que quedaron atrás y no disfrutan de lo mismo.

Como todos los días cuando Carlos pasa por ella, al subirse al carro este le saluda con un beso en cada mejilla, — Buenos días, Emi, se que no comentaste nada y la verdad desc