Luego todos fueron al aeropuerto juntos entre risas y promesas de no perder la amistad y conexión que habían hecho durante este tiempo, América no pudo evitar sentirse afligida y aunque sabía que era poco probable se quedó a la espera de recibir un mensaje de Juan, ya todo estaba dicho entre ellos y ella era quien debia terminar con el circulo vicioso que compartian.

Un mes lo cambio estaba sentado de nuevo en un avión y sus tribulaciones de aquellos días en que partió de Galicia son muy diferentes a las de hoy, en aquel momento estaba ansiosa y emocionada, por el reto laboral que tenía por delante y por la promesa de una aventura, ahora sus pensamientos solo tienen un nombre, Juan, fue una experiencia hermosa pero debe seguir adelante por sus padres, por ella, a nadie podía culpar por su situación pues sabía en lo que se metía por lo que se aferraría a los hermosos momentos compartidos y al cambio que tuvo en su autoestima.

Por su parte Juan intenta luchar con la nostalgia, ve el reg