Nick__ Renunciar... - mi boca se abre queriendo admitir lo que ocurre, pero es ella quien se levanta para cortar lo que sea que sucede. __ Tenemos que irnos. - rodea la mesa viniendo por mí. - Gracias por la cena. Estuvo deliciosa. __ Cuidado por el camino. Y recuerden, no se puede forzar al destino, pero el destino si los puede forzar a ustedes. - me guiña un ojo dando a entender que sabe lo que pasó. Quedo absorto en el rostro de Meredith que camina sin mirarme, como si le costara hablar.Alcanzamos una gran distancia antes que se detenga, mi mano la suelta y ella voltea verme. Aún incrédulo me acerco, luego me alejo con cierto reproche. Lo hizo, fue consciente de lo que acaba de pasar y decidió romper la posibilidad de hacernos regresar a nuestras vidas.La acuso con la mirada. Baja su rostro hasta que noto el leve temblor en su barbilla. Respiro hondo con la incógnita que quiero hacer, lo único que puedo hacer es recibir el golpe solo para no culparla del todo.__ ¿Porqué lo h
Meredith.Aprieto la mano con la extraña sensación de hormigueo que tengo en esta, ocasiona que la abra y cierre en varias ocasiones queriendo eliminarla. Logrando nada.Me froto la cara con la mano sana, espero noticias. El niño que la tal Corey sostiene me hace sacarme el saco que cargo para ponerlo sobre ella. Me agradece con la mirada brillosa, estamos esperando que alguien salga a darnos informes pero los minutos pasan y nadie viene, ambas reacias a irnos sin saber de ellos. Ella de Alexander y yo de Nick. Ninguna se ha movido por el miedo de tener que oír alguna mala noticia. __ Familiares de la señorita Meredith Simons - me levanto de inmediato al oír mi propio nombre, no podía decir que era Nick ya que es mi cuerpo el que carga. __ Dígame que está bien. - casi es una súplica lo que suelto. __ La toxina paralizó sus extremidades, debido a que lograron retirarlo con rapidez esta no causó un daño mortal. Su actuación rápida salvó la vida de la paciente - mis latidos vuelven l
MeredithRegreso a la habitación de Nick encontrándolo con los ojos abiertos. Mira a mi lugar para luego dejar caer su cabeza con decepción. Tal vez siga enojado conmigo.Con vergüenza y un tanto nerviosa me acerco, no sé qué decir ni como pararme. Esto va a costar más de lo que creí ya que su descontento es tal que rompe la seguridad que había adquirido todo este tiempo.__ ¿Has visto mi anillo? - pregunta con la mano en su frente. Hurgo en mi bolsillo dando con lo que pide, lo sostengo entre mis dedos recordando lo que tengo que decir, como un balde de agua cayendo sobre mí cabeza.Ese ardor lo dejo estar. No puedo luchar con eso, no haré ni el intento de quitarlo.__ Sé que... - me cuesta respirar - Nick yo no quería... Lamento lo que hice. Es que solo actúe según lo que... No entiendo porqué lo hice. - al fin me mira. Espero ver alguna expresión sin recibir nada en absoluto - Podemos volver a intentarlo, prometo que esta vez no lo voy a arruinar.Se mueve con cierta incomodidad. R
Meredith__ ¿Meredith aún? - pregunta doña Beatrice al abrir la puerta. Confirmo con un movimiento de cabeza que la hace darse cuenta cuán destruida estoy. - Pasa, corazón. Tomemos un poco de cocoa.Sin decir una sola palabra cambio la ropa por la que me da, me visto con un conjunto que parece ser su hijo. La chaqueta me abriga en lo que se lleva la ropa mojada para meterla a lavar. Regresa con dos tazas de café que pone en la mesa antes de darme un álbum que abre buscando no sé qué, mientras me abrazo a mi misma. __ En cuanto supimos que nuestro cambio de cuerpo había sido a causa de unas joyas, tomamos esta fotografía. - en la imagen que pone frente a mis ojos ambas joyas están sobre una manta, el anillo colgando a lado del medallón. - Buscamos alguna razón, sin encontrar nada. No había nada similar en toda la ciudad. Incluso pagamos a un investigador para que buscara el origen de ellas creyendo que quien las compró o vendía podía saber el secreto para sacarnos de ese lío.__ No l
Nick.__ No puedo tomarte en serio. - se ríe Alexander con incredulidad. Repara mi aspecto, mueve su cabeza buscando no sé qué, en lo que solo me quedo esperando que caiga en cuenta de la realidad. - Muestra la cámara. No estoy para tus juegos, Nickolas. Habla a gritos pensando que alguien saldrá de atrás diciendo que es solo una broma. __ Ya pueden salir. Dile a Nickolas que salga ya que a mí no me hace caso.__ Deja la pendejada, estoy hablando en serio. - le digo con molestia. No estoy de humor y si decidí decir todo fue porque puedo obtener un poco de ventaja en ambos casos de llegar a traicionar como si su inocencia es cierta.Su risa se borra, se sienta en la cama descansando sus piernas mientras la mujer que lo acompaña arregla su salida. __ Ya puedes terminar con la broma. No estoy para soportar jugarretas de niños en cuerpos de una chica Mueve su cabeza buscando no sé qué en mi espalda. En su estupidez me hace a un lado como si ocultara a otros.__ ¿Crees que me voy a pon
Nick__ Parece que soy quién debe arreglar las cosas por tí de nuevo - alega Alexander cuando baja del auto. Su esposa no está por ningún lado al igual que el niño - No has aprendido nada, Nick.__ ¿Qué haces aquí? - lo alcanzo.__ Te conozco. Sé cuándo eres inteligente y cuando el cerebro no te funciona nada - como si conociera donde estamos instalados este camina sin detenerse. - A veces eres un gran negociante, pero tu primera novia la tuviste a los doce y sin conocerla te comprometiste.__ ¿Cómo sabes de eso? __ Mi padre me lo dijo en una ocasión. Dijo que por primera vez habías sido un caballero que le sacó una sonrisa a la niña más triste que vio. - toca la puerta - Ahora tenías esa mirada y aunque es su cuerpo el que cargas, esa tristeza es tuya.__ ¿De qué estás hablando? Meredith abre la puerta y este le da una mirada antes de entrar __ Ustedes dos, olviden lo que acordaron o piensan acordar. Esto no es un negocio cualquiera. - se sienta en una de las sillas que arrastra d
NickSin poder hacer nada al respecto, detengo el auto en el cual nos trasladamos desde la casa de Meredith a la mía, para luego traer las maletas a la mansión más codiciada por la prensa, grande y con un aspecto de ser el lugar de los sueños de muchos. En cambio, para mí representa la poca lastima que hay para aquellos que tienen la misma suerte de estar entre los desterrados de este sitio.Esto debería ser más fácil. __ Reglas...__ Ya las dijiste diez veces. - me interrumpe Meredith.__ Una más no está...__ Estaré bien. Estamos haciendo esto para no morir, ni tú ni yo - alega en un suspiro. - Admito que estoy aterrada. Pero esto asegura que estaré fuera de ataques repentinos. Un sacrificio por un bien mayor. __ Aquí no serán repentinos, sino tu día día. - bajo primero. Esto no me gusta. Los King tendemos a ser una jauría que si no se matan entre ellos, salpican a otros y en este caso, la florista es quien está enmedio por mera coincidencia del destino que la señora bruja quiso
Nick__ Si quieres salir, solo debes decirlo. Nos iremos de inmediato. - confirma que lo entiende y eso al menos me da un poco de tranquilidad. __ Necesito un té, veinte horas en el spa, dormir un día entero o al menos que me tomen la presión. - dice arreglando las solapas del saco que carga encima. - Prefiero sin lugar a dudas que me tomen la presión. La he de tener descontrolada. __ No fui quién dijo que podía hacerlo. - le recuerdo. Paso el cepillo por el pelo quitando unos mechones fuera de su lugar. - Prácticamente fui a quién obligaron a estar aquí.__ Debiste haber insistido más que no viniera - reprocha. - Tan fácil te dejas convencer, King. __ Contigo eso de aceptar las cosas se me dan fácil - admito mirando como detiene sus movimientos. - Empiezo a detestar ese rojo en mis mejillas, señorita bonita. No lo hagas tanto en mí, me veo como un crío de quince.__ Lo siento. No puedo controlarlo. __ Lo odio porque lo vi por primera vez en tus mejillas reales y allí se veía real