Las semanas iban pasando mientras sus vientres también crecían a la par, Diego seguía mimoso y apegado a Mateo en todo momento, este con sus arranques de terquedad y peleas constantes lograba conseguir todos los antojos que se le ocurría.Diego también los sentía y lo bueno es que siempre eran las misma, aunque no tan buenas ya que Mateo daba pelea para comer más de las que le correspondía, Sarah al igual que Ángel los llenaban de atenciones para que no terminaran peleando por todo, aunque el que siempre cedía era Diego.En la tarde debían ir a la clínica junto a Thomas, hoy sería el día que sabrán de que sexo son los cachorros, aunque Mateo seguía haciendo berrinches porque el cachorro de Diego ya tenía un nombre.En el departamento se encontraban los amigos de estos al igual que Sarah.—¿Quieres más Diego? —Pregunta Sarah mientras se encontraba en la cocina.—Si, ¡gracias! —Decía Diego con una sonrisa desde la mesa.—¡Por qué solo le ofreces a él!—¡Mateo tu ya te has comido 3 veces
Dentro del consultorio se hallaban Diego y Mateo frente al escritorio de Thomas mientras este no se encontraba aún.—¿Están listos para saber de qué sexo son sus cachorros? —pregunta Thomas entrando a la habitación.—Primero Diego —dice Mateo de inmediato, quería confirmar lo que Diego le había dicho.—Bueno, vamos Diego —Dice Thomas caminando en dirección a la camilla, Diego acostándose levanta su remera para que Thomas pudiera colocar el fresco gel sobre su vientre haciendo que este jadeara, Mateo gruñe en reacción al jadeo recibiendo una mirada de advertencia de Thomas.—¿Qué? Es mi hombre, esos sonidos solo los debe de hacer conmigo.—Es que está fresco amor —Responde Diego, sonrojándose.—Bueno, por aquí ya nos estamos mostrando —Interrumpe Thomas.—Si es un niño —Dice Mateo cruzándose de brazos bufando.—¿Cómo lo sabes? —Pregunta sorprendido Thomas.—Ya lo sabíamos, hasta tiene nombre —Responde Diego sonriendo contento.—Ok. entonces será tu turno Mateo —Dice Thomas captando la
Las semanas iban pasando mientras sus vientres también iban creciendo, Diego y Mateo se encontraba emocionados al sentir los movimientos incesantes de sus cachorros en su interior.Mateo se encontraba en la habitación relajándose luego de un día agitado, comenzaron a buscar una casa para mudarse ya que con la venida de dos cachorros el departamento ya sería muy pequeño, Diego estaba en la cocina preparando frutas cortadas en trozos en tazón con yogurt, sabiendo que Mateo también lo iba a querer prepara dos tazones.Sarah se encontraba en su departamento, ya que Diego se lo había dado para mantenerse cerca de su hermano, con este cambio no dudaba de que cuando se mudaran querría estar con su hermano y sus cachorros.El teléfono de Diego suena en la habitación haciendo que Mateo frunciera el ceño molesto con el sonido molestoso.📞—¿¡Qué quieres!?📞—Owh Mateo, habla Emma.📞—Por eso, ¿¡qué quieres!?📞—Tú siempre amable, el sr. Diego ¿se encuentra?📞—Sí, pero está ocupado.📞—Es que q
El día comenzaba de nuevo, sentados en la mesa del comedor desayunaban mientras contactaban con la empresa que los llevaría a ver la casa, que prometían que tendría la mejor vista de un lago cercano. —Amor, esta casa creo que te gustará —Comenta emocionado Diego llevándose a la boca una rebanada de pan tostado. —¿Estás seguro? Mmmm… hasta ahora las que hemos visto no me gustaron. —Lo sé amor, me lo hacías saber —bromea recordando cada berrinche que hacía frente al asesor de bienes y raíces, incluso molestándolos hasta el punto que cada vez que iban a ver una casa era diferente el asesor que los acompañaba. — Pero siempre había algo que no me gustaba. — A ver, ¿por qué no te gustó el del centro? —Porque su entrada era angosta y su jardín no tenía flores —¿Y la del sur? —Porque… porque el color era horrible. —¿El color, amor? se podía cambiar, era algo insignificante. —¡No! ya la vi con ese color a mostaza y era un asco, no se me saldrá de la cabeza esa imagen. —Ok está bien,
Todo fue mejorando luego de aquel día que fueron a ver la casa, sus amigos y Sarah estaban muy emocionados ayudando a empacar para la mudanza.Emma también se incluyó sin invitación a la decoración de las habitaciones. Aunque Mateo fuera áspero, esta seguía insistiendo en que era la tía de los niños y que debía ayudar.Una vez que hayan terminado todo, la pareja va a su nuevo hogar. Aunque se encontraban muy contentos por todo, la casa era muy grande y silenciosa mientras solo lo ocupaban ellos.Mateo con pucheros pidió a Diego para que permitiera que Sarah vaya con ellos al igual que contratar personas que los ayudara con mantener limpia la casa como también para que los ayudaran cuando los niños nacieran.Las semanas iban pasando, sus vientres también crecían, acercándose la fecha para el nacimiento.Luego de asistir varias veces a las consultas, se encontraban ansiosos y nerviosos por ello.Solo había una cosa que molestaba y frustrada en gran manera a Mateo. Y es que sus vientres
📞—No... —mirando a ambos desde el espejo respira agitada —dígale que los bebés ya están en camino.Entre gritos y jadeos el camino al hospital se volvía eterno. Mateo maldecía a su hermana por no apresurarse, pero esta hacía todo lo posible por llegar al lugar, Diego luchaba contra si para no empeorar la situación, pero el dolor era insoportable.—¡Maldita sea Sarah!—¡Ya Mateo! ¡estamos cerca, cierra la boca e intenta respirar!—¡Respirar! ¡esta mierda duele! ¡ya quítenme!—¿Diego estas bien? —pregunta preocupada Sarah.—Duele mucho Sarah, ¿puedes ir más de prisa?—Hago todo lo que puedo, ya nos están esperando.—¡Con una mierda Sarah! ¡sal de allí manejaré yo! ahhh —Grita al intentar hacer un movimiento.—¡El Dr. Thomas les había dicho que ya no lo hicieran o se adelantará el parto! pero claro, ¡no! ¡ellos no pueden controlarse! ¡ahora te aguantas!—Diego, duele... duele mucho —Chilla Mateo buscando consuelo, pero este no podía hacer nada para tranquilizarlo, él también sentía el m
—Thomas, ¿estás seguro? —Anna, debo hacerlo. Ya no hay vuelta atrás. —Pero, Mateo. —Tendrá que entenderlo, esto escapa de mis manos. ******* Mateo comenzaba a despertar confundido, aún por los efectos de la anestesia. Sus ojos daban vuelta buscando a Diego, pero solo podía encontrar la cuna de los bebés, donde estos dormían plácidamente. —Diego... —Susurraba bajo. —Mateo, por fin despiertas —Se acerca Sarah para tomar su mano. —Diego... —Diego está en otra habitación, hace unos minutos salió de la cirugía —Dice con pesar. —¿Por qué? ¿Qué cirugía? —Espera a recuperarte Mateo, la Dra. tuvo que sedarte para que no sufras ninguna complicación. —¿Los bebés? —Están aquí a tu lado, son hermosos. Mateo comienza a mover sus dedos intentando recuperar los movimientos. —¿Qué tanto me sedó esa Dra.? —Estabas muy alterado, fue lo que me han dicho. —¿Qué fue lo que pasó? —En un rato vendrá el Dr. Thomas, ¿quieres algo? ¿agua? —No, quiero ver a Diego. —En unos minutos más, tu cu
Diego fue trasladado a otra habitación donde había dos camas para que en una Mateo pudiera dormir, mientras sus bebés también fueron con ellos. La emoción en Diego al ver a sus cachorros alegró en gran manera a Mateo que lo observaba con una sonrisa. Ángel y Matías fueron a la casa para terminar de ordenar las habitaciones con Mel y Génesis, son las personas que trabajaran en la casa, esta última suplicó a Mateo que lo dejara ayudar con sus cachorros, más al enterarse que Alexander volvería, quería ser partícipe de la crianza del protector de los hombres. Mateo, aunque contaba con la cama a lado de Diego, por nada del mundo se apartaba de este acurrucándose a su lado, Diego con todo el gusto disfrutando de las atenciones de su Omega no se negó. Solo ha pasado un día en el hospital y Mateo notando que Diego seguía durmiendo va a la cafetería del hospital. Tomando una taza de leche con tostadas, solo pensaba en cómo ayudar a Diego a superar lo que lo afligía, ahora que su lazo con