—Viviremos juntos.—¡Eso no! se lo que pretendes Alfa y no lo vas a lograr.—No estoy preguntándote Mateo, solo quiero cuidarte.—¡Cuidarme mi trasero! ¡quieres controlarme!—Eres mío Mateo, tú también me marcaste. ¿Por qué lo hiciste? Eres Omega.—Ya te he dicho que soy parte Alfa, ¡lo hice por instinto! Necesito averiguar más sobre nuestro lazo. —Voy de nuevo a la notebook sentándome a la silla.Mientras iba buscando la página en donde había encontrado toda la historia Diego queda detrás de mí con la respiración relajada, no fue tan mala como creí que sería. Hasta ahora lo ha asimilado bastante bien o es lo que parece.¡Vaya, como no se me ocurrió leer esto!—¿Que encontraste Mateo?—Aunque quisiera que no leyeras mi mente será imposible. No sé por qué no se me ocurrió leer toda la información. Bueno sí, no tenía pensado conocer a mi Alfa.—Dilo de nuevo, suena sexy. —Ronronea en mi cuello.—¡Alfa vanidoso! informaciones buenas como malas mi querido Alfa. —sonrío con malicia.—Vamos
Que agradable se siente, parece como si estuviera en el paraíso, sus labios recorriendo cada rincón de mi cuerpo.Siento a mi Omega deleitándose de ese calor que provoca con cada rose.—Diego. —Gimo aun sin abrir mis ojos.—Mateo, eres hermoso. —sus dedos delinean sobre mi vientre marcado. —te deseo tanto —me gruñe sintiendo su respiración sobre mi cuerpo.Abro mis ojos encontrándome con los suyos, malditos ojos cafés que me enloquecen. Se muerde el labio inferior bajando sus ojos a los míos que se abre con deseo de sentirlos.—Mateo, mi Omega —gruñe besándome. Lo tomo con fuerza del cuello profundizando el beso, mi lengua entra a su boca en busca de la suya con anhelo, ¡maldita sea como puedo desearlo tanto! Comienzo a gemir sintiendo su dureza golpeando en mi vientre. Su lengua se entrelaza con el mío, sus rugidos son extasiantes, mueve su cadera como si estuviera dentro mío, ¡ahh mierda! Este Alfa me tiene en sus manos y aun no se ha dado cuenta.—Diego, te deseo —susurro en sus la
Los días pasaban, no lograba que Diego se apartara de mí. Cuando iba a su departamento insistía a que yo vaya con él.La verdad no me molestaba en absoluto, pero si me preocupaba, necesitaba saber más, algo sucedía que no quería contármelo.Aunque leyera sus pensamientos no podía descubrir que tenía oculto, pero estaba seguro que se trataba del encuentro entre su Alfa y mi Omega.Siento mi celo cerca y comienzo a tener la necesidad de protegerme.Diego no estará dispuesto a alejarse, pero mi mayor preocupación es que mi Alfa aún no se ha mostrado, no sé qué podría suceder. Diego de alguna forma me dio a entender que no se dejará tomar.No conozco a mi Alfa no sabría que podría pasar, muchas ideas cruzan mi cabeza.Diego tuvo que ir a la revista, por más que su padre insistía a que yo fuera, simplemente no lo permitía. Pelear por ello no lo veía necesario aún, así que tuve que darle mi palabra que me quedaría en mi departamento.Mientras me encontraba en la cocina, siento que mi cuerpo
—¡No lo eres! —Diego luchaba para que su Alfa no se apoderara de él, pero podía percibir que estaba gruñendo ante este Alfa que lo tenía como una presa.—¿Creíste que sometiendo al Omega también lo harías conmigo?—¡Mi Omega!—Casi lo matas queriendo llegar a mí, ¿estás tan desesperado por apoderarte?—No me tomaras Alfa!—Si me rechazas, tu Omega de cierto morirá. Diego se sentía molesto, el Alfa tenía razón, su Alfa se rehusaba a ser sometido por el Alfa de Mateo. Si dejaba que su Alfa se apoderara de él, se librará una lucha por tomar el poder de someter al otro. Ambos no estaban dispuestos a ceder.—Serás mío Alfa, así como el Omega es tuyo. —Se detiene relamiéndose los labios. Su cuerpo ardía y su miembro estaba erecto deseoso de apoderarse de su presa.Sus miradas se cruzan Diego luchaba, su Alfa estaba tomando mayor posición, Diego no quería rechazarlo, amaba a Mateo a su Omega, pero su propio Alfa rechazaba la demanda del Alfa de Mateo.—Mío —Ruge el Alfa de Mateo abalanzánd
El cuerpo de un Alfa puro tenía la habilidad de sanar rápidamente, sin siquiera dejar cicatriz, Mateo aun yacía en el piso de la sala donde había caído luego de ser arrojado por AlfaDiego. Sin heridas, pero cubierto con manchas de sangres en todo el cuerpo, así como en toda la sala y cocina, sus ropas estaban totalmente rasgadas, dejando notar que fueron hechas con furia, aunque su cuerpo no mostraba los signos de la gran batalla que tuvo, todo a la vista deja notar que si lo hubo y fue feroz.Abriendo sus ojos puede percibir que todo estaba destruido, sus muebles, la cocina, los cuadros con las fotos de sus padres y suyos tirados al suelo con los vidrios rotos, pero no parecía razonar la razón del destrozo.Levantándose sin siquiera prestarle atención a todo va al baño a cargar la tina para darse una ducha, sentía su cuerpo todo duro como si le hubieran untado pegamento.Mantenía sus ojos entre abiertos sin ver su cuerpo. Se despoja de su ropa para dejarse caer a la tina, dejando rep
Despertar sintiendo un gran vacío, como si algo importante fue despojado de su cuerpo.Diego abre sus ojos notando que se encontraba en su habitación, sobre su cama boca abajo, no tenía idea de lo que sucedía, pero una gran tristeza lo inundaba.Poniéndose de pie nota que sus sábanas estaban manchadas con sangre.Intentando pensar, solo recordaba cuando Mateo había tomado sus ropas e iba a su departamento.—¿Mateo? —Al nombrarlo siente un gran dolor en su cuello, donde se encontraba la marca y una presión en su pecho comenzaba a surgir.—¿Qué fue lo que sucedió? ¿Alfa? —Llevando su mano a su cuello presionándolo para mitigar el dolor.—Hice lo que debía de hacer. —Ruge con molestia, Diego debía de entender su posición.Diego va hasta el baño, viéndose al espejo nota manchas de sangre en su rostro y partes de su cuerpo, y su marca había tomado el color negro, nunca había estado en ese estado, pero tenía la certeza de que algo no estaba bien.—¡Mierda! ¡¿qué hiciste?!Diego intenta dar
—Mateo, te amo…Al oír estas palabras AlfaMateo suelta el agarre del cuello de Diego de inmediato dando unos pasos detrás.—¿Diego? —La voz suave de Mateo hace que Diego intentara acercarse, pero es detenido por su Alfa.—¿¡Que estás haciendo!? —Reclama Diego.—Espera un momento, aun es el Alfa. —Advierte AlfaDiego.—Diego no siento a mi Omega —La voz de Mateo seguía siendo suave, sus ojos se volvieron a su color café, dando la tranquilidad a Diego para acercarse unos pasos, pero Mateo levanta la mano para detenerlo.—No te acerques, Diego. Mi Alfa te rechaza, tu aroma, ya no es lo mismo. Me está haciendo daño —Decía Mateo llevando una mano al pecho.—Mateo, acéptame. No quiero estar lejos de ti —Suplicaba Diego con ojos húmedos.—Diego, mi Omega no está. Mi Alfa, rechaza al tuyo, sabes lo que eso significa. —La vos de Mateo seguía suave con un tono de tristeza.— Lo sé. No quiero perderte, por favor Mateo —Diego intenta tomar a Mateo en sus brazos.—¡Aléjate! —levanta la voz AlfaMate
El día iniciaba, Diego aún seguía dormido plácidamente, pero la inquietud de su Alfa lo despierta aturdido.—¿Que sucede Alfa?—Algo está mal, debes buscar a Mateo—¿Mateo? ¿puedes sentirlo?—Su aroma, el de su Alfa, ¡debes detenerlo ahora!Sin entender lo que sucedía, Diego va al baño a ducharse lo más rápido posible, tomando lo primero que encontraba se viste para salir de su departamento.—¡Mierda! Mateo, no está en su departamento.Su Alfa comienza a gruñir al percibir el aroma de Mateo por los pasillos, Diego se apresura para salir del edificio.—¿Por qué cambió el aroma de Mateo?—Su Alfa está aumentando su poder en él, su Omega está muriendo —Comienza a chillar AlfaDiego.—¡No! ¡debemos de hacer algo!Diego seguía el aroma de Mateo y no le gustaba la dirección a la que iba.Deteniéndose frente al edificio de la revista, su corazón comenzaba a latir con fuerza, sus ojos ardían, su Alfa estaba inquieto. Sabía que su padre estaba interesado en él, solo esperaba no llegar tarde.Si