—¿ cómo sigue? —pregunto preocupada mamá mientras terminaba de limpiar la cocina dándome la espalda—mejor —respondí sin ganas. —ya no tiene fiebre solo será cuestión de que descanse.Mi mamá había preparado caldo de gallina, ella preparó una de las gallinas que tenía para que Lucas comiera algo ya que según ella era mejor que la carne que compraba papá en el supermercado del pueblo.—¿ en qué piensas tanto Laila? —se acercó a mi mientras secaba sus manos. —no deberías estar felíz de que tu novio esté mejor.—mamá tu no eres como papá o el abuelo... así que a ti si puedo contartelo.— la mire entrecerrando mis ojos mientras tomaba el valor para decirle la verdad.—contarme que..—¡vaya que eres fatal para elegir hombres hija! —papá entró para tomar asiento a pocos centímetros de mi.—mira que estar en cama por un simple resfriado —reprochó mientras leía el periódico de hoy y de la nada un quejido molesto salio de su boca —¡que diablos significa esto Laila Jones! —coloco el periódico s
—no sabia que también le gustaba el campo... señor Sallow.—tengo muchos gustos —esboze media sonrisa por un momento.—tampoco sabía que usabas a niños para llegar a ella, pero debería decirlo en una entrevista. —dijo sarcásticamente.—mateo, Maicol, esperenme adentro enseguida nos iremos a comer. —mire a los chicos quienes estaban pendientes de la conversación.Cuando se metieron al auto mire con seriedad a este sujeto por lo que había dicho frente a los gemelos.—cuida lo que dices frente a ellos. —advertí ya que no quiero que los hijos de Laila piensen que los estoy usando.—¿que? Tienes miedo de que sepan la verdad.—piense lo que quiera, pero yo no necesito usar a nadie para llegar a élla y lo sabe.... profesor Harley. me pertenece y eso ni usted ... lo va cambiar .—eso lo veremos. —se dio la vuelta y entro al supermercado hecho una furia en cambio yo me di cuenta que este tipejo hiba en serio con Laila.Cuando entre, los gemelos me miraron por unos momentos fijamente con seried
Había pasado dos semanas desde que volvimos de casa de mi familia y desde entonces Lucas se ha comportado de una manera muy extraña, no ha venido a trabajar, tampoco ha ido a dormir a casa de su hermano, y ya ni siquiera se ha de acordar de la cena que me pidió.Estaba preparando la cena mientras preparaba algo rápido mire a mis hijos y ellos no dejaban de suspirar aburridos.—¿¡porque esas caras!?. —pregunté desde la cocina mientras probaba la ensalada.—¿mamá, y Lucas?—si, hace días que no lo vemos.—no todo el tiempo podrán verlo, recuerden que es un hombre muy importante y pasa ocupado.Mis hijos se veían algo tristes porque había pasado durante las dos semanas que no lo han visto ya lo extrañan; cuando se estacionó frente a mi casa el nos ayudó con las maletas y se fue así nada más sin decir ni adiós.—¿quiten esas caras?. —pedí haciendo que se sentaran en la meza.—esque… queríamos mostrarle las medallas de honor que nos dieron en el colegio.—hayy… mis bebés. —besé sus cabezas
—tenemos que hablar.—ahora estoy ocupada. —me solte de su agarre volviendo a sentarme. —deja de interrumpir mi trabajo quieres tal vez a ti no te importa venir a trabajar pero a mi si porque tengo dos bocas que alimentar. —dije sin mirarlo para continuar mi trabajo.—quiero una muestra de sangre de los gemelos.—¡que!. —deje teclear para mirarlo sin creer lo que estaba pidiendo.—quiero una prueba de paternidad de los gemelos.—¡enserio que estas loco!. —me burle volviendo a tomar asiento para seguir mi trabajo.—deja eso. —me tomo de ambos brazos para que me levantara.—¡oye, pero que diablos te pasa!.—localicé a mi padre.—felicidades entonces.—deja de tomar las cosas a la ligera. —exigió molesto. — le pregunté sobre ese lunar que vi en la espalda de tus hijos y déjame decirte que solo en nuestra familia tenemos ese lunar .—¡¿pero que diablos te pasa?!. —le grité soltandome.—¡¿que sucede?!.Max y Selene salieron de la oficina al escuchar nuestra discusión y si no es para acabar
—tal vez ya no lo nuestro murió hace años. —le di la espalda.—¿eso crees?.—ya no quiero hablar más de esto. Por hoy te dejaré que pases la tarde con mateo y Maicol.—¿a donde vas?. —pregunto.—a despejar mi mente. —respondí. —recuerda llevarlos a casa antes de la ocho—esta bien.Les tuve que decir a mis hijos que volvería a trabajar que por hoy pasarían la tarde con Lucas y ella no pusieron objeción en eso.Me alejé mientras le marcaba a Max para decirle que iría por el trabajo pendiente para terminarlo en mi casa. empecé a caminar por la ciudad sin rumbo hasta que entré a un pequeño local y pedí un capuchino, busqué una meza libre y al encontrarla tome asiento dejando mis cosas aún lado.—que voy hacer. —balbuceé mirando mis manos.Me quedé sentada un buen tiempo mientras veía por la ventana como la gente hiba y venía, eran las cinco de las tarde y solo suspiraba al no saber que hacer con tantas cosas en que pensar.—aún suspirando siempre te ves hermosa.—spencer..Mire a mi amig
—¡aquí esta el alcohol señor!Le arrebate de sus manos el alcohol y lo pase por su nariz para que reaccionara, pero no parecía funcionar.—vamos.. reacciona... —balbuceé Y ella abrió los ojos a los minutos.—que... no.. esto no puede ser cierto. —sollozó ocultando su rostro con su cabello suelto.—los dejaremos solos para que hablen mejor.Max y su asistente salieron de la oficina dejandome a solas con élla, me senté a su lado sin decirle nada ya que ni yo mismo sabía que decir ahora que se que tengo hijos.—todo este tiempo.... —hablé. —me perdi sus primeros pasos... me perdí trece años de sus vidas. — pero ella no decía nada solo mantenía su cabeza agachada. —di algo por favor.—¿que le diremos? —susurró apuras penas.—son inteligentes comprenderán lo que está pasando.—no. Ellos pensarán que yo les mentí. —replicó. —mis hijos me odiaran cuando crean que les mentí sobre su padre.Ella estaba más preocupada por lo que sus hijos pensaban que por la noticia de que soy su padre.Le dije
—las cosas están un poco inestables en londres es por eso que nosotros nos mudaremos allá; en cuanto venecia Max enviará a alguien allá para que nosotros podamos vivir en Londres. ¿No te parece que sería genial?.—es lo que siempre soñé. —murmuró bajando su rostro. —pero dos veces me has engañado y tengo miedo de que ocurra lo mismo.—te aseguro que no me ire, es más, si quieres casemonos ahora mismo para que creas en mí.Ella se río mirando aún lado pero acuné su rostro en mis manos para que me viera a mi con esa sonrisa.—no sabes como adoro verte sonreír.—Lucas...—¿dime que si aceptas ser mi esposa?. —me acerqué observando cada facción de su rostro.—¿prometes por nuestros hijos que no volverás a irte?. —tomó mis manos.—volveré a irme Laila. —y ella fruncio el ceño. — pero contigo y los gemelos. —coloque en medio de nosotros dos los boletos en primera clase.ella los miró tomándolos en sus manos con sorpresa.—¿que dices, una vida desde cero?. Trabajaremos juntos en las empresas
Al llegar a casa me llevé una gran sorpresa al ver a Lucas con un delantal mientras cocinaba.—pero.. ¿qué estás haciendo?. —me burlé al verlo moverse de un lado a otro por la cocina.—acaso... ay, casi me quemo. —se río buscando el otro guante de cocina para tomar la olla. —¿acaso no puedo preparar algo para mi futura esposa?. —se acercó a mi recibiendome con un dulce beso.—se supone que yo debería recibirte así. —rodeé con mis brazos su cuello besandolo. —pero no negaré que se siente bien ya que nunca me imaginé que verte con un delantal puesto.—bueno, tendrás que irte acostumbrando, porque de ahora en adelante siempre te consentiré. —beso la punta de mi nariz—te amo. —rocé nuestras narices suavemente.—no, yo te amo. —me besó castamente. —ahora vamos que muero porque pruebes lo que preparé.........—definitivamente jamás dejaré que Lucas vuelva a cocinar.—¿tan mal estuvo?. —pregunto burlesca Selene.—tuvimos que pedir pizza porque todo lo que hizo estaba amargo. —suspire asque