Ambos vieron hacía donde estaba y sin perder tiempo ambos corrieron hacia mi llorando.

—debemos ser fuertes. —musite abrazandolos.

—¡porque ella!...

Deje que mis hijos se desahogaran en mis brazos hasta que se durmieran después de calmarse. Los dejé en la habitación y bajé mientras veía a Max conversar con el oficial que estaba en la salida.

—¿cuando llegaron?. —pregunté.

—Lucas, estuviste encerrado toda la tarde y noche, cuando llegamos tu empleada estaba preocupada ya que te habías encerrado y no salías.

—lo siento Lucas. —me abrazo Selene tomandome por sorpresa ya que era la primera vez que ella lo hacía, así que le correspondí. —ella era como mi hermana y aún no puedo creerlo. —se alejo limpiando sus lagrimas.

Una de mis empleadas se acercó con el pequeño Donovan y se lo dio a Selene haciendo que recordara a mi hija.

—¿quieres cargarlo?.

Selene me dio a su hijo y el niño estaba muy hermoso y tenía los ojos de Max, azules. El bebe me miró y me sonrió balbuceando.

Le devolví el pequ