86 MakimDía después de la Gala.Miserable… así me sentía.Sentía que centenares de caballos galopaban en mi cabeza, mi hermana levantándome no ayudaba nada.—Dice papá que te levantes, Makim— estaba seria y mi hermanita pocas veces estaba seria.—Voy— fue todo lo que pude articular.Sentía la lengua pesada en mi boca, sentía que me habían dado con un martillo en la cabeza y todo aun me daba vueltas.¿Qué bebí anoche?La respuesta es todo lo que se me atravesaba.Me levanté con mucha dificultad y me fui al baño, sentía el estómago revuelto, tenía los ojos rojos y debo decir que me he visto mejor en otros tiempos, salí arrastrando los pies y casi parecido a Spiderman agarrándome a las paredes, aun no podía sostenerme del todo bien.—Son las tres de la tarde—se queja mi padre.No suelo beber y por eso me puse así tan grave en tan poco tiempo, lo último que recuerdo es a mi hermana batallando conmigo para salir, mi padre me veía con desaprobación desde que Mónica… Gala o como s
VikenNormalmente me mantengo alejados de los niños, pero Luciano no era un niño común, parecía una enciclopedia andante, aparte de risueño y ocurrente como cualquier niño de su edad, luego del susto del hospital la pasamos mejor, la mamá de Jacob sabía que cocinar y nos preparaba ricos platillos.—Hace mucho no cocinaba así— agrega la señora viendo la mesa con deliciosos manjares.—Todo se ve rico, abuela— dijo Lucianito con esa vocecita que podría derretir témpanos de hielos.Como a la señora seria enfrente de mí, ella llegó muy rígida, pero se iba soltando con cada día que pasaba y hasta yo lo hacía, luego de la comida Luciano insistió en ir a su cuarto de juego con todos así que fuimos allá, al principio se pensó en ponerlo en la planta de arriba, pero había un segundo salón de fiesta y era mejor para Luciano que cualquier cuarto de arriba.Se equipó con todo lo que un niño de su edad pudiera querer, como el mini parque dentro de la casa del otro extremo tenía una pequeña bibliote
88- RominaLuego de que el médico nos diera a Luciano él estaba casi desinflamado del todo y con las sombras de algunas manchitas rojas en su cara.—Hola pequeño— saludé cuando ya estuvo despierto y en su habitación —¿Estás bien?—La abuela me hacía una torta— mira a todos lados buscándola —me empecé a sentir mal, lo siento mami.—¿Qué fue lo que pasó? —le pregunté acariciando sus ondas oscuras.—La abuela me trajo regalos muy bonitos —comenta con ilusión —y luego me quiso hacer una torta, yo lo probé varias veces por que estaba deliciosa y no pude parar, pero… —hizo un puchero— me empecé a sentir muy mal y me picaba la lengua— la saca para que yo la vea— viste— dijo con la lengua afuera.—Lo veo, mi amor— Jacob y yo dejamos salir una risita— la abuela no sabía que eras alérgico a los frutos secos y le puso a la torta— le comenté — olvide decirle a tu padre, la que lo siente soy yo— una lágrima rodó en mi mejilla.¿Cómo se me pudo olvidar eso?—Paso a paso— me repite Jacob acercándose
89 Mónica Me reviso en el espejo y reviso lo que Romi hizo con mi rostro y ciertamente no parece que llevo una semana llorando por un idiota, cambió la táctica y empezó a mandar flores. Flores que lanzo por el balcón cada vez que llegan y lo seguiré haciendo hasta que él se cansé de este absurdo, no puedes ir rompiendo cosas y luego pedir perdón como si eso fuera solucionar las cosas. No lo hacía. —Estás espectacular —sonrió el reflejo de Romina a través del espejo. —Veo esto absurdo— me quejé. No quería salir, quería helado y películas, pero las dos se empecinaron en salir a tomar una copa. —Ya oíste a CC, necesita salir si vas a seguir llorando con helado y películas, le debemos esto— me señala. Resople, pero no lo negué, he estado insoportable todo este tiempo, pero no tengo ganas de alcohol, tal vez de bailar un poco y ver rostros felices ajenos a mi desgracia. Estaba siendo más dramática de lo normal. —Es por eso que accedí a salir— le recuerdo. —Carlota es… bueno ya sabe
90 MakimRecibí la llamada de Jacob extrañado, aun así, conteste, tal vez le pasó algo a Mónica y yo sin contestar.—¿Sucedió algo? —pregunté sin rodeos.—No, queremos ayudarte— me dijo sin saludar tal y como o hice yo.—Lo siento, hola ¿Cómo estás? —pregunté respirando hondo ahora que sabía que Mónica estaba bien me había relajado.—No pasa nada, las chicas tienen un loco plan que te incluye así que…— se quedó callado un momento— ¿Qué te parece salir a bailar esta noche?—El mejor plan, me parece genial— contesté sonriendo, después de todo si tendría ayuda, aunque no la mereciera.—Solo…— suspiró— las chicas no están del todo convencidas con que merezcas esta oportunidad, sin embargo, te tienden una rama de olivo así que, no lo jodas, Babatunde.—No lo haré— afirmé completamente seguro.Solo necesito que me vea, yo me encargo del resto.***Seguía bajando de mi nube cuando la vi acomodarse e irse, mi corazón se oprimió en mi pecho como si sintiera mil toneladas encima.¿Tanto la cagu
91 CarlotaEra mi última oportunidad antes de volver a Nueva york, pensé que iba a funcionar, pero Mónica es terca y está profundamente dolida, no la culpo, después de todo, creo que yo hubiera hecho lo mismo.—¿Estás segura de que te vienes conmigo? —le dije viéndola a la cara, tenía la nariz roja y los ojos hinchados, había estado llorando toda la noche después de llegar, aun así, estaba más serena.—Sí, me iré. Creo que necesito un empleo nuevo, como que me cague encima de los trabajos de Romina y mío— hizo una mueca graciosa.—Si sirve de algo, aun creo que hiciste lo correcto— le dije dándole el café que había ido a buscar hace un momento.—Lo sé, de todas formas, me gustaría regresar a la normalidad— me dijo con una sonrisa ladeada que no alcanzó a sus ojos.—No tienes que siempre ser fuerte— le dije y bebí un sorbo de café esperando por su reacción.Sus hombros se desplomaron un poco, pero nuevamente parecía más… tranquila.—Lo sé, pero ya fui miserable por semanas, hace dos dí
92 Mónica.Pensé que Makim se había quedado en Alemania, pero no.Me había equivocado a lo grande.Cada día que salía de mi departamento me esperaba abajo con un desayuno y un té, lo vi un tanto escéptica, pero lo acepté porque moría de hambre y ya iba tarde por lo que no me daría chance de desayunar nada. Me fui en busca de trabajo y le colgué las llamadas a mí madre al menos unas tres veces al día antes de que desistiera en el cuarto día. No tenía ganas de hablar con ella y eso seguiría así por un buen tiempo.Al volver de buscar empleo allí estaba Makim de nuevo esperándome con solo una rosa y la cena, esta vez sushi.Al principio no le dije nada, pero al tercer día me tenía los nervios crispados.—¿Qué haces? —le pregunté cuando llegue una noche.—Quiero que sepas que no me iré y esta es mi manera de demostrarlo— respondió con facilidad —esperaré hasta que quieras hablar conmigo con toda la paciencia del mundo.—No tienes porqué hacer esto— declaré nerviosa.No lo quería cerca por
93 CarlotaIvar no estaba muy convencido a que yo tuviera que arriesgarme, pero yo sabía que podría ser una buena idea, y me dio la razón en algo. Leah quería mi cabeza, en su mente yo era el único impedimento para llegar a Viken, así que todo se puede ir a la mierda si la perra estaba más loca que hace unos meses atrás, pero necesitaba quitarme está incertidumbre de encima.Me sentía observada y algo me decía que era ella.—Sigamos unos días más así para no levantar sospechas— le dije a Ivar al día siguiente de contarle mi plan, una vez estuvimos en el auto.—Viken va a matarme —resopló, pero no sé negó y eso ya era un avance.—Si todo sale bien yo lo calmaré —le prometí.Resopló, pero no me contestó y siguió manejando, a parte del estrés de Leah solo tenía buenas noticias en mi trabajo, no importaba que empezara de cero mi investigación, era lo mejor. Ese idiota casi daña mi investigación no iba a ganar ni mucho menos me iba a dejar, son la mejor científica del lugar y por eso Jacob