Advertencia: Capitulo durillo,escenas violentas. Si no te ves capaz de leerlo simplemente pasa de capitulo.He perdido la cuenta de los días que llevo fuera de casa, no sé si son tres o ya ha pasado una semana. Mi loba está inquieta no le gusta estar encerrada y menos alejada del del lobo de Caleb.Lo reconozco yo también lo echo de menos.Mi abuela, bueno no mi abuela de siempre sino la nueva ha estado visitandome con asiduidad, he establecido un vínculo con ella, no sé si por el síndrome de Estocolmo o por ser la única que parece querer ayudarme. Estoy empezando a perder la esperanza de que Caleb me pueda llegar a encontrar, no he podido salir de la habitación en la que me encuentro desde que llegué aquí, al menos ahora estoy desatada pero llevo un collar de plata al cuello que me impide transformarme solo con intentarlo me quema y me arde la sangre.Si esto es la definición de familia la mía está muy mal, la verdad. — Hola pequeña, cómo has amanecido?—— Bien, María Teresa aquí n
No se el tiempo que pasó tirada en el suelo, veo como el sol se filtra por la ventana de la habitación, alguien abre la puerta e instintivamente me hago un ovillo. No quiero que ese ser me vuelva a tocar, me repugna, lo odio, lo odio con todo mi ser.Una señora de mediana edad, se acerca a mi, me ayuda a levantarme. Coge mi cadena y me lleva hasta el baño. Allí me limpia y cura lo mejor que puede mis heridas.Veo que mientras me limpia alguna lágrima se le escapa, en cambio a mí ya no me quedan más lágrimas, me he quedado vacía.Me ayuda a ponerme un vestido corto rojo y me lleva hasta el espejo, mi cara está entre negra y morada, tengo un ojo prácticamente cerrado. Me falta cabello en varias zonas de la cabeza y mi boca...Lo que puedo ver de mi cuerpo no está en mejor estado. Y este vestido no ayuda para nada.Es como si dijera aquí está tu putita, que no es mentira porque eso es lo que soy. Su putita.La señora me ayuda a meterme en la cama, me trae una bandeja de comida y me pide
Al menos la paz se ha instalado en la casa, Alessander se ha marchado por un viaje de negocios y no volverá en una semana, o al menos es lo que ha dicho la señora que me atiende.Isabella está algo mejor, así es como se llama la chica de la habitación de al lado. Él, se la quería llevar pero al ser menor de edad no podía hacerlo sin levantar sospechas, en estos días nos hemos hecho amigas, efectivamente tiene dieciséis años como suponía.Me contó que sus padres contrajeron una deuda muy importante y al no poder saldarla él se encaprichó de ella, es totalmente diferente a mi. Ella es morena de ojos oscuros y está rellenita, bueno ya no tanto desde que lleva aquí debe de hacer adelgazado.Al menos a ella no le falta pelo ni dientes, ella no ha luchado en ningún momento por lo que él no la ha dañado tanto. Sabía que era un sádico pero nunca pensé que lo fuera tanto.Son tantas las atrocidades que le ha hecho pasar a la pobre que de solo pensarlas se me revuelve el estómago.Tengo claro q
— Serenety, no vuelvas tarde... si ya sé que eres mayor de edad y todas esas cosas. Pero aún así no me gusta que andes sola por el bosque a altas horas de la madrugada.— dice mi abuela desde su mecedora.Es tan graciosa, la verdad es que está mayor pero no tanto para parecer una abuelita como la Caperucita, y bueno lo del lobo no es incierto del todo ya que aquí las dos somos mujeres lobo.— Abuela no estas tan mayor, vale que tienes casi 300 años pero todavía te falta mucho por vivir, no se a que viene lo de la mecedora y por cierto yo no he dicho nada— respondo sonriendo a mi abuela.Mi abuela no contesta, solo me dedica una sonrisa y continua tejiendo. No sé que mosca le habrá picado si a ella nunca le han gustado hacer este tipo de cosas.Me dirijo hacia la consulta del doctor, hoy es mi último día de prácticas, hoy por fin seré una enfermera de verdad.Paso a la consulta y saludo a la señora Jones ella es una habitual, todos los días viene con una misión. Yo creo que se siente so
Aunque he dormido, mi suelo ha estado plagado de pesadillas, son siempre las mismas las que me atormentan.Hoy hemos desayunado poco, ya que me he dormido y no teníamos más tiempo que perder. Llevamos caminando casi una hora y aún no veo la entrada de la dichosa Manada.La abuela me da una palmadita en la espalda y me señala la entrada, en la entrada hay parados dos guardias. Cuando llegamos a su posición estos nos piden que nos identifiquemos.Les damos nuestros nombres y nos olisquean un poco, unos segundos después nos dejan pasar. Y yo que pensaba que igual nos mandaban de vuelta para casa, qué ilusa.Se ve que hoy la gente está alborotada, hay mucha gente corriendo de un lado para otro. La verdad que esto no me gusta demasiado, no estoy acostumbrada. Mi vida es una vida muy simple, yo diría que hasta aburrida.En mis casi veintiún años de vida, no he ido nunca a un lugar concurrido. Tampoco tenía con quién ir. Me fui de la manada con apenas once años y en el pueblo nunca hice amig
Me levanto antes de que salga el sol, le caliento a mi abuela las sobras de la cena y la espero en la entrada de la puerta.Hoy se está tardando demasiado ya ha pasado un buen rato y no baja, yo no he sido capaz de dormir en la planta de arriba y he preferido hacerlo en el salón.Comienzo a desesperarme, escucho como alguien llama a la puerta, me acerco sigilosamente y miro por la mirilla. Qué boba soy, olvido que aquí todos son hombres lobos y pueden saber si estás o no por el olor.Gracias a la diosa es mi abuela la que está al otro lado de la puerta.— Abuela! Qué haces en la calle a estas horas y yo esperándote... pensaba que estabas dormida. Vamos desayuna algo y nos vamos a casa—— Siento informarte de que no nos vamos, más bien soy yo la que se marcha—— Pero que estás diciendo abuela? Qué es lo que pasa?— pregunto sorprendida.— El Alfa ha cerrado la frontera hasta nueva orden, solo podemos salir de aquí, los que ya tenemos o tuvimos un mate. Y no puedo dejar a mis animales si
— Me estás asfixiando, si no te importa...— digo un poco sofocada por la situación.Él se separa de mi pero no lo que a mí me gustaría ya que sus manos siguen pegadas a mi cabeza, en ese momento veo como él me mira de arriba abajo escrutando cada detalle de mi cuerpo.Lo observó yo también en silencio, no se puede decir que no es guapo y atractivo porque mentiría. Ante mi tengo a un hombre moreno de ojos azules con betas doradas, cuerpo de dios griego y altura considerable.Ese cuerpo me hace sentir inferior a su lado, no es que yo me considere fea, creo que no estoy mal. Soy rubia de ojos castaños, piel clara y un cuerpo más bien delgado. No tengo demasiadas curvas pero tampoco soy un palo. El único inconveniente es que me debe de sacar al menos treinta centímetros de altura.— No sé si eres una imprudente o simplemente eres temeraria... no sabes cuánto tiempo llevo buscándote y cuando te encuentro huyes de mi—dice chasqueando la lengua.Quita una de sus manos y la pone sobre mi rost
Me despierto en una habitación, que para nada reconozco esta, está pintada de en color blanco y con muebles negros. La cama es muy grande ya que aunque estire los brazos no llego al centro.Vale que soy pequeña pero no tanto. Me intento levantar pero la cabeza me duele demasiado. Ahora lo recuerdo este maldito me golpeó en la cara. Al menos si me ve débil no me querrá como a su Luna igual no es tan malo después de todo haber sido golpeada.— Veo que ya estás despierta, en unos minutos vendrá el doctor a ver cómo te encuentras.— dice el Alfa sentado en un sillón.Sus palabras consiguen asustarme, de verdad que no lo he visto cuando he despertado.Como el dijo llega el doctor me examina y no ve nada raro, solo una pequeña conmoción por el golpe. Me receta unos analgésicos y reposo relativo.Después de que se vaya me siento en la cama, busco mis botas para poder marcharme.— Dónde se supone que vas?— dice el Alfa autoritario.— A mi casa Alfa, ya estoy mejor no necesito que me cuiden.——