JuliánHabían pasado tres semanas desde el accidente y tener a mi Rubia en el apartamento de nuevo, eso me llenó de alegría. Mi madre venía todas las tardes después de sus consultas, y sacaba a Maco, quien llegaba a primera hora, antes de que mi novia se fuera a trabajar; no podíamos descuidar a la constructora.Y yo me la pasaba renegado, porque me tenían prohibido salir de este lugar. Por eso tres de las mujeres fundamentales de mi vida me tenían prisionero. Aunque mis abuelas también venían a cada rato a consentirme. Sí, jamás he sentido vergüenza de decir que los hijos de la familia Abdala L`Charme éramos personas muy consentidas. Responsables, trabajadoras, algo rebeldes, pero consentidos.Santos todos los días dejaba a mi hermana aquí, ella se adueñaba de la cocina y yo encantado, hacia el almuerzo; de mi parte, jamás rechazaré un plato de comida hecha por las manos de mi Pigmea, luego su marido llegaba al mediodía, almorzamos juntos y una vez llegaba mi madre, ellos se retiraba
JuliánEsperaba la respuesta de mi novia.—Que algo no salió como ella y tía Socorro habían planeado, tampoco querían sacar conclusiones al respecto, porque tal vez lo veía con ojos de suegra celosa. Que, si podía viajar para que analizara el comportamiento de Nadina de estas dos semanas, me lo agradecería mucho.—No te sigo.—Recuerda, te dije que iban a contratar un prostituto, pero no fue necesario porque un vecino arroja corazones por mi amiga y ella se acerca a él de manera rápida.—Eso no se escucha bien. Y Eros con lo de su inauguración al tope. Me dijo que, una vez inaugurara la clínica, se iba a buscarla. Cuando ha venido al apartamento no lo veo bien, me preocupa su ánimo, puede causarle una baja en las plaquetas y regrese la leucemia. —Adara abrió los ojos—. ¿No habías pensado en eso? Ese es su afán de dejar un legado en la vida. Honestamente, yo pensaba que Nadina lo entendía.—No había pensado en eso. Pero eso no quiere decir que él sea tan seguro con ella que no le demue
AdaraEllos se miraron antes de responder la pregunta que había hecho.—¿Nunca la han quebrado? —pregunté.—Una vez se intentó quebrar, pero mi esposa fue a buscarme, y fue cuando viví con César unos días, después de que Fernanda se enteró de que estaba embarazada de Gaby por mi culpa. —Julián afirmó—. Ustedes son los únicos que pueden poner reglas, decretos y leyes en su matrimonio. Cada ser humano tiene sus límites, sabe qué puede tolerar y que es inquebrantable.—Solo deben hablarlo, —continuó Fernanda—. Yo siempre tomo partido, por quien tenga la razón ante mis ojos. Carlos es más abogado, pero muchas veces hemos discutido por nuestros amigos, y jamás así el enojo sea grande, dormimos fuera de nuestra cama. Todo parte de la comunicación.—Entiendo. Y que me aconsejan con respecto lo de ahora, hay un pretendiente real para Nadina y Eros. Nada que quiere demostrar cuánto la ama, ella es dueña de su mundo. Para él su vida es su mujer, se ha quedado aferrado a no demostrarle con palab
JuliánVeía a Adara dormir desnuda a mi lado. —Me lamí de nuevo los labios, aún tenía su sabor en mi boca, por la abstinencia mi pene se endureció de nuevo, aunque con ella siempre era insaciable—. Después de quedarnos solos y analizar en silencio lo que nos revelaron Carlos y Fernanda. El silencio dio pie a sutiles caricias, luego hemos desatado una inmensa hoguera entre los dos. Acaricié su espesa cabellera, era tan suave y sedoso, mientras me deleitaba con los recuerdos de nuestra tan anhelada reconciliación, como debía de ser. —No sé cómo sentirme, si agradecida o enojada porque nos tienen vigilados.—Pero no se han entrometido más de lo que deben hacer como padres. De lo contrario hace mucho, los míos me habrían jalado las orejas y montado en un avión para irte a buscar. —La traje hacia mí y besé su frente.» Nos dejaron cometer errores, dejar pasar el tiempo para el que el orgullo disminuyera y solo dieron un empujoncito cuando lo necesitamos. La vieja Maju solo me decía: «recu
ErosTres semanas, hace tres, desde que se fue Nadina y, a pesar de que el tiempo pasaba entre la inauguración de la clínica y mis otros compromisos no era lo mismo, la llamaba de manera constante y seguía siendo dulce conmigo, pero sentía que ya no era lo mismo. Ahora existe un, pero, que no me gusta. En cinco días era la inauguración y mi vuelo a Estados Unidos lo tenía para el día siguiente. Estaba afuera del lugar donde tenía recluido a Ernesto, junto a los chicos, espero a que llegaran quienes puedan. Estamos en el mes de abril y era su cumpleaños. Mamá seguía con Nadina; al igual que Socorro, aún no había hablado con Vladímir. Sé que le debía una disculpa, aprovecharé la reunión para hablar con él. —Volví a pasar el catálogo de flores desde mi celular; una colega me dijo que a las mujeres les gusta y funciona a favor de quien se las enviaba. Pero no me siento cómodo.—Amigo mío, si no te nace, no las mandes. —Al darme la vuelta, Maco se encontraba a un lado y detrás de ella, Sa
JuliánMi hermano me abrazó con cuidado, tenía varias semanas de no verlo, no pude visitarlo por el accidente. Cargó a Adara y dio vuelta con ella.—Por fin eres mi cuñada oficial y serás la madre de mis sobrinos.Cada uno de los chicos era abrazado por su núcleo familiar. En el nuestro, en esta ocasión, nos dividimos en saludos. Después de abrazar a Samuel, nos fuimos a saludar a Egan. Luego saludamos a todos y felicitamos al cumplimentado… Al odontólogo.Mi tía Patricia no tenía a un hijo en la cárcel, pero del resto todos pasaban por tal lamentable situación. Aunque creo que en ellos sería su salvación. En muchas ocasiones llegó Samuel al apartamento con el rostro magullado por los golpes de una de sus peleas en la que le gustaba participar, siempre había ganado, pero eran ilegales.En el juicio, Carlos podía demostrar defensa propia, pero a raíz de las amenazas contra Ernesto no querían arriesgarse. La celebración comenzó, los chicos se veían un poco más delgados, aunque los trata
Julián«¿Mi señor?» Nuestras miradas se fundieron.—Me gusta ese juego de amo y señor, de lo que he leído. —Se puso más roja.—Eres una caja de sorpresas, Adara. O era perfecta para mis más deseos oscuros. Jamás pensé en ella de esa manera, porque no a todos les gusta ser dominados, entregar el control en el tema sexual. No me gusta el tema pesado, los cortes, los amarres, y el no permitirle disfrutar, eso no era lo mío. Y me quedo en el nivel leve y me enloquece una mujer en tacones. —De qué te reías hace unos minutos.—De la vez que te besé por primera vez.La cargué y después de su grito por mi repentino acto rodeó mi cintura con sus piernas y fue mi perdición. Mierda…—¿Qué pasa?—Acabo de prometerme que iría despacio contigo y no hacerte el amor ahora, sino en unos días, pero mira cómo me tienes.Moví sus caderas para demostrarle cuán duro me encontraba, su rostro se puso más rojo. Y era precioso verla de esa manera. Pensé que la conocía, pero me mostraba a una mujer diferent
AdaraLlegué al apartamento de Nadina en horas de la mañana, por problemas de tiempo no salimos en la hora acordada y me tocó esperar cuatro horas en la sala de espera en el aeropuerto en Bogotá. Por un lado, mucho mejor, así no me presentaba en la madrugada. Al momento de llegar al apartamento iba a tocar, pero un joven atractivo, rubio, de ojos claros, llegaba con unas bolsas.—Los ángeles están llegando a este edificio. ¿Vas a ingresar?—Buenos días, y sí. Vengo a visitar a una tía. —abrió la puerta sin dejar de repararme de pies a cabeza.—Soy nuevo, vivo en el 209. Cuando estés aburrida con tu tía, te invito un par de cervezas.—Gracias por tu espontánea amabilidad, pero no suelo salir con desconocidos y para ser más sincera. Mi marido es muy celoso—¿Alguien le va a decir a tu marido?Me puse seria. ¡Qué tipo tan sobrado! Puede que sea más atractivo que Julián, pero ni a tres metros de sus pies se le compara con lo caballeroso que era mi marido.—Gracias por dejarme pasar. Que t