A la mañana siguiente ellos se levantaron temprano para bajar al piso subterráneo vistiendo ropa deportiva, se ejercitaron por una hora y volvieron a subir para desayunar algo y luego vestirse para ir a trabajar. Se pasó por la habitación de su hija encontrándola vestida y preparada para ir a casa de sus abuelos, como solía llamarlos. Ciara se sentía alejada de su hija al estar más ocupada, pero Elanna parecía estar conforme y adaptada a su ausencia. Pese a eso, no dejaba de amarla y verla como la persona más hermosa que había visto y ese sentimiento era correspondido por su madre. —¿Lista para bajar a desayunar? —¡Si! Aksel se asomó por la puerta sonriéndole a la niña que alzó sus brazos para que la tomara entre los suyos. —¿Cómo amaneció la princesa más hermosa? —¡Bien! —sonrió genuina —Asel, ¿cuando voy a ir a la escuela? —Cuando estés más grande —la llevó con él hasta el primer piso con Ciara caminando a su lado —¿quieres ir ya? —Si. —Deberas esperar, mi vida —respondió si
Ciara Las palabras salieron disparadas de mi boca sorprendiéndolo por completo y ocasionando que su boca se pegara de nuevo a la mía, sus manos sujetando mi cuerpo, pegándome a su pecho y demostrando lo mucho que se había emocionado por mis palabras. Lo difícil que había sido para mi combatir con la inseguridad y falta de confianza, lo difícil que fue creer en él y en su palabra pero no fue imposible, no sólo se ganó todo aquello sino también mi amor infinito que crecía y crecía sin parar. Tanto que me abrumaba. —También te amo, preciosa. Cómo nunca había amado a ninguna mujer —musitó sobre mis labios, sonreí y dejé que las lágrimas se derramaran sobre mis mejillas. Mi pecho sin poder con tanta felicidad que atravesaba mi pecho, por tanto sentimiento que desbordaba de mi ser. —Esperé tanto por una persona como tú, que cuando apareciste sentí que no merecía tanto, que era imposible que alguien tan detestable como yo pudiese tener el privilegio de tener a una mujer auténtica, valiente
Ciara Aksel decidió que haría una celebración por la reciente victoria que ahora era titular de muchos post de blogs, periódicos y revistas. Había dejado de perseguir a Aksel y ahora lo hacían con ella en busca de una declaración al respecto, pero no dijo nada. Se mantuvo en silencio y agradecí que fuese así, quería que esto parara ya por el bienestar de todos, quienes también parecían estar cansados de estar lidiando con el mismo tema. —¡Hola! —me saludó Amber quien iba llegando a mi casa —¡wow! Esto es precioso, Ciara. Admiró el lugar tal y como yo lo hice la primera vez.—¿Cómo estás? —pregunté manteniendo la sonrisa en mi rostro, feliz de verla de nuevo.—Un poco preocupada —volvió a verme con el ceño fruncido —ese día que saliste en las noticias enloquecí, quería masacrarlos a todos por decir tantas estupideces sobre ti. —Fue... horrible —me estremecí al recordar cómo me sentí ese día, la llorada que di cuando Aksel se marchó —pero creo que ya no soy mencionada. Tú... ¿creíst
Ciara Después de un largo momento sin querer apartarme de él logré tranquilizarme, a la vista de cualquiera mi reacción parecería exagerada, pero sólo yo sabía cuánto me había dolido que me dieran la espalda, comprendía su enojo pero jamás que me desecharan como si fuera cualquier persona. Era su única hija pero a ellos eso no les importó.—¿Amber? ¿Se fue? Él sacó el móvil de su bolsillo para llamar a Maria y preguntarle sobre mi amiga, quien al parecer seguía en cada preocupada por mi estado. —Dile que suba, yo... quiero hablar con ella. Aksel asintió pidiéndole a Maria que le dijera que subiera a mi habitación, le pedí que nos dejara a solas y él prometió estar al pendiente. —Pasa —le pedí cuando se asomó por la puerta y palmee el puesto a mi lado, mordí mi labio inferior y retorcí mis manos con los nervios a flor de piel. —¿Estás bien? —Si —traté de sonreír pero en su lugar salió una mueca —mi vida después que ellos me corrieron de casa fue demasiado difícil, te conté una p
Ciara "Se ha visto al empresario Aksel Lambsdorff entrando a una habitación junto con Isla Spencer" decía otra nota que aumentaba el tamaño del nudo de mi garganta. "¿Todo el escándalo para nada? Parece ser que la antigua pareja ha limado asperezas y han vuelto a ser la feliz pareja de años anteriores" Más y más notas amarillistas, pero no por eso dejaba de sentir algo feo en mi pecho. «¿Por qué no me lo dijo?» confiaba en él y sabía que nada había pasado entre ellos, pero me dolía que no hubiese tenido el valor de decírmelo anoche o ahora por la mañana que hablamos.Mi corazón no dejaba de martillar, sin ser plenamente consciente de lo que hice le devolví el teléfono a la señora April y sin decir ni una sola palabra me devolví, pasando de largo de la camioneta y emprendiendo la caminata fuera de la residencial. —Señorita Ciara, suba al auto por favor —me pidió Flavio alcanzándome al estar unas casas más adelante. —Déjeme, señor Flavio. Quiero estar sola y no quiero que nadie me
Aksel Chasqueó sus labios y pasó a mi lado hasta detenerse en el umbral de la puerta y mirarme sobre su hombro. No había ni un rastro del dolor y el resentimiento que vi hace unos momentos, supe lo que estaba haciendo y me lo confirmó cuando escuché lo que quería. —No vas a quitarme nada, volverás a mover tus contactos para que recupere el lugar que me estaba haciendo en Hollywood. Me lo debes, Aksel. Sonreí con ironía y negué con mi cabeza. No, a ella esto ya no le dolía, sólo utilizaba el dolor que en un momento vivió para manipularme y hacerme retractar en mis decisiones.—No haré nada —su mirada se volvió sombría —las cosas no cambiaran, pagaras a mi empresa por la mierda que soltaste. —Me lo debes... —No te debo nada, te di muchas propiedades cuando nos divorciamos y no voy a ceder nada ahora que no te mereces nada. Tu misma decidiste esto, pusiste seguir hablando lo que se te viniera en gana de mí pero fallaste al hablar mentiras y defraudar la empresa de mi familia. Tampoc
Aksel Llegamos a casa de mi madre para recoger a Elanna, hasta entonces me di cuenta de las llamadas perdidas que tenía de todos ellos seguramente para saber si había encontrado a Ciara. Pero el que estuviera una patrulla frente a casa activó las alarmas de mi cabeza y me apresuré a entrar con Ciara siguiéndome el paso. Escuché las voces en el sala, mi madre parecía estar llorando mientras una nerviosa Amy hablaba con uno de los oficiales, mi padre hablaba con otro de ellos con la preocupación plasmada en su rostro. —¿Qué ha pasado? —pregunté viendo a mi padre y este tragó grueso antes de acercarse a nosotros. —¿Elanna? —preguntó Ciara a mi madre y cuando está soltó un llanto sentí que el mundo se nos vino encima —¿Mi hija... dónde está? —Ciara... ella... —trató de decir Amy pero su voz se ahogó y no pudo continuar. —No lo sabemos, alguien... entró a casa y se la llevó, Aksel. El grito desgarrador que soltó Ciara nos estremeció a todo, sus rodillas se doblaron y me moví con rap
El llanto desconsolado de la niña estaba a punto de enloquecerlo, aclamaba el nombre de su madre mientras temblaba de miedo cuando aquel desconocido la había arrebatado de los brazos de la niñera, quien ahora se encontraba en el hospital por el fuerte golpe en la cabeza que recibió con el mango de la pistola. El hombre se llevó las manos a la cabeza arrepentido de lo que había hecho, por haberse dejado llevar por los celos y la necesidad de saber si la hija de su ex era suya. Pero bastó tenerla cerca para confirmarlo, compartían muchos rasgos que era indiscutible su paternidad. «¿Qué es lo que he hecho?» aquella pregunta se repetía una y otra vez en su cabeza, nunca quiso ser parte de aquello y seguía siendo así. Pero los celos enfermizos que sintió al ver a Ciara ser feliz al lado de aquel hombre lo volvió loco, ver de primera mano lo que había hecho Aksel Lambsdorff por defenderla simplemente no pudo con la envidia y los celos. Durante aquellos años nunca le importó saber de Ciar