Después de un largo vuelo, al fin estaba en su destino. Juliette se encontraba en la puerta de su departamento, exhausta pero también llena de curiosidad por ver en su nuevo entorno.Después de dar algunos pasos hacia adentro, colocó su equipaje en el suelo y echó un vistazo a su alrededor. El apartamento era pequeño pero acogedor, con una hermosa vista de la ciudad a través de las ventanas. Se acercó a la ventana y posó sus manos sobre su vientre, sintiendo el leve movimiento de su bebé. —Solo tú y yo ahora, pequeña —susurró, acariciando suavemente su barriga.De pronto recordó a Karim, el hombre que había amado y que ahora estaba lejos de ella, y se sintió una ola de tristeza invadirla. —Tengo que olvidarte, Karim —se dijo a sí misma, tratando de empujar los pensamientos de él lejos de su mente.Al día siguiente, decidió dar un recorrido por la zona; entonces avistó un pequeño restaurante local y decidió probar la comida. Resultó ser deliciosa, así que prometió regresar otro día
Meses después...Juliette organizó las cosas que necesitaría cuando diera a luz, ella tenía que estar preparada, más cuando se encontraba sola y no tenía la compañía, ni ayuda de nadie más. Con una ligera sonrisa en los labios miró a su alrededor reparando en los detalles de la hermosa habitación para su pequeña, los muebles juguetes y los colores eran tan adorables. —Marina —susurró deslizando los dedos sobre el bordado de la cobija blanca —. Mamá te quiere conocer. Ese día, aunque sabía que era riesgoso, salió a dar una vuelta por la ciudad de Roma, en dónde se estableció finalmente. Era propietaria de un lujoso departamento en la ciudad. La isla purificó su ser por un tiempo, luego miró más allá y acabó comprando un apartamento en Roma. ***Diana, que había regresado a su puesto como la asistente de Karim luego de que este se lo pidiera y le triplicara el sueldo, viajó con el magnate a Italia, un viaje de "negocios",
Cuando Karim levantó la mirada, sus ojos se encontraron con los de Juliette. En ese breve instante, todo el mundo a su alrededor pareció desvanecerse, y solo existían ellos. Karim abrió la boca, como si quisiera decir algo, pero las palabras se le atascaban en la garganta. Ella tomó una profunda bocanada de aire. Lentamente, Karim se sentó en la orilla de la cama, contemplando a su hija. Cuando Karim volvió a mirar a Juliette, algo en su interior se había transformado. Algo en él cambió. —Karim, ¿qué crees que haces? ¿Por qué estás aquí? —Encontrarnos ha sido coincidencia, no creo en el destino, sin embargo... Hoy podría ser la excepción —se le ocurrió decir a la expectativa. Juliette sintió que su corazón se llenaba de esperanza. Una parte de ella, esa que aún no se resignaba, tontamente creía que partir de ese momento las cosas podrían ser diferentes entre ellos. Tal vez, en medio de la complejidad de su relación en el antaño, podr
Cinco años después...Marina sonrió y presumió su brazalete a Melanie. Estaba tan contenta con el regalo de su padre, que no dejaba de saltar de la alegría. —Es muy bonito, tan hermoso como tú. ¿Te gusta mucho? —Me gusta mucho, Melanie. Papá es genial, ¿verdad? —Oh sí, es fantástico, ¿quieres algo de merendar. —¡Sí! —celebró haciéndola reir. En ese momento hizo acto de presencia Dylan y la pequeña corrió a sus brazos, como si no lo hubiera visto en mucho tiempo. Él la abrazó y la llenó de besos. —¡Tío Dylan estás aquí! Mira lo que papá me dió —agregó presumida. —Oh vaya, es muy bonita la pulsera. ¿Cómo has estado? ¿Te portas bien? —Soy una chica buena. Él soltó una carcajada, ella era tan divertida y tierna. —¡Abuela! —exclamó al ver a Mirella llegar. —Ven aquí, preciosa, te venido a visitar. —Abue, mira lo que papá me dió. —Es tan linda, te qued
Violet Miller regresa a su ciudad natal tras un largo tiempo, provocando una gran emoción en sus tíos, los señores Hoffmann. Al llegar, se encuentra con un inesperado reencuentro con Dominic Hoffmann, quien ha cambiado drásticamente. A medida que se adaptan a sus nuevas realidades, Violet se enfrenta a sus propios sentimientos y la complejidad de las relaciones familiares. Su corazón latía fuerte por Dominic, pero él estaba a punto de casarse. ***La noticia de la llegada de Violet Miller había provocado una gran alegría en los señores Hoffmann. Estaban tan emocionados por recibir a su sobrina que no pudieron esperar ni un segundo más en casa. En cuanto se enteraron de que la joven llegaba esa misma mañana a la ciudad, se apresuraron a subir al auto y dirigirse directamente hacia el aeropuerto.La ansiedad se palpaba en el ambiente mientras recorrían las calles hacia el aeropuerto. Los señores Hoffmann no podían contener su emoción y hablaban animadamente sobre lo felices que estarí
Durante el trayecto a casa de lo Hoffmann, Violet no dejaba de pensar en la reciente noticia de la cual no había estado enterada. ¿Cómo era posible que Emma no le había dicho que su hermano tenía novia? ¿Acaso él le había pedido que no le dijera nada? Sus pensamientos fueron interrumpidos por una voz aguda que inundó sus oidos. Era imposible no escucharla, la tía Olivia tenía un tono lo suficientemente alto al hablar que le recordó a su madre. La extrañaba tanto, no existía día que no la echara de menos. —Imagino que te ha sorprendido enterarte que Dominic ha encontrado a alguien, ¿No? —su mirada recayó en la joven que desvío los ojos a sus manos, incómoda, sin embargo, terminó asintiendo con la cabeza—. Incluso a nosotros también nos resultó difícil de creer, cariño. Pero es una chica increíble, no hay dudas de que son el uno para el otro y espero pronto sea parte de la familia. Inconsistente, apuñó las manos a sus costados apretando suavemente el pantalón; de alguna manera las pa
Verla nuevamente había desencadenado en Dominic una tormenta de emociones que no pensó volver a experimentar. Sus ojos la recorrieron de arriba abajo, era inevitable no observarla cuando lucía tan hermosa con su cabello castaño recogido en una coleta alta y despeinada. Parecía mucho más delgada, y bajo su ropa se podían apreciar las curvas de su cuerpo, haciéndola ver mucho más madura. Cualquier vestigio de niñez había desaparecido, dando paso a una mujer.—Imagino que no tuviste otra opción, odias esto —apuntó Violet, sacando a Dominic de su ensimismamiento.—Me ofrecí a ayudar con la decoración a cambio de no asistir a esa fiesta de gente pretenciosa —respondió Dominic encogiéndose de hombros, poniéndose de pie mientras su hermana Emma rodaba los ojos por segunda vez.—Hablas de gente pretenciosa como si no fueras uno de ellos. ¿Recuerdas que formas parte del mismo círculo? Más aún ahora que estás saliendo con los amigos de Sofía —lo miró con una sonrisa burlona en el rostro y luego
Su atención se posó en la rubia que los contemplaba con seriedad. Violet se ruborizó al percatarse de que sus manos todavía reposaban en el pecho de Dominic, quien aunque se había separado de ella, no lo suficiente, quedando a escasos centímetros. Se alejó rápidamente, sintiendo sus mejillas arder y la incomodidad reflejada en su rostro.Por otro lado, Dominic también se sintió algo incómodo al ver que su novia había presenciado aquella escena, la cual podía malinterpretarse.—Sofía, no sabía que vendrías —se acercó a la nombrada y le dio un beso casto en los labios—. ¿Por qué no me avisaste?—¿Hay algún problema en no haberlo hecho? —inquirió la rubia, lanzando una rápida mirada a la joven que se había mantenido callada mientras lavaba los trastes.—Oh, no, claro que no. Solo que habría ido a buscarte. ¿Has conducido hasta aquí sola? —ella asintió, provocando una mirada de reprobación de su parte—. Recuerda lo que te dijo el médico...—Lo tengo presente, pero no puedo depender siempr