Amora estaba cansada por lo que durmió apenas llegó a la casa del alcalde, pero para su sorpresa recibió una visita en la noche.

Amora pensó que estaba soñando cuando un niño tocó la puerta, cuando Amora abrió la puerta el niño se arrojó sobre ella.

Amora estaba cansada y llevó al niño a la cama, Amora le cantó una canción de cuna, la que una vez había preparado para su propio hijo.

Amora y el niño se durmieron rápidamente.

Carlos se volvió loco desde el principio no podía encontrar a su nieto, solo se relajó cuando miró a las cámaras y vio que su nieto se había ido al cuarto de Amora.

No tenía idea de que al pequeño le había gustado Amora, al fin y al cabo solo llevaban unas horas juntos y habían sido muchos días.

Pensó que su nieto pronto se olvidaría de ella, pero se acordó de ella y fue a su habitación.

Carlos tocó la puerta del dormitorio de Amora, pero ella no respondió, abrió lentamente la puerta y miró hacia la cama.

La escena que estaba viendo era muy sentimental.

Su nieto