Amora miró y no vio nada más que la sensación de estar allí, como si ya hubiera vivido ese momento.

Los ojos del vampiro estaban muy abiertos por la sorpresa, ya había visto a Amora y lo sabía.

El vampiro se marcha lo más rápido que puede y le entrega la propiedad a Carlos.

Gabriel estaba confundido, nunca había visto una situación así, todo era normal hasta que Amora miró hacia atrás.

El ambiente era deferente, pero Amora no se centró en eso.

Amora se sintió extraña.

Gabriel, a pesar de ser un niño de casi 3 años, nunca había presenciado una escena tan extraña.

El asesinato de su madre fue aterrador, pero ahora resultaba extraño.

Amora regresa a su habitación y Gabriel la acompaña, ella le trajo consuelo y él quiso aprovechar eso.

Amora miró a la pequeña, sabía que Gabriel tenía algo diferente, y el hecho de que ella se viera extraña y disfrazada y él lo notara era inusual para un niño de 3 años.

Gabriel no dijo mucho, observó las cosas y se quedó callado.

No mostró ningún interés