—Quiero pasar a ver a Manuela— Xavier la llevó en una silla de ruedas. Una señora ya mayor salió de la habitación cuando Xavier tocó a la puerta. Luego de decirle quienes eran, la señora los dejó pasar. Xavier empujó la silla de Sofía hasta dentro de la Habitación. Sintió pena por la persona en la cama, ella estaba con un brazo enyesado al igual que una pierna, un costado de su rostro estaba vendado, esperaba que no le fueran a quedar cicatrices en el rostro.—¡Señora! — Manuela se sorprendió al verla en la silla, al parecer ella no estaba tan al tanto de la condición de Sofía, intentó averiguar cómo estaba ella, Aurora la había visitado a penas supo que había despertado, y le aseguró que Sofía estaba bien. Intentó moverse, pero la señora la cual era su madre, se lo impidió. —Señora, lo siento— se disculpó —Usted está…——Tranquila, estoy bien, la silla es porque no me dejan caminar— Dijo mientras le sonrió para tranquilizarla, al parecer había leído su preocupación en el rostro a pena
El sonido del teléfono de Xavier hizo que rompieran su burbuja, él maldijo en su mente y ella agradeció al cielo porque sentía que no podía contenerse más era un sentimiento nuevo para ella, pero más fuerte que sus sentidos. Xavier Atendió la llamada alejándose hacia el balcón.—Debo ir al aeropuerto por mi hermana, está loca por verte— Anunció cuando volvió a ella. cuando todos la visitaron en el hospital en algún momento mencionaron a la hermana gemela de Xavier.—¿Le agrado? —Preguntó algo curiosa. Xavier la miró con una sonrisa divertida y se dio cuenta que era demasiado tarde para retirar la pregunta.—¿Qué si le agradas? A veces pienso que te ama más a ti que a mí que soy su hermano, No me dejará en paz por un buen tiempo por no haberte cuidado lo suficiente— Eso contestaba su duda.—Entonces… Espero que no te pegue en mi presencia— bromeó.—Que lista, sigues estando de su lado— Se despidió dándole un beso en su mejilla y luego se fue.Xavier llegó a la sala y se encontró con G
Xavier llevaba un traje negro que solo lo hacía verse más atractivo, Sofía hizo el intento de ignorarlo, pero no lo logró, menos los latidos de su corazón, se preguntó si otras mujeres reaccionaban de la misma manera cuando lo miraban.Pasaron algunos días. Rosalie y su familia regresaron a Estados Unidos, no sin antes darles la buena noticia de que esperaban a su segundo hijo. Rosalie tenía poco menos de dos meses de embarazo.—Me hubiera gustado que tú también estuvieras embarazada así nuestros hijos tendrían la misma edad— Le había dicho Rosalie cuando se despidieron. No supo que responder y solo se limitó a sonreír. Ni siquiera podía recordar su primer embarazo y volver a quedar embarazada no estaba en sus planes antes debía encontrarse a ella misma nuevamente.Xavier jugaba con su hija en la piscina mientras ella estaba sentada en el borde con los pies dentro del agua. Sonreía como una boba cuando ellos también lo hacían con sus juegos, sin duda su pequeña sería una chica lista y
Sofía se quedó pensativa mirando su teléfono como si el dispositivo fuera a darle las respuestas a sus preguntas, pero sabía que eso no iba a suceder, tomó a su hija en brazos y salió de la habitación sabían quién si podría darle algunas respuestas. Buscó a su mamá y la encontró en la cocina.—Supongo que te gustará volver a aprender a preparar algunas comidas para nuestro angelito, en lo que recuerdas todo— no había sido una pregunta igual Sofía respondió.—Me encantaría— Una de las muchachas de Servicio que a veces hacía de niñera se llevó a la pequeña en lo que Sofía se acercaba a su madre. Pasaron un rato ahí mientras su madre le explicaba lo que necesitaba volver a saber sobre el cuidado y la alimentación de su pequeña, no tuvo ningún problema en aprender todo.La mención de Xavier por parte de su madre, le recordó el motivo por el cual había llegado hasta ahí —Escuché que comprarán un hotel en Grecia— Comentó Sofía de forma casual.—Así es, nosotras fuimos con tu padre y Xavier
Después de algunos minutos se sentaron en su mesa, cenaron mientras conversaban en ocasiones de negocio y a veces de moda gracias a que Antonella conocía muy bien esa industria. Xavier nunca dejó de tener contacto con Sofía, si no sostenía su mano, pasaba su brazo por su espalda. Un rato después se disculpó tomó a Sofía de la mano y salieron de la sala, una que otra persona intento detenerlo en el camino, pero él amablemente de deshizo de ellos. Cuando estuvieron fuera de la mirada de todos, Xavier la acorraló contra la pared, se miraron por algunos segundos sin decir una palabra, Xavier se inclinó a ella lentamente dándole tiempo para que ella decidiera si quería lo que estaba a punto de hacer, o no. Terminó de cerrar la distancia que los separaba cuando ella no dijo nada, las manos de Sofía estaban sobre el pecho de Xavier que poco a poco se fueron enredando en su cuello, ella correspondió al demandante beso de su esposo casi de inmediato, era como si su cuerpo lo estaba esperando
Xavier le ayudó a acomodarse su vestido luego ella intentó bajarse para sentarse en el asiento del pasajero, pero él se lo impidió —Quédate aquí— Se las arregló para que estuviera más cómoda en sus brazos, encendió el auto y se puso en marcha. Sofía se quedó recostada sobre el pecho de Xavier. Cerró sus ojos.No se había quedado inconsciente ni se había dormido, bueno casi, solo estaba disfrutando de lo bien que se había sentido haciendo el amor con Xavier, se le vino una imagen a su mente y eso fue lo que la hizo abrir sus ojos, era un recuerdo. Levantó su mirada para verlo, él estaba concentrado conduciendo.En la imagen miraba a Xavier cargándola en sus brazos y llevándola hacia adentro de una casa, ella vestida de novia. Repasó una y otra vez esa imagen en su cabeza en busca de algo más. Estaba convencida de que no era un sueño sabía que era real, casi no podía esperar para recordar más sobre su vida de los últimos cinco años.Supo que habían llegado cuando el auto se detuvo miró
—¿Cuándo preparaste esto?—Es un secreto— dijo abrazándola por la espalda y dándole besos en el cuello. Ella cerró sus ojos disfrutando de su abrazo. Luego de unos segundos él la soltó, de inmediato ella lo extrañó. Se giró para verlo, y lo que vio la dejó aún más sorprendida. Maurizio se había puesto sobre una de sus rodillas mientras sostenía una cajita roja y dentro de esta un anillo de compromiso.—Antonella, desde que te vi me enamoré de ti, no solo de tus hermosos ojos o de tu cabello como el fuego, sino también de tú corazón, de la persona que eres, te amo con toda mi alma, con tus locas ocurrencias y tu carácter que a veces me enloquece, pero amo esa locura y todo lo que me provocas. ¿Me harías el honor de convertirme en tu esposo, por siempre?Cuando conoció a Maurizio, no tenía dudas de que él podría ser alguien pasajero también como muchos otros lo había sido en tan solo un año. Cuando se dio su rompimiento con su novio, no creyó que podría enamorarse, al menos no tan pront
Esa noche decidieron quedarse en casa de los padres de Sofía. Al día siguiente la pareja volvió a su propio hogar, junto a su hija. Xavier buscaba toda clase de excusa para estar cerca de ella. se iba tarde al trabajo y volvía muy temprano. En tanto ella, no se sentía nada aburrida, pasaba la mayor parte del tiempo con su pequeña, aunque tenía una niñera.Intentaba armar en su cabeza la historia de ella y su esposo. Y aunque la visita a su doctor fue alentadora, según los análisis ella estaba bien. Pero, aún no lograba recordar, excepto unas cuantas imágenes fugases que pasaban por su mente y algunos sueños que había tenido que parecían más recuerdos. Esas cuatro semanas viviendo junto a su esposo habían sido las mejores en mucho tiempo. Se sentía como en un sueño.—Amor— Lo llamó ella. Cuando estaba a punto de Salir de la habitación. Sofía estaba aún en la cama, y parecía no querer levantarse. Sus cabellos eran un desastre, pero lucía hermosa. Él se había despedido y estaba a punto d