Sara estaba deseando abrazarla, pero no quiso parecer una loca, además ni siquiera la conoce. Mientras charlaba con esa amable señora, se sentó sobre la cama. —Eso mismo me decía mi nana, pero me es difícil creer eso. ¿Le puedo pedir un favor? —Dependerá, solo recibo órdenes del jefe. Él es muy delicado. —Tengo hambre, no he comido en varios días, padezco de ansiedad y me da miedo tener una recaída. ¿Podría conseguirme algo de comer, lo que sea? —la señora lo pensó, a ella solo le ordenaron que la vistiera. —Lo único que puedo conseguirte es una manzana, la traeré con una ropa que de seguro te quedara mejor que ese vestido. La mujer salió del dormitorio. Sara sonrió porque, por fin, iba a poder comer algo. Su estómago no le daba tregua y rugía. Se asomó por la ventana y vio a varios hombres armados. Esa visión le erizó la piel. ¿Con quién se había metido su padre? Se preguntaba a sí misma. La señora le dio una manzana, para mitigar un poco el hambre, cosa que le agradeció, sintió
Sara se apresuró a mudarse de ropa, tenía que poner todo su empeño, esta oportunidad no la dejaría ir de sus manos, al menos no sería la amante de él y no se convertiría en una prostituta, lo demás lo soportaría con valentía. —¿Cuál es tu nombre? —Sara se dirigió al hombre que está fuera de su cuarto. —Peter, sígame, primero las habitaciones y los pisos, porque las chicas empiezan a trabajar desde las cinco de la tarde, para esa hora todo debe estar impecable, cuando los invitados lleguen, tienes que estar en el área de lavado lavando toda la muda que cambiaste, si logras agarrar ese ritmo no tendrás ningún problema. ¡Ah, otra cosa, será mejor que ningún invitado te mire, porque algunos tienes unos fetiches muy raros, y no te gustará estar envuelta con uno de ellos! —Haré eso, no estar cuando los invitados lleguen, eso lo comprendí. Peter la dejo en la primera habitación para que se fijara cómo deben estar, Sara entro y checo todo lo que le toca hacer, ya las habitaciones están imp
*AARÓN* Busco la manera de que por fin me salga un negocio bien, he tenido mala racha, desde que traje conmigo a esa chiquilla, a pesar de tener mi mente ocupada, el recuerdo de la chica sigue presente en mí. Cuando Josh entra con las grandiosas noticias de que la embarcación por fin ha llegado, eso me pone de buen humor, ya que habrá mercancía nueva en el negocio, es momento de visitar mis otros negocios y plantear a los encargados de cómo se clasificará la mercancía. Antes de llevar a las diferentes casas donde trabajaran, reciben una charla con nuestra psicóloga Mery Medellín, ella les lava el cerebro para que las chicas voluntariamente trabajen. Se les ofrece un buen salario para que les manden dinero a sus seres queridos, eso sí, el contrato que firman es por tiempo indefinido, hasta que ellas ya no atraigan a ningún cliente, se les despacha. Aproveche para visitar la jaula de oro, es uno de mis negocios VIP que tengo, porque poseo tres que son VIP. Últimamente, me ha dejado b
Él se limitó a conducir, estoy ansioso por llegar a ver qué novedad me tiene Erick, pero en eso Josh mira por el retrovisor y me dice que una camioneta nos está siguiendo, llamo a los de seguridad quienes nos siguen a una distancia prudente, así no caemos todos en la emboscada. —Nos siguen, dennos tiempo de adelantarnos. —Entendido jefe. —¡Aumenta la velocidad! Trata de perderlos al menos hasta que lleguemos al anillo de seguridad. Saco mi arma, el auto es blindado, pero las llantas no, y todos mis enemigos me imagino que saben eso, Josh cambia de calle a modo de perderlos, miro el auto de los nuestros atravesárseles y escuchamos las detonaciones, Josh me alcanza el chaleco antibalas. —¡Creo que los perdimos! —¡Vámonos a la casa!, y si mataron a los nuestros, recompensa a sus familias, hicieron un buen trabajo. —¡Eso haré! Al llegar avisamos a los del anillo de seguridad que no dejaran entrar a nadie a mi territorio, llegamos a la casa, al entrar miro a Erick con una taza de té
*SARA* Hoy me he levantado con más energías, tengo que estar fuerte, para trabajar duro y que el belcebú no me lleve a esa casa de mala muerte, tengo que lograrlo, por lo menos aquí estoy más segura, solo tengo que tenerlo contento, no darle motivos para que se moleste conmigo. «Tú puedes Sara, no te rindas, tus padres te cuidan desde el cielo» me animo a mí misma. El día es joven y procedí con mi plan, pero fue todo un fracaso, ya que las chicas que trabajan en esta casa son muy eficientes y me quitan la escoba y el trapeador. No me dejaban hacer nada, ya no tengo opciones, me frustro ante esta situación, en eso recordé que hay algo que, si puedo hacer, así que subí las escaleras y me fui para la habitación del chico coma. Entre a la habitación y me puse manos a la obra, la arreglé diferente ese sitio, al revisar me di cuenta de que polvo no hay, así que fue todo más fácil. Me senté cerca de la cama y miré por un momento al chico, es bien guapo como esos de revista, aunque tiene un
Alcancé la barra de chocolate, sentí que había obtenido el mejor premio, mi cuerpo se emocionó y mi mente se tranquilizó, ahora podía disfrutar de un chocolate. Hasta que fui sorprendida nuevamente. —¡No, que no eres, una ladrona! —cerré los ojos, me tambalee y me desplome. —¡Te tengo! Eres tan torpe, no sé cómo es que continúas viva. —él no permitió que cayera al suelo, hizo que mi cuerpo se estabilizara en la silla— Que esperas, agarra bien el chocolate para que bajes, pesas demasiado. Tome la barra de chocolate con gran vergüenza, pero la ansiedad está a punto de tomar el control, le quito la envoltura y me la como, él solo me observa y no dice nada, eso me hace sentirme miserable. —Eres un caso perdido, no entiendo cómo consumes cosas que te hacen mal, ¿sabes lo malo que es el chocolate para tu peso? Me imagino que no tienes la más mínima idea. —con esas palabras se carcajea, haciéndome sentir que soy de lo peor. Cuando me la comí, él se marchó y yo regresé a mi habitación, ya
*AARÓN*Fingiendo que salí del sótano, me quedé parado en silencio observándola por un rato. Ella tiene que aprender que me pertenece. En su mente y su corazón no tiene que haber nadie más que su dueño.—¡Ven por mí, por favor, papá! —escucho llamar a su padre muerto, es una idiota, los muertos no escuchan—Porque me abandonaste y me dejaste completamente sola. No quiero seguir viviendo de esta manera.Ella habla con un muerto, eso no me molesta, así que salgo de ahí, hago las gestiones desde mi computadora, me interné en la computadora que no sentí el pasar del tiempo, miro la hora y es media noche, su imagen se me viene a la mente, —¡Maldita chiquilla!. — Me levanto y me dirijo al sótano, cuando abro la puerta ella está en el suelo con toda y la silla donde la amarre, cuando la incorporo, su piel esta que quema de la fiebre, en eso mire su espalda que inició a sangrar. Me maldigo en mis adentros, porque se me olvido por completo sus heridas, le suelto de la silla, ella está inconscie
En eso se abrió la puerta y una bandeja de comida le fue entregada por una de las empleadas, solo a eso entró y con la misma salió de ahí sin decir nada. Sara se quedó viendo la comida, teme que lleve algo que le perjudique, no confía en nadie, sabe que fue él quien ordeno que le trajeran de comer, no comprende la actitud de él, en cuanto es amable, de repente se vuelve violento. La bipolaridad de ese hombre la asusta. “Tendrá algún problema psiquiátrico” Indago en su mente, ahora más que nunca teme por su vida, sus recuerdos de su infancia y el sufrimiento que tuvo no se comparan con lo que siente en este momento, antes por lo menos tenía a su padre y su nana. Ahora no tiene a nadie. Es lo único que se le vino a la mente al ver la comida, era comérsela y disfrutar el momento, sus tripas rugieron al sentir el delicioso aroma de la comida, si se muere, al menor será llena, sonrió ante ese pensamiento fugaz. Se sentó a comer y saborear las delicias, nunca se sabe que pasará mañana, tal