El viaje

Capítulo 2

Ginebra

La mañana había llegado y yo ya estaba lista para irme desde mucho antes de que amaneciera, debido a que mi hermana junto a Cristal, habían venido bien temprano para despedirse de mí una vez más. A eso súmenle que de paso también habían traído a mis sobrinos y me había puesto muy sentimental porque ahora solo los vería a través de una cámara.

Hoy me había arreglado diferente a como lo hacía antes y me había puesto un pantalón de color blanco bien ajustado al cuerpo, acompañado de un pulóver que dejaba al descubierto parte de mi vientre. Además, para acompañarlo también use una chaqueta, ya que estaba haciendo algo de frío, pero mi estilo por muy simple que se veía, me encantaba mucho haciéndome sentir muy sexy.

Si bien sé que me veo diferente a esa Ginebra tierna y buena que solía ser, ahora que me veo en el espejo creo que no está nada mal que me quiera verme diferente; más ahora que voy a comenzar una nueva etapa en mi vida en la que tengo que resaltar más que mis ojos.

El ruido de la bocina de un auto me hace salir de mis pensamientos y al dirigirme al frente de la casa puedo ver que se trata Max, el cual ya se encuentra junto a su auto esperando por mí como si nada pudiera perturbarlo. Al parecer ya ha llegado el momento de irnos y no sé porque mi corazón me grita que esto es solo el comienzo de algo que cambiará mi vida, pero no sé con exactitud que será. Solamente espero que cuando eso pase Max este bastante lejos de mi porque no quiero volver a sufrir por su rechazo como llevo haciéndolo desde aquel día en la isla.

...

Ya de camino al aeropuerto no mencione ni una sola palabra dentro de aquel auto, pero si podía notar como de vez en cuando Max me miraba con el rabillo del ojo. Era obvio y más que evidente que este estaba bastante intranquilo por alguna razón y tal vez se moría por decirme algo. Sin embargo, yo decidí hacer como si nada estuvieras pasando porque de nuevo no iba a caer en su falso interés por mí y menos iba a ser su amiga. Creo que ya aprendí esa lección en la isla y lo hice de la peor manera posible.

Cuando por fin bajamos del auto ambos caminamos en total silencio en directo a una plataforma privada de la familia. En donde un hermoso jet privado estaba esperándonos para irnos y de inmediato eso llamo mi atención ¿No se suponía que nos íbamos a ir en el avión? Mi cuñado me había dicho que estaríamos lejos el uno del otro en aquel avión grande, pero ya veo que mis planes han cambiado. No obstante, aun cuando las cosas no serán como yo las esperaba, de igual manera me mantendría lejos. Solo daba gracias de que este fuera más rápido porque eso significaba que no estaríamos tanto tiempo respirando el mismo aire.

Al abordar el jet sin tener más opciones, de inmediato una azafata que estaba esperándonos, muy descaradamente le empezó a coquetear a Max sin importar que yo estuviese presente. Al parecer esto es algo que pasa con normalidad para él, por lo que yo solo paso por su lado sin prestar atención a la estúpida mujer y pongo los ojos en blanco por el mal gusto de la situación. Una vez más confirmo que el tipo de mujer que este idiota busca son puras regaladas y ahora verdaderamente me alegro de haber sido rechazada.

Llevamos casi una hora entera de viaje, pero por más que lo ignorara sabía que Max no me quita los ojos de encima. Esto era algo que verdaderamente me estaba poniendo incomoda y de paso ya estaba de mal humor, tanto así que sería capaz de lanzarlo del jet para que volteara hacia otro lado.

Dejo salir un último suspiro por la frustración que cargo en este momento al sentir que ya no puedo más y de la nada, Max se sienta en el asiento que esta justo en frente a mí, invadiendo de esta manera mi espacio personal por completo. Es por eso que rápidamente intento ponerme de pie para dejarlo ahí solo, pero de inmediato su mano sostiene mi muñeca, impidiéndome por completo mi huida. Solo siento que tira de esta para que vuelva a sentarme y por más que intento resistirme no puedo igualar su fuerza.

- Suficiente, Ginebra, necesitamos hablar - me dice este totalmente tranquilo, pero podía notar lo serio de sus palabras.

- Max, será mejor que no me provoques, así que suéltame en este mismo momento o no respondo. Creo haberte dicho ayer que tú y yo no teníamos nada de qué hablar, por lo que espero que respetes mis palabras.

- Pues te equivocas Ginebra porque ambos tenemos mucho de qué hablar y si ayer lo deje pasar, fue solo por el hecho de que no te encontrabas correctamente vestida dentro de tu habitación. No puede ser que solo por esa conversación que tuvimos en la isla ahora me trates de esta manera cuando ambos solíamos llevarnos de lo mejor. Así que ahora que no hay interrupciones me vas a escuchar antes de que lleguemos a Londres.

Con cada palabra que decía Max podía notar la decisión en su voz y literalmente

no sabía que decisión debía de tomar en este momento ¿Debería de hablar con como personas civilizadas después de todo lo que paso? ¿Oh debería ignorarlo como hasta ahora y sentarme en otro lugar para que entienda que lo quiero lejos de mi? No obstante, ahora que lo pienso no creo que eso funcione mucho, ya que estaremos volando un par de horas más y evitarlo ya sería totalmente imposible porque seguirá insistiendo sin parar. Por lo tanto, creo lo mejor para mi es salir de esto de una buena vez y al escuchar lo que sea que me tenga que decir se acabaría con el problema.

- Está bien, Max, te escucho. Solamente espero que lo que me vayas a decir se bastante rápido porque el reloj corre y desde ahora te digo que nada cambiara - digo sin más remedio y de paso me suelto de su agarre para alejarme un poco.

- Ginebra por favor, llevo toda la mañana pensando de qué manera puedo entablar una conversación contigo sin discutir, pero con esa actitud no me lo estas poniendo nada fácil. Desde lo sucedido en la isla he tratado por todos los medios de que volvamos a tener la bonita amistad que teníamos, pero tú simplemente te has empeñado en apartarme he ignorarme todo el tiempo. Creo que este ya es totalmente innecesario porque no somos unos críos.

- ¿En serio me estás diciendo esto Max? ¿Te parece siquiera justo el hecho de que lo menciones? Mira, esa supuesta amistad que tú dices que había entre nosotros ya no existe y nunca existió. Lo que existía entre tú y yo era una estúpida que estaba perdidamente enamorada de ti y que de paso te veía como lo más hermoso que había llegado a su vida ¡Ahora! ¿Sabes tú lo que consiguió esa idiota solo por enamorarse de ti? Conseguí que por intentar volar muy alto y tratar de soñar con un imposible destruyeras mi corazón, pero lo que realmente me dolió no fue tu rechazo. Me dolió que al final descubrí que eres igual que todos y te vas con la primera fácil que está dispuesta a abrirte las piernas como lo dejo ver la azafata desde que te vio llegar.

- De verdad no sabes cuánto lamento que hayas confundido las cosas entre nosotros, no sé qué decirte. Tal vez yo debí de haberme dado cuenta de lo que tú sentías por mí para que las cosas no se salieran de control. Sin embargo, también hay algo que me tiene preocupado desde aquella noche y es algo que me dijiste por la rabia del momento, pero aun veo que tienes esa idea en tu cabeza por lo que dijiste de la azafata. Es por eso que te digo que no tienes que convertirte en alguien que no eres solo para llamar la atención los hombres y mucho menos tienes por que perder tu esencia. No quisiera creer que este nuevo cambio de imagen que tienes es por ese motivo, ya que si es así solo terminaras lastimándote a ti misma.

Sin poder evitarlo termine burlándome de Max por lo que había dicho. Si bien en un principio por la rabia sé que dije aquellas cosas, en el fondo solo yo sé a qué se debe mi cambio. Entendí que un cuerpo bonito no lo es todo, pero eso no quita que pueda verme un poco más atractiva. Así que bajo su atenta mirada y sin perderme una sola expresión de su cara, me levanto de mi asiento para acercarme a su rostro. Ese que sin duda alguna me hacía suspirar todavía, pero aun así tengo que usar todo mi autocontrol para no perderme en el hermano color de sus ojos porque, aunque me pese admitirlo después de todo lo que ha pasado; de ellos me enamore perdidamente.

- ¿Sabes algo Max? Te aconsejo que no te creas el centro de mi universo porque te llevaras una terrible sorpresa. Mi cambio de imagen no tiene nada que ver con lo que dije esa noche, pero y si así fuera el caso, créeme que eso no es asunto tuyo. Yo veré que hacer con mi vida una vez viva en Londres, pero para que veas que no todo es malo como piensas te voy a decir algo para que te tranquilices y es que lo que yo sentía por ti ya no está. Antes me ponía nerviosa con solo estar a diez centímetros de ti y ahora simplemente no me produces nada aun cuando estoy hablando tan cera de tus labios. Qué triste es descubrir que algo que pudo ser bonito lo hachaste a perder por pensar con eso que tienes entre las piernas y no con el maldito cerebro que tienes.

Vuelvo a mi pastura inicial una vez termine de hablar y de inmediato Max me miró fijamente sin poder creer que aquello había salido de mi boca. Es ahora cuando Max sabía con certeza el terreno que estaba pisando conmigo y más a qué atenerse por haberme perdido. Yo ya no soy esa chica tonta que el conoció, ya no más y aunque por dentro me esté muriendo por besarlo así sea una sola vez. Para mi desgracia tenía que tragarme todo esto y guardarlo bajo llave.

- Muy bien, ahora que ya todo está aclarado entre tú y yo, créeme cuando te digo que no hay nada más de que hablar. Así que por enésima vez voy a volver a pedirte que me dejes en paz y que no me vuelvas a dirigir la palabra. Te pido que no me busques y así de paso te haces a la idea de que no existo.

- Pues lamento decirte que eso será imposible, te recuerdo que estaremos en la misma universidad y además viviremos en el mismo edificio. A eso súmale que también tienes llaves de la mansión de Londres y de seguro coincidiremos en ese lugar varias veces. Eso sin contar que cuando te toquen las prácticas de la carrera deberás hacerla en la empresa de mi familia por petición de tu hermana y te guste o no yo estaré presente.

- Muy bien, lo entiendo. Sin embargo, te pido que si eso llega a pasar me ignores por completo porque yo hare exactamente lo mismo si llego a verte. Entiende que ya no te quiero cerca de mí por ningún motivo y solamente te tolero porque mi hermana esta con el tuyo. A eso súmale que tenemos sobrinos en común, pero eso no implica que deba aguantar tu discurso barato en donde me pides ser solo tu amiga.

Sigue leyendo en Buenovela
Escanea el código para descargar la APP

Capítulos relacionados

Último capítulo

Escanea el código para leer en la APP